Mujeres sindicalistas: la transformadora lucha por la igualdad

Referentes de diversos gremios del sector público y privado conversaron con Indymedia Rosario acerca de los límites, los desafíos, las estrategias y perspectivas que imprimen las mujeres a la hora de participar activamente en las direcciones políticas de los sindicatos. ¿Hay un sindicalismo feminista? ¿En qué se diferencia del sindicalismo tradicional?

8M 2020 – Foto: Sofía Alberti, Indymedia Rosario

Decimos sindicalista y el imaginario popular, construido sobre una base de prejuicios de múltiple índole, da una foto: el hombre excedido de peso con un bombo y posiblemente un tatuaje de algún personaje histórico, con fama de resolver las cosas a lo macho. La construcción simbólica sobre los sujetos sindicalizados y las discriminaciones históricas sobre las que se asienta, amerita su propia nota, como así también el recorrido de para qué individuo fueron pensados los gremios en su origen, más allá de las heroicas luchas de las mujeres en cada construcción de las diversas vertientes políticas del siglo veinte: obrero, hombre, de sector popular, jefe de hogar de familia heteronormativa.

En los últimos años el movimiento de mujeres, disidencias y el feminista en particular, empujaron la participación de las mismas al interior de estructuras que siempre resultaron adversas e inequitativas para el acceso a los cargos de decisión política. En pleno siglo 21, que una mujer sea Secretaria General de un sindicato, sigue siendo un hallazgo.

Sobre qué implica ser mujer y hacer sindicalismo, las particularidades que imprimen ellas a la hora de hacer política gremial, los desafíos en la agenda este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer y en el marco del Paro Plurinacional de Mujeres y Disidencias, hablamos con diversas dirigentes y militantes gremiales.

Foto: Sofía Alberti

Cuidado, límite

Cadahia – Foto: Facebook

Silvana Cadahia es Secretaria Adjunta de Sadop (docentes privados) y considera que si bien “cuando te mueve el deseo a la tarea colectiva se puede superar”, las mujeres encuentran una traba en la militancia en general al tener que atravesar esfuerzos superlativos que se transforman en obstáculos. “Dar clases, estudiar para sostener la carrera académica, estar informada, reuniones, marchas, diálogo, escucha, planificación, se comparte con la crianza y cuidado de lxs hijxs y eso es muy demandante”. La “culpa y enojo en lo personal” que atañe la cesión de las tareas de cuidado son un yunque emocional fuerte, cuenta.

La abogada laboralista, militante feminista y gremial, María Martha Terragno analiza que “además del trabajo ‘productivo’, ya que las mujeres representan casi el 50 por ciento de lo que la economía tradicional llama ‘económicamente activa’, las mujeres realizamos también trabajo reproductivo que también tiene un valor económico”. Al sumar el trabajo social, de participación gremial y política, “se dificulta en relación a los varones, que no se hacen cargo del trabajo de cuidado”, explica.

Terragno – Foto: Sofía Alberti

Si bien los sindicatos se han ido modificando, la abogada apunta que son “espacios masculinizados, donde no se prevén estas responsabilidades de cuidado en la planificación de las actividades o en la previsión de lugares para que los niñes o madres lactantes puedan estar mientras sus padres realizan tarea de militancia gremial”.

El tema es que el esquema de ‘supermujer’ termina agotándose y surge el poder de la creación para participar: “primero respondí intentando cumplir con todo, lo cual obviamente es inviable, y recientemente intentando con mi pareja que sea más compartido, y también tratando de alivianarme el mandato de cumplir, no siempre lo logro”, se sinceró la Secretaria de Asuntos Sociales de Amsafe Rosario, Paula Nardini.

Batalla cultural, simbólica y física

El escalofriante dato de un femicidio cada 23 horas en el país, da cuenta de un amplio fenómeno con profundas bases culturales, económicas, sociales e históricas. Aunque muchas veces cuesta ahondar en las situaciones que padecen las mujeres a la hora de pretender ser parte de las direcciones políticas, las dirigentes sin tapujos dan cuenta de anécdotas elocuentes.

