La muerte también llega por delivery
El crimen de Danilo Marcieri desató la ola de proclamas punitivistas. Pero, a la vez, expuso el modelo de producción y de saqueo que fue achicando el empleo a su mínima expresión. La uberización de la vida en una carrera voraz que demasiadas veces termina en la muerte.
Por Claudia Rafael.
Desde el instante en que un trozo de plomo le significó el pasaporte a la muerte a Danilo Marcieri, se expuso con una desnudez perversa la endeblez del mundo de los repartidores, hoy simplificados con la palabra inglesa delivery. El grueso de las miradas y la atención mediática se destinaron al universo securitario que destila promesas de baja en la edad de punibilidad, clama por mayores construcciones carcelarias, alucina con un retorno estruendoso al servicio militar obligatorio y sueña...