Científicos del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva de Plön (Alemania) y de la Universidad de Montpellier (Francia), junto con abogados de la Universidad de Friburgo (Alemania), publicaron una alarma en la revista Science en la que condenaron el “programa revolucionario. ”De la investigación agrícola en los Estados Unidos. En su opinión, la investigación científica pacífica puede servir como una cubierta para otro objetivo: la creación de un arma bacteriológica mortal.
Los experimentadores financiados por la DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa), una unidad avanzada de investigación del Pentágono, utilizan insectos para transportar virus infecciosos modificados genéticamente a su destino (una plantación con verduras, frutas o granos). Después de llegar a un punto determinado, los escarabajos, las mariposas o las polillas dispersan los virus “traídos” sobre las plantas.
El objetivo oficial de los desarrolladores es “encontrar formas de aumentar la resistencia de varios cultivos a la sequía, las enfermedades o los herbicidas”. Sin embargo, según los autores del texto en Science, la tarea final (y real) podría ser la creación de poderosas armas biológicas.