El ocaso global de la fábrica

Hace un siglo, la industria pesada con su producción en masa, sus procesos mas o menos mecanizados y su gran complemento de obreros eran el símbolo de la sociedad burguesa y del progreso. Todavía en el imaginario de la gran mayoría de personas se entiende al «obrero», al proletario, como un trabajador industrial. Da igual que el personal de servicios y los peones agrícolas hubiesen existido como proletarios incluso desde antes de la aparición de la gran industria. ¿Es que acaso la industria pesada tiene un carácter especial para el capitalismo?

Tejedores en Manchester en los años 20.

Asi es. No toda la mercancia ni todos los procesos productivos son equivalentes para el capitalismo. Aunque la expropriación del campo y la producción agrícola capitalista empezó hace mas de 300 años, los escasos obreros agrícolas y la masa de campesinos empobrecidos (así como la población proletaria urbana) no abandonaron nunca su condición de pobreza extrema hasta después de la introducción de la gran industria mecanizada en el siglo XIX. Solo esta fue capaz de generar suficiente plusvalía para levantar las condiciones de vida del proletariado durante la fase del capitalismo ascendente.

Fábrica textil coreana en los setenta.

Sin embargo, hoy en dia nos encontramos en la fase decadente del capitalismo y, no por casualidad, la gran industria como tal esta desapareciendo de la faz de la tierra. Ya no es que la industria se mueva de los países mas desarrollados a China para abaratar costes, es que la industria en China ya esta cerrando las instalaciones y migrando a su vez a países donde la mano de obra es mas barata. Y no es una huida alocada, este siglo, por primera vez en la historia moderna, la inmensa mayoría de los nuevos proletarios a nivel mundial está entrando a trabajar en el sector servicios en lugar de la industria:

Datos del banco mundial sobre el empleo a nivel global. Porcentaje de trabajadores en el sector servicios en azul contra el porcentaje de aquellos en el sector industrial en rojo.

Esto conlleva graves consecuencias para el capitalismo como sociedad. Nadie ha conseguido basar nunca una economia global boyante sobre los servicios o la agricultura aunque hayan existido países independientes que pudieron basarse en ellos mientras la industria se desarrollase en otra parte del mundo. Y por buenas razones.

El trabajo asalariado es la relación social complementaria a la producción industrial

Pensemos un momento como si fuéramos el capitalista ideal, ¿qué necesitamos para establecer un buen negocio y ganar más dinero del que invertimos originalmente? Nuestro objetivo es producir mercancía que podamos colocar segura y repetiblemente en el mercado después de haber pagado los salarios y el material necesario -ambos siendo también mercancía- a sus precios de mercado. Idealmente.

Mercader textil del siglo XIV

¿Cómo ocurrió históricamente? Los primeros burgueses (los Verleger) que empleaban a los nuevos campesinos desposeídos no los hacían trabajar en fábricas, sino que eran mercaderes ambulantes que proporcionaban las materias primas para la producción domestica en las casas mismas de los campesinos. Los campesinos entonces producían una cantidad dada de mercancías que luego pasaba a recoger el burgués. Obviamente el burgués solo podía pagar a destajo, pieza a pieza. Era imposible un sueldo horario u otro tipo de salario no basado en el trabajo a destajo. Aunque esto permitía al nuevo capitalista ganar mas dinero si conseguía colocar toda la mercancía, distaba mucho de lo ideal. La mercancía era de calidad desigual, llegaba a cualquier tiempo y los campesinos mismos apenas tenían capacidad de compra para absorber una producción mayor a nivel de toda la sociedad. La mecanización y la fabrica marcaron un antes y un después para la sociedad capitalista:

El desarrollo de los medios de trabajo en maquinaria no es ningún momento1 accidental del capital, sino la transformación histórica de las herramientas tradicionales a una forma adecuada para el capital…Carlos Marx, Grundrisse

Con la fábrica mecanizada todos los inputs y outputs, incluida y muy especialmente la fuerza de trabajo como veremos luego, existen en forma de mercancía de calidad repetible y «estandarizada». El uso de maquinaria cada vez mas avanzada y el control del tiempo permite simplificar el trabajo de los obreros al máximo. Ahora es posible para el capitalista acercarse al ideal ingenieril del proceso cuantificable y hacer predicciones relativamente aproximadas de costes y beneficios. Esto se refleja también en una transformación de las relaciones sociales entre burgueses y proletarios, ya no se paga a destajo sino que se paga un salario basado en horas trabajadas.

