Sequías, incendios, ola histórica de calor, trigo transgénico, mega granjas porcinas, petroleras en el mar, pandemia. Parece el guión de una película apocalíptica pero no lo es. Lamentablemente es la radiografía de la real Argentina de 2022.
Venimos atravesando una de las olas de calor más fuertes de los últimos tiempos de nuestro país. Mientras tanto, situaciones que debieran ser excepcionales se están convirtiendo en moneda corriente: nuevamente incendios en la Patagonia, el Litoral y en distintos lugares de las provincias de Buenos Aires, San Luis, Santa Fe, Salta, Formosa, Mendoza y La Pampa. Tanto es así que esta semana el Gobierno debió declarar la EMERGENCIA ÍGNEA a nivel nacional.
Las comunidades y trabajadores de la tierra de muchas provincias reclaman porque se mueren sus animales y no pueden seguir produciendo debido a la falta de agua en un contexto de sequías alarmante.
Si bien en nuestro país rige la EMERGENCIA CLIMÁTICA Y ECOLÓGICA desde 2019, son muy pocas las medidas que se han tomado en materia ambiental para evitar o reducir estos desastres socioambientales. El agronegocio, las petroleras, la deforestación, las mineras, el fracking, el negocio inmobiliario, son algunas de las caras más destructoras y contaminantes del modelo extractivista que prioriza las ganancias por sobre la vida humana, la naturaleza y los bienes comunes.
Las predicciones sobre nuestro planeta son catastróficas y lo estamos viviendo ya en carne propia en la Argentina. No podemos mirar para otro lado. Las y los vecinos se organizan para apagar los fuegos, para frenar la deforestación, para cuidar los mares y las montañas, para sembrar agroecología, para abastecerse de agua. Pero la respuesta a un problema tan estructural no puede depender únicamente de la solidaridad y la autogestión de nuestros pueblos. Necesitamos políticas públicas de forma urgente para realmente combatir la crisis climática y las industrias saqueadoras que lo impulsan. El Estado argentino debe ser protagonista del cuidado de nuestros bienes comunes y del freno al avance de la crisis climática en nuestra región.
Las emergencias ambientales no pueden quedar en una declaración de principios. La emergencia climática la estamos viviendo aquí y ahora. Por lo tanto, aquí y ahora necesitamos políticas contundentes para hacerle frente a las consecuencias que el modelo extractivista nos deja.
Desde la Plataforma Socioambiental exigimos al Estado respuestas integrales y urgentes y nos ponemos a disposición para articularlas.
Fuente: https://opsur.org.ar/2022/01/19/incendios-sequias-ola-de-calor-basta-de-ecocidio/