Nuevamente el gobierno de ultraderecha de Javier Milei dispuso un cerco represivo para limitar inconstitucionalmente el derecho a la protesta, con cientos de efectivos de fuerzas federales bajo órdenes de la ministra Patricia Bullrich.
Este miércoles, una delegación autoconvocada de hinchas del club Chacarita se sumó a la protesta para defender a las jubiladas y jubilados de la amenaza represiva.
Como cada semana, el objetivo de las y los manifestantes fue realizar una ronda pacífica alrededor del Congreso de la Nación en rechazo y denuncia de las jubilaciones de miseria, contra el fin de la moratoria y las políticas de ajuste salvaje del gobierno de Javier Milei.
En medio de una jornada agobiante con una sensación térmica que superó los 44°, y donde se sucedieron dos mega-apagones que dejaron millones de usuarios sin luz, el tránsito de CABA caotizado por los semáforos apagados y los subtes y trenes sin energía, la prioridad del gobierno fue una vez más poner en acción un operativo grotesco, carísimo, con cientos de efectivos para cercar y atacar a adultos mayores.
El cerco represivo en Congreso. Para esto sí hay plata. Para los ingresos de los adultos mayores, no.
Cuando las jubiladas y los jubilados intentaron hacer su ronda alrededor del Congreso, el operativo represivo intentó impedirlo, cortando además el tránsito sobre Avenida Rivadavia.
De todas formas se pudo, por algunos minutos al menos, realizar una ronda pacífica alrededor del Congreso de la Nación.
Pero la locura del gobierno de ultraderecha no podía permitirlo y tras la ronda la Policía Federal atacó a las jubiladas y los jubilados con gases y motos.
Luego, el operativo represivo en Congreso continuó cercando a la protesta de jubiladas y jubilados junto a manifestantes solidarios.
Finalmente se desconcentró la ronda que reclamó una vez más ante el Congreso contra las jubilaciones de miseria, el fin de la moratoria y el ajuste salvaje de Milei.
En pleno centro de la capital política de la República Argentina, una ciudad caotizada, sin energía, hundida en una ola de calor desesperante, numerosos adultos mayores que ponen el cuerpo cada miércoles fueron gaseados indiscriminadamente en la represión por la Policía Federal.
También fueron atacados fotógrafos, camarógrafos y otros trabajadores de prensa.
Incluso efectivos de Gendarmería recibieron el gas de la enceguecida Policía Federal, una fuerza a la que el marketing institucional quiere vender como la más profesional, pero que demuestra cuán bruta es apenas la Bullrich le suelta la correa.
