Se le puede llamar “inquietante” al comportamiento del gobierno uribista de Iván Duque ante el desarrollo del proceso judicial contra los mercenarios que participaron en el asesinato de Jovenel Moïse, presidente en funciones de Haití, ocurrido el pasado 7 de junio. Recientemente, los magnicidas confesaron detalles que los implican directamente en los hechos.
Hablan los mercenarios
El capitán (r) Germán Rivera (Mike), líder del grupo, declaró que el exfuncionario de Justicia haitiano Joseph Badio dijo que “había que matar a todos (…) los policías, la seguridad del presidente, todo el que se encuentre adentro de la casa había que matarlo”.
El subteniente (r) Jheyner Carmona Flórez develó que “Mike sí dijo que tocaba entrar y matar a todo el mundo, tocaba matar a todos los policías, mejor dicho, si había hasta mascota matar la mascota,(…) nos dijo que tocaba sí pelar al presidente”.
Carmona contó también que ese mismo día se reunieron en la casa de Jaar Rodolfhe (Dodof), un mafioso de Puerto Príncipe señalado de participar en la conspiración que habría ayudado a conseguir las “15 o 16 armas”. Agregó que “había entre 4 y 5 policías dentro de esa oficina (dentro de la residencia presidencial) acostados pero vivos y decían: no, por favor, por favor, no, así… (…) Tenían armamento ahí, fusiles, pistolas, tenían muchas cosas ahí, simplemente no lo utilizaron”.
El sargento (r) Duberney Capador, colombiano también, supervisaría la operación dentro de la casa del presidente, en comunicación constante con Rivera, que esperaría en la entrada.
El grupo, que salió en seis carros a ejecutar la operación, iba acompañado de los haitianos Joseph Badio, James Solages y cuatro policías locales. El sargento (r) Ángel Yarce Sierra contó que “el primer vehículo iba con los 3 policías y 2 de los 20 hombres de acá, iban y llegaban a un punto donde está la policía y ellos paraban y neutralizaban a los policías que estaban ahí”.
Respecto al autor material de los disparos de fusil M4 que mataron a Moïse e hirieron a su esposa, el soldado (r) Naiser Franco Castañeda dijo: “Quiero que apunte simplemente un apellido ahí y ya lo investigan ustedes a ver si es cierto o no: Pineda”.
Esfuerzos “inquietantes” del uribismo
Carlos Camargo, Defensor del Pueblo de Colombia, envió una misión humanitaria a territorio haitiano para “verificar la situación de derechos humanos de los connacionales en ese país”, cuando en su país falta por atender asuntos como el estallido social durante el Paro Nacional y la violación de los derechos humanos por parte de los cuerpos de seguridad.
El pasado 30 de julio, la canciller Marta Lucía Ramírez exhortó al gobierno de Haití a cumplir los tratados internacionales en materia de derechos humanos y brindar garantías a los mercenarios detenidos asegurando que hay irregularidades en su detención y asistencia.
El senador uribista y expresidente del Congreso, Ernesto Macías, pidió que los mercenarios fueran extraditados a Colombia para que se les aplique la máxima condena, aun cuando se trata de un delito claramente político cometido en Haití contra un ciudadano haitiano.
Tal preocupación por el bienestar de sus connacionales en el exterior no ocurrió así con los deportados durante el gobierno de Trump.
Detrás del magnicidio están comprometidos actores militares y empresarios tanto colombianos como extranjeros, con conexiones a voceros y miembros del gobierno colombiano y las fuerzas militares. Entre ellos Antonio Intriago y Alfred Santamaría, contratantes de los sicarios, quienes aparecen en fotos con Iván Duque y gente de su partido.
Los esfuerzos evidencian intentos por ocultar un entramado criminal detrás del magnicidio que, como otras operaciones contra Venezuela, conectan a Miami y Bogotá. Colombia es un Estado paramilitar cuyo aparato mafioso lo constituye en una peligroso actor político para todo el hemisferio.
Fuente: Instituto Samuel Robinson https://telegra.ph/Esfuerzos-inquietantes-de-Duque-ante-el-magnicidio-en-Hait%C3%AD-08-23