Por La Retaguardia | En octubre del año pasado fue presentada la nueva Policía de la Ciudad de Buenos Aires. En la práctica no representa muchos cambios con respecto a la antigua Metropolitana, pero sí exhibe armamentos, vehículos e indumentarias mucho más ostentosas. Demian Konfino, del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad, fue entrevistado por el programa Mis Hijos Están con el Padre, con la conducción de Braulio Domínguez, para hablar sobre la creación de esta nueva fuerza y analizó su accionar, a escasos 8 meses de su presentación.
¿En qué consiste la conformación de una nueva fuerza policial?
“El que crea la Policía de la Ciudad es el Poder Legislativo, es una ley. Obviamente en nuestras democracias presidencialistas prima mucho el Poder Ejecutivo, ya sea a nivel nacional, distrital o provincial; en este caso la Ciudad de Buenos Aires. El que manda el proyecto es el Poder Ejecutivo, pero el que tiene que aprobarlo poniéndose de acuerdo todos los legisladores es la Legislatura de la Ciudad. Así salió la ley de la Policía de la Ciudad, como antes había salido la ley de la creación de la Policía Metropolitana. Después, es el Poder Ejecutivo el que remite un presupuesto a la Legislatura donde dice cuáles son los gastos que va a tener durante todo el año y nuevamente es el Poder Legislativo el que aprueba ese presupuesto, que en este caso decide cuáles son los gastos que va a tener la Policía de la Ciudad” explicó Konfino, detallando los pasos que fueron necesarios para su creación.
El negocio de la inseguridad
Estos gastos, profundizó Konfino, no refieren únicamente a los salarios de los casi 25 mil efectivos que conforman la fuerza, sino que el presupuesto también ve contemplado el negocio que se lleva a cabo con de la seguridad, incluyendo la compra de armas de cuestionado funcionamiento: “Se quiere tratar de dar una impresión como que están tecnificando la fuerza para, de alguna manera, posicionarse políticamente como que combaten el delito e ir detrás de esa demanda legítima de buena parte de la sociedad que es la inseguridad y tratar que disminuya. Atrás de eso hay mucho negocio, el negocio de la seguridad, de todo tipo de armamentos que son los mismos que se tenían nada más que tienen diferente color, diferente sonido. Lo último que hubo, que a nosotros nos llamó mucho la atención desde el observatorio, fue un armamento que se la conoce como less lethal weaphon, un arma menos letal. Menos letal, pero no es no letal. Es una especie de escopeta que tiene un calibre muy ancho y dispara un bolón del tamaño de la palma de una mano. Cuando conecta con la persona a la que se le dispara, la tumba, generando un dolor absolutamente excesivo. Es, además, una violación al derecho de la integridad física. En castellano es una tortura”, relató Konfino en conversación con Mis Hijos Están con el Padre, por Radio La Retaguardia.
Antes de las ‘menos letales’, la Policía Metropolitana estaba habilitada para utilizar las pistolas Táser, también un arma de tortura. El entrevistado contó que buscaron prohibir el uso de las Táser y criticó la compra de todo este armamento que viola los derechos humanos: “Fuimos a la organización, junto con la agrupación HIJOS, que estuvo detrás de la medida cautelar y del amparo para prohibir las neopicanas Táser. En la misma línea, un arma de tortura. Fue presentada a la sociedad como preferible que se torture a una persona antes de que se la mate. Es decir, es preferible una táser que una 9 mm. o una reglamentaria, cuando en realidad se usan para diferentes cosas. Tanto la less lethal, como la Táser no se usan para un enfrentamiento con un delincuente, es decir para lo que se usaría una 9 mm. Se usa para aprehender un delincuente cuando se está dando a la fuga. No se puede, en aras de ese objetivo, violar todo tipo de derechos humanos, torturar a la persona e incluso provocar la muerte. Está comprobado que estas armas han generado en todo el mundo muertes de personas. Hay que ser muy cuidadoso con lo que se compra, para qué se lo compra, cómo se lo usa y si existen protocolos de uso” objetó.
