El empleo asalariado formal en el sector privado cayó 2,1% interanual en julio. Implica que 131.200 personas perdieron sus puestos de trabajo en este sector, el considerado empleo “de calidad”.
Esto tiene fuertes consecuencias en el resto de la economía: cada uno de estos puestos registrados perdidos se “lleva puesto” entre 2 y 4 informales o en negro, porque la trabajadora o trabajador que pierde su salario digno reducirá fuertemente su gasto en otras áreas.
Es el menor nivel en siete años. Prevén más deterioro tras la corrida de agosto, ya que estos datos son anteriores a la misma.
La recesión y la devaluación generadas por las políticas del macrismo siguen impactando sobre el conjunto de la sociedad.
El empleo asalariado formal en el sector privado cayó 2,1% interanual en julio, lo que significó la destrucción de 131.200 puestos de trabajo en un año. Con este derrumbe, la cantidad de personas contratadas bajo esta modalidad bajó a 6.083.900, un nivel incluso menor al del mismo mes de 2013. Es decir que, para encontrar un dato peor, hay que remontarse siete años atrás, informó el periódico económico BAE Negocios.
Los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), la mayor base de información del empleo registrado, publicados ayer por el Ministerio de Producción y Trabajo mostraron que, incluso antes del estallido de la corrida posterior a las PASO, la crisis laboral no se había detenido.
Es más, la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) de agosto, un sondeo elaborado por la cartera que conduce Dante Sica que funciona como predictor del SIPA, que también se difundió este lunes, anticipó que el deterioro se profundiza al compás del recrudecimiento de la crisis económica.
La única categoría que mostró algún crecimiento fue la de monotributistas, categoría que se suele usar para encubrir relaciones de dependencia, en la que se sumaron 13.800 nuevos inscriptos.
Esto implica que además de transferir trabajadores del sector formal al informal, la precarización también se da al interior del empleo registrado, señala el periodista económico Juan Strasnoy Peyre.
Reprimarización
Los indicadores muestran la demolición de la producción local y la reprimarización de la economía, al compás de las políticas de gobierno signadas por el beneficio a sectores muy específicos y cercanos al gobierno, como la Sociedad Rural Argentina.
Los datos del SIPA lo muestran con claridad. Las mayores bajas ocurrieron en la industria manufacturera (-4,7%), comercio y reparaciones (-3,8%) y transporte, almacenaje y comunicaciones (-3,3%), mientras que los incrementos interanuales se dieron en explotación de minas y canteras (+5,5%), pesca (+5,4%) y agricultura (+2%).
Cabe recordar una vez más que estos datos corresponden a julio de 2019 y son previos a la corrida de agosto.