Fábrica de Volkswagen en Wolfsburg (al frente el Ritz-Carlton). La fabrica produce más de 850.000 coches al año y tiene una superficie de 6,5 millones de m2.

El desarrollo de los medios de producción para convertirse en maquinaria, que permita «procesos estandarizados» y «predecibles» fue fundamental para que el capitalismo se convirtiera en modo de producción social.

Eso es porque el capitalista debe mantener sus beneficios, no puede pagar realmente al obrero por la cantidad de mercancía vendida, sino que paga el salario a su valor de mercado. Gracias a que los obreros son «libremente» contratables y despedibles ahora hay un mercado de fuerza de trabajo completamente desarrollado. La sustitución de las habilidades técnicas de cada trabajador individual por máquinas que homogeneizan la mercancía final también hace a los obreros sustituibles entre sí, lo que permite mover a la fuerza de trabajo entre diferentes ramas de producción y mantener los salarios a un nivel adecuadamente bajo haciendo competir entre ellos a los obreros mismos2. Para entender lo importante que son el salario y el «libre» movimiento de los trabajadores para cuadrar la producción y distribución en un sistema industrial mercantilizado basta con ver el desastre que ocurre si se ata a los trabajadores a fabricas individuales aun manteniendo la circulación de mercancías, es decir, la URSS.

La industrialización no solo homogeneizó el producto también la fuerza de trabajo, haciendo a los trabajadores sustituibles entre sí. El movimiento de los trabajadores es una pieza fundamental al sistema.

Trabajadores migrantes llegan a Barcelona en 1962.

El hundimiento del sistema fabril

Maquiladora en el Norte de México.

Pero ese mundo ya se fue para no volver. Sobre la base de la ausencia de mercados pre-capitalistas suficientes para absorber la plusvalía producida, la bajada de precio progresiva de la mercancía industrial debida a la competencia, produce a una cascada de «reestructuraciones» al final del boom de la reconstrucción posbélica. Se aumenta la mecanización y reducen los empleados para intentar salvar los beneficios de las empresas, pero todo falla en cadena. IBM por ejemplo se plantea automatizar secciones enteras de producción, pero al final decide que es mejor para los beneficios mover a las fabricas enteras a Asia. Hoy en día, el gobierno chino cierra plantas industriales en serie para controlar la «sobrecapacidad» (sobreproducción) que arruina a las empresas chinas y extranjeras. Las empresas industriales chinas y de todo el mundo huyen hacia países del sureste asiático, mientras los ex-trabajadores industriales chinos son redirigidos hacia el sector de servicios. Pero aun así no es suficiente, el crecimiento del sector industrial en Tailandia y Malasia se detuvo y finalmente retrocedió frente al sector servicios e India se esta desindustrializando.

La industria huyo de Occidente a China para escapar de la sobreproducción y de ahí a Vietnam, Indonesia, Tailandia y Malasia. Pero hoy también se desindustrializan con India a la cabeza.

La situación es tan desesperada que ya se plantea una automatización a gran escala de la industria pesada que «eliminaria» a 500 millones de puestos de trabajo en los próximos 10 años. Ya no hay donde huir, el sector industrial ha tocado fondo a nivel mundial.

La robotización bajo un capitalismo que no tiene dónde expandirse, a falta de nuevos mercados, produce desempleo.