Esta tecnificación no es, para Konfino, más que una puesta en escena para resaltar a la Policía de la Ciudad por encima de otras fuerzas policiales y querer demostrar mayor capacidad a la hora de combatir el delito. En ese sentido, recordó cómo fue presentada la nueva policía: “En general, se están haciendo compras a la bartola tratando de generar esta sensación de que la nueva policía se tecnifica y hay mucho maquillaje. La nueva Policía de la Ciudad es presentada por el Jefe de Gobierno de la Ciudad ploteando unos helicópteros del SAME y todavía ni siquiera había sido enviado el proyecto a la Legislatura de la Ciudad. No tenían ni siquiera mayoría y ya estaba presentada una Policía que no había sido discutida en la Legislatura. Se rasgan tanto las vestiduras con la República y las instituciones y presentaron una policía que no existía. Ni siquiera había un proyecto enviado a la Legislatura. Ya tenía logo y uniforme. Además, una puesta en escena donde le habían pegado calcomanías a helicópteros de un servicio sanitario para presentarla. Hay mucho de puesta en escena para tratar de mostrar que están buscando la eficacia en el combate al delito”, expresó.
El tratamiento judicial para prohibir las armas de tortura dentro de la Policía
“Respecto a las Táser, nosotros hoy en día las estamos discutiendo en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Presentamos la denuncia el año pasado y fue recibida este año. Veníamos teniendo sentencias a favor en primera instancia y en cámara. El Supremo Tribunal, con una influencia importante del operador judicial que tiene el macrismo, (Daniel) Angelici, dieron vuelta un fallo de manera inexplicable con barbaridades jurídicas. La Corte no se metió y entonces quedó firme la sentencia del Tribunal Superior. Ante eso, no nos quedó otra instancia en Argentina. Tuvimos que ir a la Comisión Interamericana con el acompañamiento de un montón de gente: desde organizaciones de derechos humanos, Madres; Abuelas; el Premio Nobel de la Paz, Pérez Esquivel; Miguel Ángel Estrella; sindicatos; Myriam Bregman por el CeProDH (Centro de Profesionales por los Derechos Humanos). Un abanico amplio que le dio mucha legitimidad al planteo. La Comisión Interamericana lo caratuló ‘Pérez Esquivel y otros contra el Estado Nacional’. Es decir, también le da la categoría de un Premio Nobel de la Paz que está demandando al Estado Nacional. En este caso ya deja de ser la Ciudad el demandado porque el que no cumple con los tratados internacionales es el Estado Nacional al no controlar a las policías locales” dijo.
La intención es suprimir el uso de estas armas, pero por el momento esa prohibición no está legislada. De todos modos, los efectivos policiales no las están utilizando: “Más allá de esto, si bien tienen el permiso por ese fallo del Tribunal Superior, no están saliendo (portando las armas). Hay un compromiso de palabra, no hay ninguna norma firmada, de que no iban a comprar ningunaTáser y que ni la vieja Policía Metropolitana ni la nueva Policía de la Ciudad iban a salir con Táser. Nosotros pusimos esto por escrito en la nueva ley, hicimos llegar nuestra propuesta a los legisladores, pero no logramos la incorporación en el texto. Queríamos que se incorpore que aquellas armas que sean cuestionadas por el comité contra la tortura de la ONU, tal era el caso de las Táser, no puedan ser utilizadas por la nueva policía. Esto estuvo sobre la mesa, pero no terminó plasmándose”, contó.
Desde el Observatorio, pidieron información sobre las armas de la nueva policía, pero no obtuvieron respuesta: “Respecto a las less lethal, se abrió la licitación. Nosotros hicimos un pedido de informe que nos fue contestado por el Secretario de Seguridad, (Marcelo) D’Alessandro, diciéndonos que no nos va a dar la información pública que pedimos. Nos denegó el pedido de acceso a la información diciendo que eran cuestiones sensibles a la seguridad. Por el cual no nos informan si había protocolos, para qué las iban a usar ni responden a nuestras preguntas. La licitación está en marcha”, informó.
“Nosotros seguimos luchando para que ninguna policía de la Argentina, pero particularmente dentro de nuestro ámbito de acción que es en la Ciudad, utilice neopicanas con lo que significan en la Argentina. Es bastante duro tener que volver a explicar lo que es la corriente eléctrica sobre el cuerpo de una persona en nuestro país”, manifestó Konfino, dejando un concepto claro de por qué no deberían permitirse este tipo de armas.
