Este jueves se lleva adelante el cuarto día de paro y marcha docente en la provincia, donde los gremios Adep, Cedems y Sadop exigen mejoras salariales y rechazan la reforma constitucional, que impulsa el gobernador Gerardo Morales. Su lucha recibe un amplio respaldo de otros trabajadores, entre los que se destacan docentes e investigadores de la Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de Jujuy, profesionales universitarios de la Asociación de Profesionales Universitarios de la Administración Pública (APUAP), empleados y obreros municipales, trabajadores del Estado, de salud nucleados en ATSA, y escuelas populares.
Jujuy – La multitudinaria manifestación de delantales blancos de los docentes jujeños convoca una amplia adhesión de la sociedad. Entre los carteles que se ven en la marcha, destaca uno que dice: “Si se ahorra en educación, se enriquece la ignorancia”.
Tanto docentes como trabajadores de salud, profesionales, municipales y feriantes se sumaron al cuarto día de reclamos. Los feriantes del barrio General Arias, que donaron frutas y verduras entre los trabajadores, denunciaron clausura: “El Municipio con esta clausura está quitando el derecho al trabajador. A todos los productores de frutas y verduras de nuestra provincia. No nos dejen sin nuestra fuente de ingreso”.
A lo largo de la marcha, los docentes manifestaron su indignación ante la difícil situación que enfrentan como trabajadores en la provincia. “Los docentes estamos cansados de tanto maltrato por parte del gobierno y queremos reivindicar nuestro trabajo y nuestro sueldo, por eso estamos en la lucha”, expresó un docente de la educación privada, nucleado en SADOP. “No solamente los docentes estamos en una mala situación, sino también el personal de salud y de toda la administración pública. El apoyo que se ve en toda la sociedad, como no ocurría antes cuando el docente hacía un paro, demuestra que la situación es igual para todos”, destacó.
Cabe mencionar que en el día de ayer, se realizó una vigilia por parte de los docentes en las afueras del Ministerio de Educación, que estuvo marcada por apagones para intimidar a los presentes y el apriete de la policía jujeña que detenía los colectivos que se dirigían a la manifestación con el fin de interrogar y amedrentar a los choferes que trasladaban a los trabajadores. Así relataba una docente su experiencia:
“Cuando nos trasladamos a la capital, porque somos chicas del interior (de Perico, del Carmen, de Monterrico), nos encontramos con dos controles: uno a la salida de Perico y otro después de pasar Palpalá. Resulta que paraban a los colectivos, subían policías y le preguntaban al chofer: ‘¿Cuántos docentes lleva?’…. Yo estaba sentada en el primer asiento, entonces miro al policía y le digo: ‘¿En serio es eso lo que estás preguntando?’ El policía, medio enojado y medio molesto, me responde: ‘Sí, yo recibo órdenes de arriba. Estoy haciendo mi trabajo’”.
La requisa en el colectivo dio como resultado delantales blancos. Esto se debe a que parte de la manifestación consistía en visibilizar la lucha con el elemento más simbólico, representativo y aterrador para los gobiernos: los delantales blancos.
El hecho que vivieron estos docentes en su camino a manifestarse por mejores condiciones salariales no es un incidente aislado en la provincia, sino que refleja las prohibiciones a la protesta que impulsan desde el gobierno de Gerardo Morales.
La reforma de Gerardo Morales: Prohibir la protesta
El lunes 5 de junio, se llevó a cabo una reunión anunciada por el gobierno de Morales bajo el nombre de “Convención Constituyente”. En teoría, tenía como objetivo discutir la prohibición de la protesta haciendo lugar a los aportes de todas las personas interesadas en participar de la comisión. Sin embargo, la participación estuvo limitada a solo cinco personas por bloque, a pesar de que había más de sesenta referentes de derechos humanos dispuestos a ampliar el debate. Desde el FIT, se cuestionaron estas limitaciones impuestas a la expresión de las personas, haciendo hincapié en que no debería haber ningún apuro para escuchar todas las voces interesadas en un tema tan sensible. Apelaron al derecho de expresión y no censura, además de pedir un debate que sea abierto para la población.
Durante el proceso de discusión para la reforma de la Constitución de Jujuy, uno de los temas destacados propuesto por el bloque del frente Cambia Jujuy se centra en establecer regulaciones en torno al derecho a la manifestación y la protesta. En este marco, se plantea la prohibición expresa de cortes totales de calles, bloqueos de rutas y cualquier otra acción que perturbe el derecho a la libre circulación de los habitantes de la provincia.
Gastón Morales (hijo de Gerardo), que presidió el encuentro, dijo: “No se pide autorización para ejercer el derecho a la protesta”, sino que -según la propuesta presentada- “se avisa para que las autoridades puedan también garantizar que las personas que no participen del ejercicio de esos derechos a la protesta, puedan así ejercer sus otros derechos”. Esto que aparenta ser muy inocente y sano, en otros lugares abrió un lugar legal para que los departamentos de inteligencia policial, que son supuestos garantes del orden público, se infiltren en organizaciones, como fue el caso del espía Américo Balbuena.
Mientras se apuraba la regulación de la protesta el lunes, una masiva manifestación de docentes tomaba las calles y se dirigía a la Casa de Gobierno para demandar la reapertura de paritarias para lograr mejoras reales en sus sueldos y rechazar la reforma constitucional. La movilización fue multitudinaria e histórica ya que hace 8 años que los docentes no realizaban un paro de tan magnitud. La situación en Jujuy es crítica ya que el sueldo básico de un docente inicial es de 33 mil pesos, y el cargo de 15 horas de un preceptor es de 34 mil pesos.
Debido a la falta de discusiones entre las partes al no ser recibidos por el gobierno provincial el paro continuará y se evaluará la propuesta de 175 mil pesos como salario básico inicial. Lo cierto es que docencia, salud, profesionales y municipales se mantendrán en las calles para discutir y alcanzar salarios dignos.