La fundición Aguilar de Palpalá de Jujuy amenaza con despedir a los 144 trabajadores que allí trabajan. La multinacional Glencore, dueña de la empresa, llena desde hace años sus bolsillos con la plata, el cobre y, principalmente el plomo del que maneja el 60% del mercado en Argentina y que ellos mismos extraen y funden. Ahora, pese a haber producido a pleno y pagado en término salarios y premios hasta fin de año, quieren inventar una crisis.
Para evitar posibles enfrentamientos, el gobierno provincial de Cambiemos, encabezado por Gerardo Morales, apoyado por el gobierno nacional y la UOM trasladó la presentación del preventivo de crisis a Ciudad de Buenos Aires.
En el día de ayer se realizó la primera audiencia en el Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación, en su sede porteña, a medio país de la planta. Los compañeros de la fabrica votaron en asamblea a dos trabajadores para que acompañen a la CI de fabrica y a la directiva seccional.
Tanto Abel Furlan, secretario de organización de la UOM nacional, como Froilán Peloc, secretario de la UOM jujeña negaron la entrada de los compañeros de base a la audiencia, asi y todo allí, presionados por la presencia de los compañeros acompañados por un grupo de activistas de la Corriente Metalurgica Independiente, la negociación quedó en suspenso.
Será en una asamblea de fábrica donde se decida si se sigue en CABA o se vuelve a Jujuy donde hoy se realizará una marcha de vecinos y organizaciones sociales acompañando a los obreros de Aguilar.
La intención de empresa, gobierno y sindicato es clara, parten de reconocer una crisis inventada y sólo se disponen a discutir el monto de las indemnizaciones, las 130 familias metalúrgicas quieren mantener sus puestos de trabajo, solo con la presión de las bases y los vecinos jujeños pueden torcer la intransigencia del triunvirato (Glencore, Gobierno, sindicato).
Corresponsal para el roble Pablo Rojas