Perren – Foto: Eduardo Bodiño

Alejandrina Perren, Secretaria de Derechos Humanos, Género e Igualdad de La Bancaria Rosario y delegada del Call Center Banco Santa Fe, relata que “cuando algún hombre propone se lo escucha más, en cambio nosotras debemos insistir más y explicar mucho más. En la Bancaria tenemos a Analía Ratner como Secretaria General y en el 53 % de secretarias titulares tienen la responsabilidad compañeras. Por lo que el camino a la igualdad es entre todos, todas y todes”.

María Fernanda Boriotti es la primera mujer en presidir la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) y sigue, a su vez, siendo la Secretaria General del gremio de base SIPRUS y Adjunta de la CTA Autónoma Regional Rosario. A ella, bioquímica, profesional, en sus primeras intervenciones sindicales, los varones buscaban deslegitimarla calificando: “la rubia burguesa está aburrida” y por eso hace sindicalismo.

Ese tema de clase y género también lo sufrió Lorena Almirón, actual Secretaria General de ATE Rosario y Secretaria de Organización de la CTAA local. Un gremio que, pese a tener un 72% de afiliadas mujeres, nunca había tenido una de ellas en el cargo máximo de definición. Proveniente de uno de los sectores más feminizados y castigados de la administración pública provincial: asistentes escolares, recuerda que “cuando recorríamos hace quince años como militantes de base sectores de trabajo a pie, en bicicleta o colectivo, pedimos un auto del gremio para poder agilizar la tarea. Se nos rieron en la cara, pero al tiempo por prepotencia de trabajo pudimos hacer una decena de visitas en vez de cinco, sobre cuatro ruedas”.

Durante el último proceso electoral en su gremio además, contó que la oposición masculina para nombrarlas, les decían “porteritas con celular” (son asistentes escolares), “las locas”, “esas amas de casa con teléfono”. “La discriminación era de género, pero también de clase”, consideró.

Intersindical de mujeres de Rosario 2019 – Foto: Facebook

Estrategias

Boriotti y Almirón – Foto: Sofía Alberti

“En la etapa que transitamos, las mujeres están tomando un protagonismo excepcional en todos los espacios. En el sindicalismo, mundo históricamente circunscripto a los hombres, la decisión de algunas, acompañadas por otres, de avanzar hacia cargos de dirección saliendo de las clásicas secretarías destinadas a las mujeres, es un gran avance y empieza a ser visible. La deconstrucción del patriarcado es una tarea cotidiana de todes para avanzar en un mundo más equitativo”, asegura Boriotti.

Ceruti – Foto: Nancy Rodríguez

Compartiendo las experiencias que van gestando en ese sentido, la docente Julia Ceruti, Secretaria de Género de la CTA de lxs Trabajadorxs Rosario, cuenta que “trabajamos la posibilidad de hacer las reuniones con les niñes, o en las casas, adaptando nuestra lógica de funcionamiento a las necesidades y realidades de cada una. Organizamos los tiempos de las reuniones, y establecimos horarios de inicio y finalización, asumimos, entre todas, las tareas de cuidado, entendiendo que la responsabilidad colectiva nos aseguraba la participación de las compañeras”.

Sobre las tácticas y valores que se van construyendo entre las mujeres de diversos espacios, Irma López , trabajadora del call center Aguas Santafesinas, miembro de comisión directiva del Sindicato del Personal de Obras Sanitarias Rosario, e integrante de la comisión de DDHH y Género, apunta: “Unión, luchas colectivas, sororidad, generosidad, que se repliquen los buenos actos, que se compartan las conquistas, apoyando a otros sindicatos, conformar las comisiones donde se puede informar, contener, empoderar. Salir a la calle a informar, difundiendo en los medios, haciendo campañas para que sea más fácil que conozcan y apoyen nuestras luchas por una sociedad más justa e igualitaria”.

