El capitalismo, a través de sus medios mayoritarios de comunicación, impuso e impone el uso de términos que le garantizan difusión y uso de su bagaje teórico. Así solidifica conceptos, naturaliza posiciones.
Los términos circulan, casi por impulso propio, una vez instalados. Los incorporamos al lenguaje cotidiano. Repetimos, reemplazamos, confundimos. El capitalismo capta, determina en la palabra su concepción de mundo. Nos califica , “capital humano”.
Hoy es más que notorio, el uso compulsivo “recursos humanos”. Refieren a la cosificación del trabajador. Considerar el “recurso” como bien, equipararlo a otros, dinero, capital, rentas. El trabajador no es bien del capital. Individuo con anhelos, esperanzas, familia. Vende su fuerza de trabajo a fin de sustentarse. Pone en juego su corta vida, pertenencia única, preciada.
Recurso es un medio para obtener lo que se pretende. Utilizar lo disponible para cubrir una necesidad. Determinar el uso de aquello que me pertenece. Considerar al trabajador como objeto de uso y desuso. Así el capitalismo explota como recurso, la tierra. No se considera parte de ella. Por tanto defender su legado a futuro.
El recurso litio, llevó a un golpe de estado en Bolivia. El uso de la coca hace una Colombia invivible para muchos.
Pensar lo existente como recurso, es origen de disputa y dominio por la posesión. Guerra, muerte, sufrimiento. Sólo acumular a costa de otros. Apropiarse de aquello que no debiera tener “dueño”. La política de los “recursos”, la desposesión de inmensas mayorías, en provecho de pocos.
Utilizar lo necesario, preservar lo existente para futuras generaciones. Conservar y fomentar la preservación de toda forma de vida existente.
Generalizar el empleo de palabras, las daña. Altera el significado , confunde su uso.
Las bombas, son recurso. Las deudas de los países, son recurso. Las organizaciones de los estados nacionales, son recurso. El poderío bélico, recurso. El Derecho, recurso dominante.
Recurso no es todo y todo no puede ser recurso. El trabajador en su condición , ofrece su fuerza de trabajo. No entrega su existencia al arbitrio de otro. La relación es trabajo por salario.
Dignidad . Independencia, ser uno mismo, elegir, decidir.
El capital, egoísta, cree que es dueño, se apropia, busca usufructuar, acumular. Necesita que cuanto depende de si sea “recurso”, necesita poseer. Dominar para someter, explotar y ganar. Deuda de países, estados débiles, empobrecidos, sometidos al arbitrio del capital.
Defender la condición de cada uno exige saber, reconocerse. La alteridad refuerza las posiciones. Hoy está en pleno la disputa de origen. La Vida, o el capital. Civilización o barbarie. Millones caen, bienes desechables. Para unos, la bolsa, cotizaciones, ventas. Las mayorías, encerradas, expectantes. No es la lotería de la vida, sino el privilegio de sectores económicamente dominantes, legalmente cubiertos .
Democracia, defensa, protección, valoración de la Vida. Lo existente a disposición y cuidado de las mayorías. Aquello que esta en todos y para todos, no es sujeto u objeto de posesión.
La vacunas como “recurso”, vendidas al mejor postor, negocio para pocos, sufrimiento de los más. Universalidad del acceso a la salud, negada por el capital. Barbarie sostenida por el aumento compulsivo de ganancias a manos de los poseedores.
Estrategia de imposición, lenguaje, conceptos, hechos repetitivos. Catarata informativa, carencia de otros marcos ideológicos, opciones para comparar. El discurso casi único, decreta dominación. No pensar, repetir. Caminar en una dirección, sin cruces, desvíos, siquiera rotondas. Allanar, unificar, prescribir. Respirar todos el mismo aire. Antes mis sueños, ahora sus sueños.
Revolución, cambio, miradas distintas, todos dentro, pensar ,facilitar pensar. Alteridad fuente de vida y creación común.
Se es lo que se hace, dice y avala. En cada uno anida la sociedad. Reproducimos la sociedad que aspiramos.
Loscalzo Daniel Salvador
DNI 10370688