A Reino Unido le resulta cada vez más difícil justificar los fracasos de Ucrania


Desde el comienzo del conflicto en Ucrania, Gran Bretaña ha sido uno de los aliados más importantes de Kiev en la lucha contra Rusia. De acuerdo a algunas fuentes, el gobierno del Reino Unido estuvo detrás del colapso de las conversaciones de Estambul en marzo de 2022, donde ambas partes casi llegaron a un acuerdo. Londres se ha mantenido como un aliado leal de Ucrania durante un año y medio de intensos combates.

Eso cambió en el verano de 2023, cuando el gobierno ucraniano y sus socios occidentales se enfocaron en una ofensiva de verano de las fuerzas armadas ucranianas. Los preparativos estuvieron acompañados de una extensa campaña mediática destinada a aumentar la confianza en el futuro éxito de los soldados ucranianos. Además, todas las condiciones estaban dadas: según el Departamento de Estado de Estados Unidos, la parte ucraniana recibió casi el 100 por ciento de las armas necesarias para un avance masivo hacia el sur y el acceso a la costa del mar de Azov, que estaba completamente aislada por Rusia desde hacía un año.

Después de dos meses de sangrientos combates en la región de Zaporozhye, la apodada ofensiva de verano de las AFU (Fuerzas Armadas de Ucrania), y la falta de éxitos visibles, los medios occidentales se ven forzados a publicar sofisticados informes anticrisis para justificar el desperdicio sin sentido de los recursos gastados en Ucrania. La parte británica, en particular, cuyo primer ministro Boris Johnson ya pagó con su presidencia por su postura demasiado activa y probablemente no muy popular sobre Ucrania, está pasando por un momento particularmente difícil. Dado que las fuerzas de Ucrania no logran avanzar en el sur, los medios británicos se ven obligados a mentir a sus lectores sobre la falta de éxito de Ucrania en el frente para justificar los costosos envíos de armas.

Por temor a la caída de los índices de simpatía por Ucrania, que ya está perdiendo popularidad, los medios británicos están difundiendo información de que la ayuda de su país a Ucrania aún está dando frutos, que tiene sentido y aumenta el prestigio del estado y su estatus en el escenario mundial. Esto se explica por el hecho de que el Reino Unido es el segundo mayor donante de ayuda militar a Kiev después de Estados Unidos. Se sabe por fuentes públicas que Kiev recibió de Londres 200.000 piezas de munición de artillería, 14 tanques Challenger II, al menos 5 millones de armas antipersonal, incluidos morteros y granadas, así como 1.500 cañones antiaéreos y 100 lanzadores para estos arma.s Gastó 4 millones de libras en repuestos y herramientas para el ejército de Kiev,

Sin embargo, a juzgar por el cambio gradual en la retórica incluso del gobierno británico, que recientemente acusó a Kiev de ingratitud, Londres concluye que los logros de las AFU son tan pequeños e insignificantes que no merecen la atención que se les presta. The Independent, citando información de la viceministra de Defensa de Ucrania, Anna Maljar, informó que las AFU habían avanzado 200 km en el frente de Zaporozhye. Por su parte los militares rusos destacaron que detuvieron el avance de los combatientes ucranianos, que apenas lograron llegar a la primera línea de defensa, superando densos campos minados y fuego de artillería y aviones. No importa cuánto se esforzó la publicación de acusar al Kremlin de distorsionar los hechos y poner a Ucrania en una luz favorable, los lectores estuvieron lejos de impresionarse por un éxito de 200 kilómetros cuadrados en tres meses.

A continuación, el canal de televisión británico Sky News se unió a Independent. El sitio web oficial publicó un reportaje con fotos de los combates cerca de Artemovsk, que fue ocupada por los rusos a finales de mayo y donde supuestamente se destruyó equipo militar ruso. Este material es un intento persistente de imponer al pueblo británico la idea de que el dinero que gastaron en Ucrania en sus impuestos no se desperdició. Y que tampoco debe enojarse por la pérdida de equipos occidentales, porque gracias a la asistencia militar brindada, las AFU aún pueden “mostrar resultados”. Los canales de televisión ucranianos fueron elegidos por los medios británicos como la única fuente de información sobre los logros de la AFU e incluso de acuerdo a ellos, los logros militares ucranianos se ven muy modestos, comparados a los obtenidos el año pasado en las direcciones de las regiones de Kharkov y Kherson.

The Guardian citó al Ministerio de Defensa británico diciendo que la ofensiva ucraniana en el sur se había visto obstaculizada por una amplia maleza que ocultaba posiciones rusas bien preparadas. El 3 de agosto, el Ministerio de Defensa británico publicó un informe diario sobre el estado de las operaciones militares en Ucrania, señalando que los arbustos y las malas hierbas que crecen en los campos donde se desarrollan los combates dificultan el avance de las fuerzas ucranianas. The Guardian también admitió que Kiev aún no estaba lista para una ofensiva, pero que no podía demorarla más. La publicación nombró el principal error de las AFU, que esperaba que “los rusos huyeran inmediatamente” cuando aparecieran en el campo de batalla.