“Hacia dentro de la organización la lucha de las mujeres sigue marcando agenda, continuamos con las firmas de protocolos por violencia de género, ahora empezamos con los protocolos de violencia laboral. En dos semanas empezamos con la escuela de genero sindical que es un proyecto de hace bastante tiempo y ahora podemos concretar con ley Micaela, nuevas masculinidades, sororidad, licencias, entre otras temáticas”, comparte Perren, de La Bancaria.

López – Foto: Facebok

Desde la CTA Autónoma, tanto Boriotti como Almirón y Nardini, destacaron el trabajo conjunto del Frente de Estatales en torno a la Ley Micaela (de formación al personal estatal), la Ley Vanesa (de protección a víctimas y agentes estatales denunciantes de violencia), la pelea por la ratificación del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (sobre violencia y acoso en ese ámbito), por la implementación de la Educación Sexual Integral, la instauración de un protocolo interno en la organización para accionar en casos de agresiones por género, el logro que se va propagando en diversas provincias de la licencia laboral para víctimas de violencia de género, entre otras.

Además, ATE Rosario presentó recientemente el Programa de Inclusión Sindical de Oportunidades y la Encuesta Permanente de Inequidad de Géneros, que será insumo permanente para el diseño de mecanismos de intervención.

En un mapa que se modificó a nivel nacional con la irrupción del Ministerio de la Mujer y la promesa de tratamiento de la Ley IVE, las dirigentas se pronunciaron sobre la agenda que se impone. “Es necesario que el Estado avance en garantizar condiciones de equidad para hombres y mujeres, por ejemplo aumentando las licencias parentales para los hombres y mujeres, garantizando guarderías infantiles en los lugares de trabajo, aprobando leyes como la Ley Micaela, la despenalización del aborto, la ratificación del convenio 190 de la OIT contra la violencia y el acoso en el mundo del trabajo. Hemos dado pasos firmes. Y está en el horizonte seguir transformando y avanzando”, dice Boriotti.

Nardini – Foto: Sofía Alberti

La diferencia

¿Qué puede marcar como disruptivo la participación de las mujeres con perspectiva feminista en los sindicatos? “Hay algo muy parecido a la hermandad, a la horizontalidad, a la solidaridad que me parece muy promisorio”, afirma Nardini, de Amsafe Rosario.

“Este presente plantea una reescritura de la Historia para comprender cómo llegamos pero también para demostrar y legitimar el recorrido de las mujeres en el mundo doméstico civil y político. La agenda será diferente si construimos desde la pluralidad, creando otros mecanismos sin hegemonías absolutas con estrategias diversas, usando herramientas diferentes animando a la participación dando cobijo experimentando desde lo colectivo y múltiple. Escuchando nuestra naturaleza sensible gestante y vital llevar esas cualidades que portamos a lo colectivo y que no se nos vaya la vida será el mayor de los desafíos”, sintetiza la docente privada Cadahia.

“Las mujeres sindicalistas tenemos la responsabilidad de discutir y visibilizar las realidades de las mujeres y disidencias, en el marco de una política sindical que comprenda de forma integral todas las acciones. Los espacios de género no deben sólo discutir de manera aislada la problemática de los géneros, ya que perder dimensión y escala en el abordaje nos impide la construcción de diagnósticos y análisis de la realidad, a partir de los cuales comprender al género en tensión con el sistema productivo, con las relaciones de opresión y con la materialización de las desigualdades”, analiza Ceruti, de CTAT.

“Ganamos las elecciones porque nunca abandonamos el trabajo de base, porque tuvimos el apoyo del sector mayoritario del sindicato, que es el sector que mejor organizado está. Y porque queremos llevar un modelo sindical distinto al que nos impone el sistema patriarcal. Queremos construir un modelo que no replique las lógicas que históricamente nos excluyeron a mujeres y disidencias de los sindicatos”, concluye la estatal Almirón.


Por Indymedia Rosario

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