El movimiento obrero luego de la derrota de Macri

A poco del comienzo de la nueva gestión y a pesar de muchas incertidumbres sobre lo que va a pasar, los y las trabajadores y trabajadoras debemos poner sobre la mesa algunos de los temas que hay que resolver: la pobreza, el desempleo, la caída de salario real y de la capacidad de consumo, pero también la necesidad de desarmar el modelo neoliberal orientado a obtener ganancias para las trasnacionales y los grupos concentrados.

No hay futuro de bienestar social en un modelo extractivo y energético al beneficio de las multinacionales. El nefasto modelo del tarifazo, como el anterior de precios subsidiados no fueron solución para los problemas que enfrentamos como sociedad. YPF debe dejar de ser una Sociedad Anónima y encabezar desde la gestión pública un camino de reconversión energética y de reconocimiento del derecho a la energía.

Desde la CTA Autónoma creemos fundamental, ante cualquier coyuntura y gobierno, poner siempre por delante los intereses de la clase trabajadora. Creemos que ante el nuevo gobierno nacional electo por mayoría popular que encabezará Alberto Fernández, los trabajadores tenemos que seguir defendiendo nuestros intereses como clase, tenemos que continuar desarrollando organización gremial y continuar desplegando nuestras demandas, que no son otra cosa que la pelea por una vida digna.

Ante la crisis económica, la etapa que viene en la Argentina será un enorme desafío para el movimiento obrero, por eso en pleno siglo XXI debemos seguir defendiendo el derecho a organizarnos y llevar adelante nuestras demandas sin que se vea amenazado el derecho a huelga o cualquier manifestación que tenga como objetivo la defensa de los derechos de los trabajadores/as.

Hoy América Latina renueva sus esperanzas de la mano de las masivas movilizaciones y protestas populares. Los trabajadores y trabajadoras además tenemos el derecho a huelga como una herramienta (derecho fundamental) que ha permitido incontables mejoras y conquistas para los trabajadores y la sociedad en su conjunto.

Tenemos en claro que la intención de la OIT es desarrollar una ofensiva que elimine todo vestigio del derecho a huelga de las normas internacionales del trabajo. Defender el derecho de huelga es determinante, porque es un instrumento imprescindible para llevar adelante las iniciativas y luchas de las clases populares contra un sistema que excluye, empobrece y precariza a las grandes mayorías.

En la Argentina que viene es fundamental que los trabajadores y trabajadoras sigamos construyendo cada vez más mejores organizaciones gremiales y es central que lo hagamos desarrollando unidad.

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