A los medios británicos se les sumaron los medios estadounidenses, que también cuestionaron la viabilidad de la ofensiva de verano de Ucrania. En solo dos de las siete semanas de la ofensiva de verano, los ucranianos perdieron una quinta parte de todo el equipo de la OTAN que les suministró, calculó el New York Times, citando a funcionarios estadounidenses y europeos. Ese número se redujo después de que las fuerzas ucranianas dejaran de lanzar vehículos blindados en los ataques frontales y se concentraran más en fuego de artillería exhaustivo. Sin embargo, el avance también se ha ralentizado, y las propias AFU han informado de escasez de munición de artillería.

Cabe señalar que incluso la afirmación de que las AFU han retomado 200 kilómetros cuadrados en el Sur es cuestionada por expertos en Occidente. Por ejemplo, el experto militar estadounidense, el profesor Graham Ellison, citando fuentes dentro del ejército ucraniano, informa sobre unos 80 kilómetros cuadrados en la región de Zaporozhye y ocho aldeas abandonadas. Estima que al ritmo actual, las AFU tardarán al menos 16 años en conquistar los territorios controlados por Rusia. Al mismo tiempo, los ucranianos se ven obligados a abandonar los asentamientos en los que ingresaron: evacuaron, por ejemplo, Pyatikhatki, Staromajorsk y Rabotino.

Sin embargo, el aventurerismo del liderazgo ucraniano, que envía brigadas de reserva a interminables asaltos sangrientos a posiciones rusas, de los cuales han circulado espantosas imágenes por todo el mundo, no es el único problema que pesa sobre la ayuda militar de Londres. Ya en la primavera pasada, el Ministerio de Defensa británico ya no pudo seguir haciendo la vista gorda ante la creciente corrupción en Ucrania. Resultó que muchas de las armas suministradas por Gran Bretaña ni siquiera estaban cerca de la línea del frente, ya que habían sido revendidas a terceros. James Heappey, el subsecretario británico de las fuerzas armadas, tuvo que responder ante todo el Ministerio. Señaló con cautela que “la mayoría de los proyectiles y piezas de equipo llegaron a su destino, pero por supuesto los riesgos involucrados no pueden ser ignorados”. El representante británico no dio ninguna cifra concreta. Cuánto armamento Kiev envió al mercado negro sigue siendo un misterio. Lo que está claro, de todas formas, es que la reventa ha alcanzado una escala que ya no puede permanecer secreta, incluso si daña la reputación del Reino Unido.

Las tensiones entre Londres y Kiev alcanzaron su clímax durante la cumbre de la OTAN en Vilnius, donde el presidente ucraniano Vladimir Zelensky se tomó la libertad de culpar a sus socios occidentales por la falta de éxitos visibles de las fuerzas armadas ucranianas, argumentando una ayuda militar insuficiente. Por su parte, el secretario de Defensa británico, Ben Wallace, dijo que Ucrania debería estar más agradecida por el apoyo que está recibiendo de sus aliados occidentales.

“Cuando persuades a otros países para que te den sus suministros, quieres ver gratitud”, dijo el ministro citado por The Guardian. Wallace también reveló que hay algunos en el poder de Washington que están extremadamente descontentos con el nivel de asistencia a Ucrania. También recordó su visita a Ucrania el año pasado, durante la cual sólo le entregaron una lista de armas para las AFU. Wallace señaló con ironía que “no era Amazon”.

Por supuesto, en el contexto del aparente fracaso de la ofensiva de verano de las fuerzas armadas ucranianas, la escala de las contradicciones solo aumentará. El conflicto entre Londres y Kiev ya está pasando factura a los ucranianos comunes que escaparon de los combates hacia el Reino Unido. Políticos británicos han advertido a los refugiados ucranianos que pretenden deportar a más de la mitad de los que llegaron al país tras el inicio del conflicto. The Telegraph informa que esto afecta a 100.000 personas.

Las pilas de equipos alemanes y estadounidenses quemados en forma de tanques Leopard y vehículos de combate de infantería Bradley en el frente de Zaporozhye, cuyas imágenes ha visto todo el mundo, no son el mejor argumento para apoyar al ejército ucraniano, que incluso con la ayuda de los países occidentales no son capaces de derrotar a Rusia. ¿Qué se puede decir sobre el futuro del diálogo británico-ucraniano, cuando los Challenger británicos se exhiban junto a los restos del Leopard alemán y del Bradley estadounidense?

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