No hay problema, dicen muchos capitalistas, «¡basta con abrir nuevos sectores e invertir en ellos!». Pero las cosas no son tan sencillas, no todas las mercancías ni los procesos son igual de rentables y estandarizables como la producción fabril. ¿Pueden imaginarse a una economía basada en la venta de libros? No hay ninguna garantía de que un nuevo libro, incluso del mismo autor, tenga el mismo éxito que el anterior. Las editoriales pueden hacer fortunas, pero no es una mercancía fiable para la producción en masa capitalista. ¿Invertir en investigación para vender nuevos tratamientos? No hay ningún resultado garantizado y requiere invertir fortunas enormes para quizás obtener algo… que prácticamente nadie podrá pagarse como tratamiento luego. ¿La «sharing economy»? No solo sufre de los mismos problemas de estandarización, sino que depende crónicamente de productos industriales de alta y media gama…

Se plantea una automatización a gran escala de la industria pesada que «eliminaria» a 500 millones de puestos de trabajo en los próximos 10 años. No hay donde huir, la industria ha tocado fondo.

Redacción de «El Periódico», Barcelona, en 2014.

De ahí toda la multiplicacion de companias de estandarizacion ISO, leyes de propiedad intelectual y máquinas de control a distancia. Aunque el capital nunca dejo de controlar la economía y la sociedad, el sector servicios es mucho mas difícil de absorber realmente bajo el capital y de mercantilizar satisfactoriamente… Esta es una de las razones por las cuales gran parte del capital sigue jugando al casino financiero y las burbujas… La nueva economía es un peligro que no asegura beneficios, de hecho es cada vez mas difícil calcularlos económicamente debido a lo impredecibles que son los servicios como mercancía.

La producción de servicios agrega al capitalismo una heterogeneidad e impredecibilidad que dificulta la vida del capital y lo empuja con aun más fuerza hacia el casino financiero.

Y esto se refleja tambien en el mercado de fuerza de trabajo, con el hundimiento de los monopolios de fuerza de trabajo y el «sálvese quien pueda». La «titulitis» y el autobombo activista son síntomas claros de una automatización de los trabajadores (y la pequeña burguesia) debido a un empeoramiento de las condiciones del mercado. Como taparrabos de lo material que es, la maquinaria ideológica lo utiliza para fabricar «identidades» que sirvan para exaltar lo único y irrepetible que es cada aspirante al paro. Esto aparece descaradamente cuando las «identity politics» mismas son usadas para ensalzar como progreso social el acceso de unos pocos a cargos de «alto nivel». Paralelamente, el pánico a la eterna devaluación del salario se manifiesta ideológicamente también como xenofobia y racismo en el extremo opuesto del espectro político.

La maquinaria ideológica convierte la atomización en «identidades» para exaltar lo único y irrepetible que es cada aspirante al paro, ensalzando el acceso al aparato de unos pocos y alimentando la xenofobia.

Hora de cambiar de rumbo

La pauperización de los trabajadores en el capitalismo integra desempleo, reducción de los salarios reales y exclusión social.

Pero ninguna de estas fantasías ideológicas, ninguno de estos fantasmas, defenderá a los trabajadores contra la pauperización masiva y la guerra que anuncian. El sistema ya no puede mantener a la sociedad a flote con el trabajo asalariado. Prefiguran y preparan ya otra falsa dicotomía «anti-fascismo-fascismo» que sirva para encuadrar a millones y llevarnos a la matanza. El trabajo asalariado ya no es capaz ni de reproducir en el tiempo a la sociedad capitalista misma. No hay razón alguna de continuar con esta charada, ni de desear, reaccionariamente, que vuelvan las fabricas.

Cuando las fuerzas productivas encuentran un límite objetivo a su desarrollo en las relaciones de producción solo queda una solución progresista: la revolución. Eso es lo que significa que un modo de producción esté en decadencia. La alternativa es revolución… o «hundimiento de las clases en conflicto» y de la civilización misma.

No hay razón alguna de continuar con esta charada, ni de desear, reaccionariamente, que vuelvan las fabricas. El trabajo asalariado no puede sostener ya a un capitalismo sin otra alternativa que la guerra.

Notas


1. Aspecto individualizable pero inseparable de un conjunto. [N. del T.]


2. En una situación de capitalismo ascendente o en el boom de la reconstrucción de la posguerra era posible mantener incluso a grandes monopolistas del mercado de fuerza de trabajo, también conocidos como sindicatos.

Fuente: https://nuevocurso.org/el-ocaso-global-de-la-fabrica/

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