El extenuante ejercicio de medir fuerzas con propios y extraños
El lunes, después de la foto con la que Martín Guzmán procuró exhibir un frente interno unificado antes que aterrizara la misión del Fondo Monetario, Máximo Kirchner se quedó a conversar un rato a solas con el ministro de Economía. La otra camporista del salón, Fernanda Raverta, ya estaba chocando puños con Sergio Massa, antiguo ocupante de su silla en la ANSES. Cecilia Todesca y Santiago Cafiero también habían salido.
-La reforma impositiva está bien. Charlala con ellos todo lo que quieras. Pero reforma laboral o cualquier otro retoque a lo previsional, olvidate.
El tono de la advertencia fue cordial. El jefe de la bancada oficialista en Diputados no quiere confrontar en público ni en privado con el del Palacio de Hacienda, pero sí marcar el límite de lo que considera...