Rompecabezas laboral: empleo, salarios y la batalla por las paritarias

Empleo en caída, inflación al alza y un gobierno que libera el cepo al dólar y se lo pone al salario. Cómo llegamos aquí y por qué el conflicto en Comercio es la punta del iceberg.

El gobierno se niega a homologar el acuerdo salarial en Comercio.

El termómetro laboral: ¿qué tan caliente está la olla?

En Argentina, el 48,3% de los 47 millones de habitantes somos Población Económicamente Activa (PEA): quienes cambiamos horas de vida por un sueldo… cuando hay sueldo.

El desempleo ronda el 6,9% (el más bajo en 30 años), pero con trampa: la mayoría son jóvenes y mujeres. ¿Qué los jóvenes no quieren trabajar? Mentira. No lo consiguen, y de hacerlo, no quieren hacerlo por dos mangos.

Resulta insuficiente analizar la realidad laboral solo desde la tasa de desocupación. Si bien son pocos quienes no tienen trabajo, muchos de los que sí lo tienen buscan activamente cambiar o conseguir otro empleo. Esto es lo que se considera “presión sobre el mercado de trabajo”.

Hay 5 millones de personas buscando cambiar o conseguir empleo. Solo en el último año se sumaron 460 mil. Un ejército de reserva perfecto para imponerles condiciones precarias.

Foto: Edgardo Gómez.

Actualización del ‘modelo laboral’: Menos formales, más cuentapropistas

El empleo informal no es novedad en las conversaciones entre trabajadores, amigos, familias o en reuniones sindicales. Hace tiempo que escuchamos lo mismo: cada vez más trabajo  no registrado y sueldos que no alcanzan. Las cifras confirman que el 42% de los trabajadores (4 de cada 10) están en la informalidad. Es decir, sin aportes, sin recibo, sin convenio que los proteja. ¿Y quiénes llevan la peor parte? Una vez más, los jóvenes y las mujeres encabezan esta lista. ¿Casualidad? No, es política.

Fuente: IEF-CTA

Esta precarización no es nueva, pero el último año el empleo registrado (“en blanco”) se desplomó, con puestos formales que desaparecieron. Mientras tanto, el cuentapropismo aumentó un 6,3%.

Horas extras y pluriempleo: la extinción del descanso (?)

Las cifras indican que al menos 2,4 millones de argentinos tienen más de un trabajo, con jornadas de más de 9 horas diarias que se han vuelto la norma, no la excepción.

Pero esto no solo les ocurre a quienes tienen pluriempleo. Incluso aquellos con un único trabajo están laburando más horas porque LOS SALARIOS NO ALCANZAN.

Un informe de un instituto de investigación de Universidad Nacional de San Martín (CETyD- USAM) es muy claro al respecto: “Desde fines del año pasado se produjo una desconexión entre los salarios negociados en paritarias -prácticamente estancados por el tope del 1% mensual impuesto por el gobierno- y los salarios efectivamente cobrados por los trabajadores, que están creciendo”.

En este contexto, los trabajadores no cobran más por un aumento sustancial de sus salarios, sino por trabajar horas extra. Entre 2023 y 2024, el salario total creció 7%, como anunció el gobierno. Pero si excluimos el crecimiento de las horas extra y analizamos la evolución del salario por hora, el aumento fue mínimo.

El riesgo de esta situación es que el aumento salarial basado en horas extra puede revertirse rápidamente si la actividad económica se estanca o retrocede. A diferencia de los aumentos negociados en paritarias, las horas extra son el primer componente salarial que se elimina cuando la economía pierde dinamismo.

En síntesis: los sueldos parecen aumentar… pero sólo porque lxs empleadxs están vendiendo su tiempo de descanso. Cuando la economía se enfríe (como siempre ocurre), esas horas extra desaparecerán… pero los precios no bajarán.

Paritarias en la mira: el 1% que no cierra

El gobierno, autoproclamado paladín de las libertades, se niega a homologar aumentos colectivos que superen su tope del 1% mensual, aunque la inflación de marzo (3,7%) lo triplica.

En Comercio, donde trabajan más de un millón de personas, el sindicato y los empleadores acordaron un 5,4% trimestral más sumas no remunerativas. La FAECyS (el gremio del sector), anticipándose al bloqueo oficial, incluyó una cláusula clave para que el aumento se aplique independientemente de la homologación, y el miércoles publicó las escalas salariales para que se liquiden los sueldos conforme a estos aumentos.

El acuerdo se da en el marco de una caída del salario en el sector equivalente al 6.5% en relación con 2023. Entonces, la mejora pactada (porcentaje + sumas no remunerativas) permitiría recuperar parcialmente la pérdida. Ni siquiera estamos hablando de una mejora sustancial de los salarios, sólo de recuperar lo perdido.

A pesar de estos acuerdos, este jueves el ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dejaron claro que la defensa del gobierno a la LIBERTAD no aplica a las paritarias, y que su regla salarial es la intervención con CEPO y TECHO.

Esto quedó demostrado en la reunión que Caputo mantuvo con empresarios de supermercados para que no paguen los aumentos acordados, así como en las declaraciones públicas de Francos, quien ratificó el techo paritario.

Luis Caputo con representantes de supermercados. Foto: Ministerio de Economía.

Pero el ataque a la negociación colectiva no se detiene ahí. El mismo día, en un evento empresarial, Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación, promovió una nueva reforma laboral con negociaciones colectivas por región e incrementos salariales sujetos a la productividad.

¿Dónde lo vimos antes? En el decreto 70/23 (frenado judicialmente por organizaciones sindicales) y en los 90, cuando esta receta destruyó el poder adquisitivo de la clase trabajadora, generando un círculo vicioso:

🔻 Menos salarios → 🔻 Menos consumo → 🔻 Más recesión → 🔻 Más despidos

(Y así hasta que no quede nadie para mover la rueda).

La última novedad del tema es el comunicado de la Secretaria de Trabajo. Argumentando que se trata de un problema de ORDEN PÚBLICO e INTERÉS GENERAL, ”citaron” a las partes a sentarse a negociar nuevamente el acuerdo. Así suman un mojón más en la batalla contra el salario de 1.2 millones de laburantes.

Si el Gobierno va a jugar el juego extorsivo del orden público e interés general para pisar los salarios, entonces debería ir también a poner un techo al precio de los bienes de primera necesidad, recorte el IVA y fije un 1% mensual en ell precio de los alquileres.

Este ataque no distingue colores políticos, y deja claro que “libertad” en economía suele significar “libertad para que te ajusten”.

Fuentes consultadas:
https://www.unsam.edu.ar/cetyd/
https://argendata.fund.ar/
https://iefctaa.org/areas/big-data/monitor-de-indicadores-sociales/
https://ipypp.org.ar/

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