En Laferrere junto al fuego aguardamos al primer Sol del hemisferio sur, que recomenzó el ciclo de vida luego del descanso otoñal de la Pachamama. Noche larga y fría pero abrigada al calor de cantos y alimentos que nos dimos a compartir.
En este duro tiempo de pandemia que se lleva a tantos seres queridos y nos condenó al encierro individual, fue muy fortalecedor poder compartir con ñañaykuna de la comunidad Sisa Pacha, peñi-lamgen del Pueblo Mapuche de ciudad y provincia de Bs As así como con hermanos sikuris un momento comunitario y circular.
Tras cinco o dos siglos de opresión colonial, es necesaria la empatía para conocer los procesos de lucha de cada uno de los pueblos diversos con quienes el camino nos cruza. Y así poder divisar ese enemigo en común de nuestra vida digna, ese que masacró y esclavizó a nuestros ancestros, robando sus territorios del Abya Yala para engordar las arcas de las élites imperiales europeas.
Despojo que continúa hoy en día, no ya con carabelas y espadas pero mediante corporaciones neoconquistadoras que aún riegan de sangre las comunidades, a lo cual han sumado venenos de la megamineria y agroindustria que contaminan la Ñuke Mapu y por ende el alimento que sus hijxs consumimos.
Pero a pesar de las mañas del poder colonial los pueblos indígenas aún guardamos memorias y recetas propias de lucha tras siglos de resistencia, palpable de sur a norte de nuestra cordillera que cual espina dorsal conecta procesos de organización que como sedimentos suelen unir montañas y costas.
Chey Chey Jallalla Jaylli Marichiweu!
Fuente: https://web.facebook.com/tresombuesamatanza/posts/6541478675869625