¿Existen diferencias respecto a la Metropolitana?
Konfino separó lo que es el marco legal que constituye el reglamento de las policías de cómo es llevado a la práctica de manera ilegítima por sus efectivos: “Es una continuación. La norma está bien. Es una letra que recoge principios de la seguridad ciudadana, de la seguridad democrática. Lo mismo hizo la Metropolitana y el primer jefe fue el Fino Palacios. El primer bautismo de fuego de la Metropolitana fue en el Indoamericano matando dos personas. Después, tiene una serie de gatillo fácil en muy poco tiempo. Ya lo vemos también con los nuevos jefes que pone el Jefe de Gobierno; Lo que pasó con (José Pedro) Potocar. Hoy nos enteramos de otro comisario que también había sido designado y lo detuvieron. Esa letra que fue consensuada por la mayoría de los bloques y votada, termina generándose en la práctica. Por eso también nuestro rol desde la sociedad civil y desde los organismos de derechos humanos: cuando vemos una situación que no corresponde debemos tratar de hacerla conocer o impedirla judicialmente, políticamente y tratar de vincularnos con otras organizaciones para impedirlo. Así hemos logrado impedir varias cosas de la Metropolitana. Es la idea si esto sucede también en la Ciudad. No es un tema de la letra de la norma sino de la implementación. No vemos diferencias en la implementación respecto a lo que sucedía con la Metropolitana” respondió.
Violencia institucional
Konfino admitió que existe un incremento en el grado de violencia institucional pero “no por el crecimiento de efectivos sino por el mensaje que se le da a esos efectivos”. Y continuó: “En el último año y medio, hay una bajada de línea de que la violencia institucional se puede dejar pasar, porque ya cambió la mano. Eso sucede. No lo relacionaría a una cantidad superior de efectivos sino al mensaje que se está dando desde el instituto de pedagogía policial hasta los operativos en concreto. La fuerza tiene una jefatura política. Depende de un Gobierno que tiene una ideología”, opinó.
También explicó que si bien existen derechos o maneras para no permitir determinado accionar agresivo o inquisitorio de la policía, muchas veces es mejor no recurrir a esas estrategias porque terminan siendo contraproducentes ya que generan mayor violencia de parte de los efectivos. En cambio, recomendó filmar la situación de violencia que se esté desarrollando con el fin de atenuar o detener esa acción: “Hay algo que está saliendo muy bien ahora para la prevención de la violencia institucional que es el tema del registro audiovisual. Hoy todos tenemos una cámara a mano con el celular y eso está poniendo bastante coto. A ningún agente ni efectivo le gusta cuando lo están filmando porque saben que eso puede derivar en alguna consecuencia. No es lo mismo hacerlo en el anonimato que siendo registrado por una cámara. Es una de las novedades que está sucediendo en los últimos pocos años y es una de las principales cosas que yo haría ante un caso de presunta violencia institucional. Cuando esté por suceder una situación así, prender el celular y grabar. Si estás filmando y empiezan a violentarte ya es una situación bastante escandalosa. Tampoco el efectivo se somete a esa situación”, recomendó.
Sin embargo, también es posible que de todos modos el policía que está ejerciendo esa violencia institucional no se detenga ante la filmación y todavía se ensañe más con el sujeto: “Hubo un caso de una persona que tuvo esta situación y terminó presa. Después fue toda la sociedad que reaccionó con diferentes fuerzas políticas, sociales y demás, que fue a sacar a la persona a las pocas horas y representó un escándalo bastante importante. Hay que ver hasta dónde estás dispuesto a reaccionar o no. Si te querés comer la situación de abuso de autoridad o no. Una de las posibilidades de reaccionar es esa. Existen diferentes formas de zafar de esa situación. A mediano y largo plazo es seguir organizándonos, concientizándonos, para reducir el margen de violencia institucional” dijo.
Por último, Konfino informó que ante un abuso de autoridad “se puede recurrir al Ministerio Público de Defensa. También a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad que labura muy bien estos temas. Hay diferentes lugares donde se puede denunciar el abuso de autoridad y tratar de poner al resguardo esa garantía” cerró.