El gobierno nacional realizó un acto en Plaza de Mayo este 10 de diciembre para celebrar el Día de la Democracia y los Derechos Humanos, con la presencia de los ex mandatarios de Brasil, Lula Da Silva, y de Uruguay, José “Pepe” Mujica.
Fotos: Nicolas Solo ((i))
La masiva convocatoria tuvo sus particularidades. Fue destacada la presencia, con distinta participación, de los movimientos sociales y organizaciones barriales que se encuentran dentro del Frente de Todos, en particular del Movimiento Evita que llevó una enorme columna. También la de la Cámpora, encabezada por el diputado nacional Máximo Kichner, y de algunos sectores del peronismo bonaerense, como el de Quilmes, liderado por la intendenta Mayra Mendoza.
Otras organizaciones políticas peronistas y de algunos sectores de izquierda actualmente en el oficialismo mostraron sus banderas en la Plaza.
Pero fue escasa la presencia del movimiento obrero, con la nota destacada -y ampliamente comentada- de la ausencia de la conducción de la CGT, enfrascada en una larga puja de posiciones dentro del frente gobernante. Sí participaron gremios cegetistas de la Corriente Federal, y también hubo columnas de las dos CTA y de las cooperativas agrupadas en la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT) entre otras.
La composición menos orgánica del activismo en la Plaza permitió visibilizar con mayor claridad la participación de gente “suelta”, como muchas familias, también grupos de jubilados y de jóvenes, que se acercaron a la Plaza con mucha rotación a lo largo de las horas.
Fotos: Indymedia Trabajadoras/es
La jornada empezó con un festival musical pasadas las 16 horas en el que se presentaron Peteco Carabajal, Teresa Parodi, Víctor Heredia, Francisco El Hombre, los Super Ratones, Barbi Recanati y Massacre.
Luego se realizó el acto con un saludo de “Pepe” Mujica, una relativamente breve intervención de Lula en la que llamó a luchar por una América Latina más justa e igualitaria y recordó los años del “ciclo progresista”.
Dijo que tuvo “la felicidad de gobernar Brasil” en coincidencia con los mandatos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, con Hugo Chávez en Venezuela, con Evo Morales en Bolivia, con Tabaré Vázquez y Pepe Mujica en Uruguay, con Fernando Lugo en Paraguay, con Rafael Correa en Ecuador y con Michelle Bachelet y Ricardo Lagos en Chile. Varios de estos nombres, como los de Chávez y Evo, fueron vivados con entusiasmo por la Plaza.
“Estos compañeros fueron parte del mejor momento de democracia de nuestra Patria Grande, de nuestra querida América Latina. Posiblemente haya en esta plaza gente muy joven que no lo sabe, pero nuestra querida América del Sur tuvo su mejor período desde el año 2000” en adelante, señaló.
Luego continuó la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el que exigió que “cada dólar en el exterior sirva para pagar la deuda”.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner planteó que uno de los puntos de negociación con el FMI para resolver la deuda externa argentina debe incluir la ayuda del organismo multilateral de crédito para “recuperar de los paraísos fiscales los miles de millones de dólares en evasión” y, con eso, pagar parte del monto de más de 44 mil millones de dólares que recibió el gobierno del ex presidente Mauricio Macri.
Además, Cristina propuso “convocar a un gran acuerdo nacional argentino” para transmitirle al organismo dirigido por la búlgara Kristalina Georgieva que “no se va a aprobar ningún plan sino el que permita esta recuperación económica” y responsabilizó al FMI por el fin abrupto de los gobiernos de los ex presidentes radicales Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa.
“Recuerdo cuando el presidente (Raúl) Alfonsín asumió hace 38 años, recibió un país que había quintuplicado su deuda externa y sin reservas en el Banco Central”, rememoró la Vicepresidenta y señaló que “el Fondo, con presiones y demás, le soltó la mano y no pudo terminar su mandato”.
Al respecto, destacó que “en 2001, también a otro presidente radical (por Fernando De la Rúa), el Fondo le soltó la mano y vino la crisis”.
“Deberían despabilarse un poco los del partido centenario (en alusión a la UCR) porque los dos presidentes que tuvieron se los volteó el Fondo”, señaló con ironía.
Finalizó el acto el presidente Alberto Fernández, que en su discurso aseguró que “la Argentina del ajuste es historia” y resaltó que en las tratativas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar la deuda que contrajo la gestión de Cambiemos “no se negociará nada que signifique poner en riesgo el crecimiento y el desarrollo social” del país.
Aún no se conocen los detalles del acuerdo en tratativas entre el gobierno nacional con el FMI, ni de qué manera el mismo no implicaría un ajuste, a diferencia de lo ocurrido con cada uno de los planes del FMI no sólo en nuestro país sino en todo el mundo.
“No somos los que no queremos pagar deuda, tampoco somos los que la tomamos, somos los que tenemos que hacernos cargo de la deuda que nos dejan a nosotros”, enfatizó el jefe de Estado.
“Tranquila Cristina, no vamos a negociar nada que ponga en riesgo” el crecimiento o el desarrollo del país; “no tengas miedo”, dijo Fernández ante una señal de asentimiento de la vicepresidenta.
El mandatario recordó además que “muchas veces el FMI le soltó la mano a presidentes argentinos y así puso en crisis la institucionalidad de la Argentina”. Luego, mirando a la multitud declaró: “Si el FMI me suelta la mano voy a estar tomado de la mano de cada uno de ustedes, de cada argentino y de cada argentina”, lo que despertó quizás uno de los principales aplausos en su discurso.
El eje de su intervención se trasladó después a la defensa de los derechos humanos.
Fernández sostuvo que la democracia “es esencialmente libertad, es ser libres y respetar la diversidad, y sostuvo que formulaba estas consideraciones “en un tiempo en el cual las posiciones más extremas han vuelto a aparecer bajo el rótulo de libertarios, de liberales”.
“Aparecen los mayores defensores del conservadurismo, aparecen los xenófobos, los negacionistas, y nosotros a eso, ante eso, no podemos quedarnos en silencio, de brazos cruzados. A los negacionistas recordémosle que la Argentina se vivió un terrorismo de Estado que se llevó la vida de miles y miles de argentinos, a los xenófobos, a los discriminadores, digámosle que somos lo que más hacemos por aceptar la diversidad en una Argentina plural”, contestó.
Para el mandatario, “en Argentina la democracia, es tener memoria, es no olvidar los que quieren olvidar y quienes invitan” a que eso suceda “son los que quieren sacarse de encima la responsabilidad que han tenido en el tiempo que gobernaron”.
En los tramos finales de su intervención, Fernández convocó a todos los sectores a “construir otra Argentina, una Argentina libre, justa y soberana como siempre hicimos los peronistas”, y expresó que su gobierno trabajará para que “la justicia siga siendo justicia, sin encubrir o perseguir”.