Otro primero de mayo que nos encuentra levantando la lucha de la clase trabajadora. Lucha sostenida en la firme convicción de seguir construyendo otras relaciones sociales, sin explotaciones ni opresiones. Lucha atravesada y enlazada por hilos de rebeldía que enhebran experiencias pasadas y presentes, en búsqueda de la emancipación social y política.
Recordar a los Mártires de Chicago este 2023 tiene connotaciones estremecedoras y dolorosas. Ya se trate por lo que ocurre en nuestro país o a nivel internacional. Les trabajadores en Argentina, ocupades y desocupades vemos cómo se deterioran nuestras condiciones de vida, ya al final de un gobierno que prometió y no cumplió.
Los problemas no vienen a penas de este gobierno o del anterior. En nuestro país la injusticia estructural del sistema capitalista, patriarcal, racista, colonialista, se agravó con las recetas neoliberales aplicadas desde la dictadura, con la centralidad de una deuda externa ilegal ilegítima y odiosa que han ido pagando todos y cada uno de los gobiernos hasta hoy. Pactando con el poder económico más concentrado del empresariado local y transnacional, beneficiando sus ganancias. Las consecuencias de ello están a la vista: profundización de la dependencia, redistribución regresiva del producto de nuestro trabajo, depredación ambiental, expansión del extractivismo y del agronegocio, profundización de la precarización, crímenes laborales, desapariciones y explotación sexual, refuerzo de la desigualdad para mujeres y disidencias, para niñeces y adolescencias, para las poblaciones originarias, para los pueblos campesinos sin tierra, lxs sin techo, las personas con discapacidad entre otros grupos vulneralizados sistemáticamente.
Sabemos que de las opciones políticas del sistema no vendrá una alternativa que mejore nuestra situación como clase trabajadora. Las fuerzas políticas de la burguesía como el Frente de Todos, Juntos por el Cambio y la falsa opción libertaria – rancia y más bien facha – de Milei coinciden en continuar la agenda de ajuste y dependencia dictada por el FMI, que incluye ahondar la explotación del trabajo y de la tierra, y seguir perfeccionando mecanismos de disciplinamiento y terror para les laburantes. Una alternativa revolucionaria a esta situación de miseria y explotación planificada sólo podrá salir de nosotres: de las entrañas del pueblo trabajador.
Por eso, ante un contexto de fragmentación y desazón donde abundan discursos de resignación, ante el ataque permanente de los sectores dominantes que apuntan a mantener y agrandar la cantidad de pobres, a que no exista una perspectiva de futuro para la gran mayoría de la población, necesitamos seguir promoviendo el encuentro y debate fraterno entre nosotres, trabajadores y trabajadoras. Poder desde allí fortalecer la solidaridad, y continuar sembrando participación, organización, resistencia, movilización y lucha, abonando a la unidad de acción de clase, desde las bases, lejos de las burocracias, para doblarle el brazo a quienes nos explotan y nos oprimen. Experiencias actuales como las de los trabajadores aceiteros, los trabajadores del neumático, como la que se viene construyendo en el gremio de prensa, como la del sector piquetero, las de los feminismos, las socioambientales, las gloriosas jornadas de lucha de diciembre de 2017 en nuestro país como las que se están forjando hoy en Francia contra las reformas jubilatorias, las resistencias en estos últimos años en los hermanos pueblos latinoamericanos de Chile, Colombia, Ecuador, y otros, nos muestran de pie, caminando con decisión a tomar para el pueblo lo que es del pueblo, a protagonizar juntes la conquista de un mundo más justo, más humano.
Corriente Político Sindical Rompiendo Cadenas