Entre Lucas y Luciano, la represión suma y sigue
Los fusilamientos perpetrados por las fuerzas de seguridad en la vía pública, que gráficamente llamamos “gatillo fácil”, se caracterizan por un alto grado de naturalización hacia adentro de la clase victimizada, y por una enorme invisibilidad respecto de quienes no son sus habituales destinatarios.
En los barrios, muchas veces se los registra como parte de la vida cotidiana, porque “así son las cosas”. Desde chiquitos, los pobres deben aprenden a obedecer al que manda. Y el que manda en el barrio, amparado por su reglamentaria, es el policía, el gendarme o el prefecto, que tiene el poder omnisciente de detener a cualquiera, en cualquier lugar, sin expresar siquiera un motivo, el que puede ponerles un tiro en la nuca o la espalda impunemente, porque el titular del diario,...