Luego de un proceso colectivo y participativo promovido por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) con los Centros de Estudiantes Universitarios de 14 unidades penitenciarias y los Programas de educación en contextos de encierro de las Universidades nacionales de La Plata, San Martín, del Centro, Mar del Plata y del Sur, el Servicio Penitenciario Bonaerense aprobó un protocolo para garantizar la continuidad pedagógica de los estudios universitarios, mientras se mantengan las medidas de aislamiento. Del mismo fue parte la Dirección Provincial de Políticas de Inclusión del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Desde el comienzo la pandemia, la suspensión de las actividades presenciales y la falta de recursos materiales y tecnológicos en las cárceles impidieron, prácticamente, cualquier posibilidad de sostener el acceso a la educación. El Protocolo surge de las recomendaciones generadas por la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, para contribuir a sostener la continuidad pedagógica.
El Protocolo para garantizar la continuidad pedagógica universitaria en contexto de prevención del Covid-19, aprobado hoy por el Servicio Penitenciario Bonaerense del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, es un paso importante para garantizar el derecho de las personas detenidas al acceso a la educación hasta tanto se mantengan las medidas de aislamiento por coronavirus.
El protocolo establece que las autoridades penitenciarias permitirán el acceso de las personas detenidas al espacio físico destinado para realizar las actividades educativas previstas en el plan de estudio universitario. El lugar deberá contar además con computadoras, conectividad y el material bibliográfico provisto por el establecimiento penitenciario y las universidades. De acuerdo al cupo de estudiantes en cada unidad, el centro de estudiantes y las universidades propondrán la cantidad de computadoras con conexión que se requieran.
La Dirección Provincial de Políticas de Inclusión del Ministerio fue designada como la autoridad de control del protocolo; no obstante, en caso de presentarse dificultades en el ingreso de elementos tecnológicos que facilitan el acceso a la educación, los centros universitarios o las universidades podrán notificar también a la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura a fin de resolver la situación.
En cuanto a las medidas sanitarias, el ingreso y permanencia en estos “espacios universitarios” —tal como se describe en el protocolo— estará regido a su vez por estrictas normas de prevención e higiene para prevenir contagios de coronavirus. Las y los estudiantes usarán barbijos en todo momento y deberán realizar la desinfección de las manos al ingresar y salir del espacio.
En cada unidad penitenciaria, el Centro de Estudiantes junto con la Coordinación educativa del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) designará el cupo de estudiantes que podrán acceder por día al espacio; mediante la marcación del suelo, estos espacios guardarán 1,5 metros cuadrado de distancia entre un puesto de estudio y otro para garantizar el distanciamiento social.
Cada establecimiento penitenciario deberá realizar la desinfección previa y con posterioridad al uso del espacio universitario y de los elementos manipulados; en caso que esta medida sea realizada por integrantes del centro de estudiantes, las autoridades penitenciarias brindarán los elementos de higiene y desinfección necesarios.
El protocolo, aprobado por resolución 1836/2020 del Servicio Penitenciario Bonaerense, es el resultado de un trabajo colaborativo de varios meses que contó con la participación de la CPM, los centros de estudiantes de las unidades penitenciarias 1 y 26 de Olmos, 2 y 38 de Sierra Chica, 4 de Bahía Blanca, 7 y 52 de Azul, 8 de Los Hornos, 9 de La Plata, 15 de Batán, 24 y 31 de Florencio Varela, 48 de San Martín y 51 de Magdalena, y las universidades nacionales de La Plata, San Martín, de Mar del Plata, del Centro y del Sur.
De manera conjunta se elaboraron las distintas disposiciones y medidas que contemplan este protocolo y que permitirán retomar los estudios universitarios que, desde el inicio de la pandemia, fueron prácticamente suspendidos o, en el mejor de los casos, discontinuados con serios inconvenientes para acceder a los contenidos curriculares.
En ese sentido, cabe mencionar que durante estos meses las clases presenciales en unidades penitenciarias fueron suspendidas temporalmente. A esto se suma, la escasa o nula existencia de dispositivos tecnológicos con conexión a internet en las cárceles que, en todo caso, hubiera permitido cierta continuidad pedagógica.
De cumplirse con lo estipulado, se mejorará sustancialmente el acceso a la educación en las cárceles y permitirá promover y fomentar la continuidad pedagógica universitaria, un reclamo que las personas detenidas venían sosteniendo en cada unos de los espacios de participación que terminaron con la creación de este protocolo.