Lo hicieron en conjunto en el área Estación Fernández Oro, reclamando el cese de la actividad. Enrique Peña, productor de frutas orgánicas y de equinos de raza habló con el Observatorio Petrolero Sur y detalló las afecciones que sufren desde que la empresa YPF se asentó en la zona para hacer fracking.
Por Martín Álvarez Mullally.
“Reclamamos desde hace tiempo por los ruidos molestos, las emisiones y distintas contaminaciones. Soy productor de caballos para equinoterapia y de raza, las hembras no quedan preñadas por el estrés y eso nos afecta mucho, además producimos frutas orgánicas para exportación y cerdos para el mercado local”.
YPF perforó en el área más de 200 pozos y desde entonces hubo explosiones, derrames y distintos accidentes. Al productor Peña también lo afectó en su vida cotidiana: “Se rajó la pileta, las paredes y los vidrios tiemblan, somos tres familias con niños. No podemos dormir por los ruidos y padecemos mucho estrés”. Cuando la empresa estaba fracturando, en 2019, los productores le enviaron en una nota la enumeración de todos los problemas padecen. La respuesta llegó negando todo, una vez que ya habían terminado y retirado los equipos. Enrique considera que es un destrato de parte de la empresa, y junto a otras familias productoras van a mantener el corte hasta que obtengan una respuesta. La Asamblea Permanente del Comahue por el Agua acompaña el reclamo.
La inyección de los pozos EFO 360 y 362 derramó en octubre de 2016 unos 240.000 litros de líquido de inyección. La contaminación de la chacra 60 fue tan grande que formó una laguna y los frutales de alrededor se quemaron. Juan Pablo López, otro vecino de la locación, denunció a la empresa por las mismas causas en 2018 y, desde entonces, la compañía los traslada a un hotel en la ciudad de Allen cuando hacen trabajos para que puedan dormir. Vivir al lado de un pozo es un drama y cada vez que el fracking regresa trae consigo conflictos socioambientales.