El Gobierno argentino, a través del canciller Felipe Solá se sumó al rechazo de países como Estados Unidos, Colombia y Brasil, entre otros, de la legítima elección que se desarrolló este domingo en la Asamblea Nacional, y que terminó con la farsa que significó todo este tiempo la presidencia del autoproclamado Juan Guaidó.
El comunicado firmado por el canciller Felipe Solá, repudió lo que él califica de «incidentes» en Venezuela que derivaron en la elección que se desarrolló este domingo en la Asamblea Nacional de Venezuela y que proclamó como nuevo presidente del Parlamento a Luis Parra.
“El gobierno argentino lamenta profundamente los episodios registrados en el día de la fecha en la República Bolivariana de Venezuela. Resultan inadmisibles para la convivencia democrática los actos de hostigamiento padecidos por diputados, periodistas y miembros del cuerpo diplomático al momento de procurar ingresar al recinto de la Asamblea Nacional, para elegir a las nuevas autoridades de su junta directiva”, se afirmó en el texto.
No es la primera vez que Solá juega en contra de la Patria Grande emitiendo declaraciones contra Venezuela revolucionaria, pero es evidente que esta vez levanta la apuesta y sin ningún tipo de pudor se alinea con el golpismo nacional e internacional, defendiendo a un personaje corrupto y vinculado a acciones terroristas como la toma de cuarteles, intento de golpe de Estado y sumiso alcahuete del imperio, como es Juan Guaidó. Hoy, en un proceso transpartente, este sujeto quedó fuera de juego, y muy poco favor le hace a lo que debería ser una política exterior independiente y soberana, el comunicado impulsado por Solá.
Es deseable, que a la brevedad haya una rectificación del gobierno argentino, para que el país no quede pegado a la ofensiva de Trump contra Venezuela.
Por último, señalar que esta misma Cancilleria emitió un comunicado híbrido sobre el magnicidio del comandante iraní Qassem Suleimani, que también muestra la debilidad de la gestión Solá. La declaración habla de que es necesario «una salida pacífica y negociada que evite escaladas que pongan en riesgo la seguridad internacional», y no menciona en ningún momento el nivel de agresión criminal que el gobierno terrorista estadounidense cometió al asesinar en Irak a un dirigente del peso de Suleimani.