Este miércoles se realizó una audiencia virtual en la Sala 2 de Casación, en la que la defensa del policía Ricardo Ayala pidió que se revoque la pena a 16 años de prisión impuesta por el tribunal oral en 2019, y sea absuelto. Las querellas y la fiscalía insistieron en que la condena quede firme y se cumpla de manera efectiva. Ayala continúa en libertad mientras Lucas sufre a diario gravísimos problemas de salud a causa de los tres disparos que recibió en 2015. Su mamá les habló a los jueces. La audiencia se vio en vivo con cobertura de FM Riachuelo, La Retaguardia y Sur Capitalino.
“Nosotros no tenemos paz, Ayala violó la distancia de acercamiento a nuestra familia, lo cruzamos a tres cuadras de casa. Lucas merece justicia. Necesitamos que Ayala esté detenido y cumpla la condena”. Con este pedido de Carolina Vila, mamá de Lucas Cabello, terminó este mediodía la audiencia ante los jueces de la Sala 2 de la Cámara Nacional de Casación, que deberá definir ahora si confirma la condena a 16 años a Ricardo Ayala y si, como pidieron las querellas y la fiscalía, el ex policía de la Ciudad la cumplirá en una cárcel. Carolina escuchó toda la audiencia en una sala de FM Riachuelo junto a su compañera y amiga Roxana Cainzos, mamá de Nehuén Rodríguez. “Esta virtualidad hace que además de triste una esté sola, por eso agradezco estar acá”, dijo. Es que Lucas está nuevamente internado y este jueves, en el día de su cumpleaños 27, volverá a ser operado por uno de los tantos problemas de salud que le dejaron las balas de Ayala.
La audiencia comenzó con el planteo del abogado defensor del policía, Santiago de Jesús, quien al igual que había ocurrido durante el juicio oral, basó sus argumentos en responsabilizar a la víctima y estigmatizarla: “Lucas Cabello era una persona violenta, capaz de amenazar a alguien con un arma de fuego”, aseguró en base a ninguna prueba y se preguntó: “¿Por qué iba a disparar tres tiros Ayala sino se hubiera sentido en peligro?”. En el juicio, el Tribunal Oral 1 dio por probado que Lucas no tenía ningún arma al momento de los hechos. Que Ayala no se defendió de nada. Que no hubo ningún enfrentamiento. Que el policía, con su arma reglamentaria, le disparó tres veces a Lucas y que dos de los tiros fueron cuando el joven de La Boca ya estaba en el piso.
“No tiene explicación”
Por eso, esa misma pregunta es la que luego tomaron los abogados de la querella para demostrar que no existió ninguna razón para ejecutar a Lucas. “Dicen que no encuentran justificativo a los tres disparos, y es porque no lo hay. Que en democracia un policía dispare tres veces a un ciudadano, con el arma que le dio el Estado para protegernos, no tiene explicación. Por eso la defensa hace eje en estigmatizar a la víctima, busca un justificativo a lo que no tiene. Y no nos sorprende”, señaló Matías Busso, abogado de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, organismo querellante en la causa. Para cerrar su intervención pidiendo que la pena se haga efectiva: “Carolina, Lucas, no pueden seguir representándose la idea de que en cualquier momento se pueden volver a cruzar con la persona que le dio tres disparos. Debemos poder proteger a la víctima. Es un mensaje a la sociedad en su conjunto y a las fuerzas de seguridad. La justicia debe actuar con la mayor celeridad y contundencia posible. Vemos una asimetría con respecto a lo que sucede en el común de los casos. Ayala sigue en libertad por un factor de poder que es ser un efectivo de una fuerza de seguridad”.
A su turno, Adrián Albor, abogado representante de Lucas en la querella, dejó en evidencia la falta de argumentos de la defensa: “No hay agravios a responder porque no han sido planteados. ¿Lucas Cabello merecía que le dispararan tres veces porque es una mala persona?”, se preguntó luego de repasar algunos testimonios que resultaron claves en el juicio oral como el de una señora que no conocía a Lucas, ni era vecina y que pasaba por la vereda al momento de los disparos.
La otra causa de Ayala
Para finalizar los planteos técnicos, tomó la palabra la fiscal María Luisa Piqué, quien además de solicitar que se confirme la condena a Ayala y que se le dicte prisión preventiva, trajo una novedad a la audiencia: en 2019 el policía fue acusado del delito de falsificación de documento por contar con una licencia de conducir falsa. El 30 de junio de 2021 fue condenado en un juicio abreviado a un año y medio de prisión en suspenso y puesto en libertad. El dato más importante es que en este expediente Ayala estuvo prófugo, motivo por el cual el 5 de junio de 2020 fue declarado en rebeldía hasta febrero de 2021 cuando finalmente fue detenido. Durante los meses que estuvo preso, la justicia le rechazó la excarcelación dos veces en base al riesgo de fuga y a la existencia de un proceso con condena que aún no está firme (la causa por el intento de homicidio de Lucas). “En base a todo esto creemos que si la Sala confirma la condena a 16 años, pero no la hace efectiva, el peligro de fuga se verá incrementado aún más”, alertó la fiscal luego de rechazar el concepto de que hasta que el recurso de queja no haya sido rechazado por la Corte Suprema, la condena no está firme y, por ende, Ayala debe continuar en libertad. “Esta doctrina trae consecuencias negativas: “Ya pasaron 7 años de los hechos. Es inexplicable para la sociedad, para Lucas, para su mamá y para todas las víctimas que las condenas se ejecuten 8 o 10 años después. Para que cumpla los fines, es necesario que se ejecuten en un tiempo cercano a los hechos, más aún en este caso de accionar ilegal de un funcionario policial con el arma reglamentaria”.
La voz de la familia
La última en hablar ante los jueces fue Carolina. Atravesada por el dolor, pero con enorme valentía, la mamá de Lucas repasó los sufrimientos que viven desde aquel 9 de noviembre de 2015.
“Voy a ir a lo más importante para mí que es la salud de mi hijo. Hasta sus 20 años fue fuerte como un roble, pero ya van a ser 7 años que viene luchando con un montón de complicaciones que terminan en internación, como es el caso ahora. Estuvo casi un año con traqueotomía lo que hizo que sus pulmones se debiliten. Ahora está con atelectasia, que es como si los pulmones se achicharraran. Esto hace que también su corazón se debilite. Además, usa sonda vesical que le genera infecciones muy seguido, y estar en silla de ruedas le genera escaras con heridas muy profundas que en algunos casos llegan al hueso”, enumeró con tristeza, tomó aire y siguió: “Mi hijo depende de insulina y más de 20 pastillas por día y aun así no logra sentirse del todo bien. Sufre de muchos dolores en el cuerpo y en la tristeza de extrañar su vida. Pero a pesar de todo esto, creo que es más valiente que todos los que estamos acá. Y también es terco, que no se va a rendir, aprobó exámenes para seguir la carrera de periodismo deportivo y en la radio de nuestro barrio tiene una columna. Se obliga a seguir. Es el papá más presente que yo conozco y es mi orgullo. Por todo esto y por mucho más merece tener justicia”. Luego de la audiencia, Carolina y Roxana se sumaron al cierre de la transmisión que La Retaguardia, FM Riachuelo y Sur Capitalino realizaron como parte del Colectivo de Medios Populares.
Ayala fue condenado en 2019 a 16 años de prisión y 10 de inhabilitación por tentativa de homicidio, agravada por haber sido cometido en su función policial y con arma de fuego. Sólo estuvo detenido un año.