Sonia Ivanoff, reconocida abogada y defensora de los derechos indígenas, nos aclara la situación por la que atraviesa la mujer quechua hablante Francisca Herrera Cusi, un caso que recuerda a Reina Maraz.
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Francisca Herrera Cusi es una mujer quechua hablante al igual que Reina Maraz, ¿se acuerdan? Al igual que ella ha sido víctima de la justicia con una “mirada prejuiciosa y patriarcal”, que no tuvo en cuenta el grado de vulnerabilidad de alguien que no comprende con exactitud el idioma de la sociedad en la que vive actualmente. Ella es oriunda de Huancarani, Bolivia, y está instalada en la zona petrolera de Comodoro Rivadavia, Provincia de Chubut, desde 2014. Es madre de cuatro hijos, dos varones y dos nenas, entre 13 y 5 años.
En enero de 2018, Zacarías Rengifo, marido y padre de sus hijos, los llevó a un control de rutina al centro de salud del barrio y la pediatra que los atendió detectó signos de abuso sexual en una de las menores, provocando la denuncia penal contra el hombre y su exclusión del hogar. Francisca, que no entendió bien la situación y que no podía expresarse como corresponde, cuando le informaron sobre la prohibición de acercamiento de su marido, y a pesar de que pedía que alguien le explicara lo que estaba ocurriendo, los agentes interpretaron que ella lo estaba encubriendo.
Entonces, ignorando su condición de mujer pobre, quechua parlante, exponente de una diversidad étnica y cultural y, sobre todo, víctima también de violencia de género, en 2019 la jueza María Marta Nieto resolvió quitarle la relación parental de sus cuatro hijos y entregarlos al régimen de adopción.
Primeramente, sus hijos estuvieron en “La Casa del Niño”, en donde, cada vez que los visitaba, la directora la maltrataba y discriminaba por su condición de boliviana. En los informes del Servicio de Protección de Derechos, dependiente de la Secretaria de Desarrollo Humano y Familia de la municipalidad de Comodoro Rivadavia, se evaluó que la mujer no mostraba interés en la revinculación porque permanecía “callada”. Además, uno de los requisitos del Juzgado de Familia para restituirle a sus hijos era que tuviera una casa de material con tres habitaciones.
“Hoy no se sabe dónde están, pueden seguir institucionalizados o estar en guardia provisoria con alguna familia. Esto es importante porque los dos mayores son bolivianos y que una jueza argentina este resolviendo sobre ellos, puede desencadenar un conflicto diplomático”, señala Oliva Cortez, una de las abogadas, junto con Sonia Ivanoff, que representan a Francisca.
Ambas abogadas, además de denunciar la multiplicidad de violencias sufrida por su clienta y señalar los estereotipos que conformaron una sentencia “tan automática como estigmatizante”, solicitaron la nulidad de aquel fallo y la revinculación inmediata de la mujer con sus hijos.
Fuente: https://www.facebook.com/Pueblos-Originarios-Serpaj-1616081138655587