La cuestión de la medicina “laboral” es un tema no tan explorado en el movimiento de lucha de lxs trabajadorxs.
La represión de las patronales sobre el activismo, el disciplinamiento sobre el conjunto de lxs trabajadorxs para aumentar la productividad y disminuir el ausentismo, tienen al médico laboral como un eficiente mercenario.
Se dan dos situaciones habituales.
1- negación de licencia médica, obligándonos a laborar enfermxs.
2- negación el alta llevándonos a corto o mediano plazo a una desvinculación impaga,despido encubierto.
El modus operandi es ignorar los certificados de nuestro médico tratante e imponer el criterio del médico de la empresa.
Los servicios médicos empresariales son junto a las patronales verdaderas “asociaciones ilícitas” contra la salud y los intereses obreros.
Se piensa “hay leyes protectoras del trabajador, cuál mágico talismán actuarán, redimiendo las injurias”
La vida es diferente, frente a un incumplimiento patronal a un derecho, se puede reclamar de 2 formas, ya que la ley no se cumple automáticamente:
1-si hay organización de lucha y relación de fuerzas adecuada, por medio de reclamo sindical y acción directa. Este camino está en nuestras manos y tendremos el control y las decisiones a cada momento.
2-por medio de un reclamo judicial donde perdemos el poder de decisión y se lo otorgamos a un Juez que fallará de acuerdo a sus criterios, intereses, etc.En general es recomendable como salida frente a una situación de debilidad, ante la ausencia de lucha colectiva.
Este es un terreno de batalla donde en general cosechamos derrotas, sometidos a la impunidad de empresarios y médicos.
Pero esta lucha es necesaria y se puede ganar, testigos de esa necesidad son miles de compas perseguidxs y violentadxs por los servicios médicos patronales.
No me voy a cansar de repetirlo, lo fundamental, es la relación de fuerzas, lo legal estará siempre supeditado a eso.
Cuando la relación de fuerzas no es beneficiosa para los trabajadores, lo legal cobrará mayor importancia.
La Ley anterior a la modificación hecha en los años de la dictadura, planteaba la necesidad de una Junta médica ante discrepancias entre el médico tratante del trabajador/a y el médico patronal. En la ley actual esa cuestión no está especificada, y la jurisprudencia es variada tanto a favor como en contra de lxs trabajadorxs.
En los artículos 209 y 210 explicita el derecho patronal de monitorear la salud del trabajador y el ausentismo por enfermedad.
Una de las cuestiones es invocar nuestro derecho como paciente apelando a Ley de derechos del paciente.
Es la Ley Nº 26.529 del 2009.
Plantea el derecho del paciente a su “historia clínica”.
Podemos exigir al servicio médico laboral la historia clínica propia, y en ella deben constar los estudios realizados por medicina laboral para fundamentar diagnósticos y decisiones.
La no existencia de dicha historia clínica, nutrida de dichos datos, son elementos a favor de nuestra fundamentación contra la empresa y el servicio médico.
Donde hay organización de trabajadorxs, frente a las arbitrariedades del servicio médico patronal, una respuesta más allá de la acción directa, siempre fundamental, es la exigencia de las historias clínicas de todxs o gran parte de lxs trabajadorxs, exponiendo la falta de cumplimiento de ese requerimiento legal.
Es importante también direccionar nuestra respuesta, concentrándola en la empresa de medicina laboral y en el médico en particular, tanto en el terreno legal, yendo por la matrícula del profesional que opera de manera ilegal contra la salud de lxs trabajadorxs, como en el terreno político con denuncias públicas. Aunque siempre planteemos la asociación patronal/ servicio médico.
La pelea por evitar que nos obliguen a trabajar enfermos lleva la impronta del combate contra la cosificación a la que nos someten. Esa humanidad que nos arrebatan sólo podremos recuperarla con lucha y éste, en ese sentido, es un terreno más de batalla.
Por Omar Rombolá.