Jubilazo federal: la calle se llenó de lucha

El dato de la última semana fue la resistencia popular. Las ganas de pelear que volvieron a aparecer en la calle. Por eso, la marcha fue masiva. Participaron sindicatos de base de todas las centrales, las CTA, partidos de izquierda, comisiones internas de salud, de fábricas y asambleas barriales, entre otras cientos de organizaciones. A las jubiladas y los jubilados se les volvió a defender frente al Congreso.

Fotos: Nicolas Solo ((i))

La resistencia en la calle de la semana pasada obligó al Gobierno a recalcular su estrategia represiva, dejó en evidencia los equívocos de Bullrich, mostró su capacidad de justicia popular frente a Pablo Grillo y puso en jaque a la dirigencia de la CGT, forzándola a convocar un nuevo paro

Enfrente de la masiva convocatoria, un nuevo operativo represivo de miles de efectivos para poner un corralito alrededor del Congreso. Adentro 129 legisladores levantaron la mano para regarlarle más facultades al gobierno de ultraderecha, intentando blindar el decreto con el que se autohabilita a entregar lo que se le cante al FMI a cambio de unos millones de dólares.

Bullrich en el ojo de la tormenta

Nadie se doblegó luego de los intentos por generar miedo con una represión más brutal. El reclamo por las jubiladas y los jubilados siguió en agenda, aunque el Gobierno pretendió poner el acento en supuestos “barras bravas”. Las calles se volvieron a llenar, aunque Bullrich siga repitiendo que su protocolo represivo funciona.

Fotos: Indymedia Argentina.

El miedo no doblegó a nadie

La mañana de ayer fue un bombardeo de noticias sobre las mil y una formas de llamar a la desmovilización y generar miedo. Retuvieron colectivos y tráficos en los accesos a la ciudad, pararon a personas en las estaciones de trenes pidiendo documentos, ofrecieron recompensas para quienes denuncien a manifestantes y renovaron la difusión anti-marcha, que adoptó un nuevo jingle anunciando represión ante cualquier “atentado a la República”.

La propaganda fascista en las estaciones de trenes.

El espectáculo de la represión

Ese show mediático de la flamante ministra Bullrich tuvo como antesala una semana de declaraciones contradictorias e inentendibles, donde se intentó —¿explicar? ¿justificar?— el operativo represivo del miércoles pasado, que hirió de gravedad a Pablo Grillo y dejó a otras 900 personas con distintas afecciones.

Tampoco funcionó. La difusión de videos que mostraron el accionar de las fuerzas de seguridad salió en todos los medios. Hasta se develó cómo fue herido Pablo Grillo.

Fotos: Indymedia Argentina.

El repliegue “democrático”

El operativo policial fue enorme y se publicó en redes. Todo fue puesto a disposición para la aprobación del DNU. El Congreso estuvo vallado hasta la noche, y todas las fuerzas de seguridad estuvieron presentes en sus inmediaciones. Un batallón de 1400 agentes de (in)seguridad recibió pago por estar presentes desde temprano, con viáticos, combustible y horas extras incluidas. Un montón de fondos públicos y de desgaste de las fuerzas de seguridad que aparece en algunas filtraciones de informaciones internas.

A diferencia del miércoles pasado, las fuerzas estuvieron detrás de las vallas, se publicó el operativo y no se reprimió. Hubo un repliegue represivo o un despliegue en términos “democráticos”. No fueron al choque, ni tampoco resonaron los discursos estridentes de ultraderecha, posiblemente para buscar garantizar el acuerdo de votos en el recinto.

Fotos: Mat ((i))

¿Sorprendidos por el voto a favor?

La superposición entre el debate por el DNU y la marcha de jubiladas y jubilados les permitió evitar una nueva protesta exclusiva en contra del FMI y les obligó a mostrar un manejo del conflicto social que no volviera a mostrar el desborde popular y la violencia salvaje de un operativo represivo como el del miércoles 12.

Fotos: Indymedia Trabajadoras/es

¿Y ahora qué?

Faltan pocos días para la marcha del 24 de Marzo por la Memoria, la Verdad y la Justicia donde vamos a volver ser miles. La agenda política y económica del Gobierno nos obliga a no perder la resistencia y seguir enfrentando el miedo que van a querer imponer.

La calle es nuestra.

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