30A: Paro general

Este 30 de Abril tendrá lugar el quinto paro general contra el gobierno de Mauricio Macri. El primero, además, que no es convocado por la conducción nacional de la CGT.

Por el contrario, la medida de fuerza encuentra al binomio cegetista Daer-Acuña avalando en silencio la estrategia del macrismo de lanzar una batería de conciliaciones contra los gremios que paran el 30, en un intento de frenarlos mediante sanciones administrativas y multas. La táctica, se prevé, no sólo no logrará debilitar el paro, sino que puede convertirse en un nuevo foco de conflicto para el gobierno.

Al día siguiente, 1° de Mayo, la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que sigue vinculada a los secretarios de la CGT, lanzó un paro de transporte que fue recibido entre la sorpresa y la incredulidad por tratarse de un día feriado. De cualquier manera, se cumplirá de esta manera una doble jornada de huelga.

La convocatoria al Paro General del Fresimona, CTAs y otros sectores. Foto: Indymedia Trabajadoras/es

El origen

A diferencia de los cuatro anteriores -6 de abril y 18 de diciembre de 2017, 25 de junio y 24 de septiembre 2018- este paro general fue convocado por fuera de la estructura nacional de la Confederación General del Trabajo.

La medida se lanzó el pasado 11 de abril en un plenario convocado por el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) junto a regionales de la CGT de todo el país, las CTA de Hugo Yasky y Pablo Micheli -luego se sumaría la que preside Ricardo Peidro- y otros gremios y corrientes, como el SUTNA que conduce la izquierda trotskista.

El Fresimona se organizó alrededor del moyanismo a partir de la crisis en la que entró el triunvirato de conducción de la CGT tras el debilísimo paro convocado a último momento el 18 de diciembre de 2017, en medio de las protestas populares contra la aprobación de la Reforma Previsional, que deterioró duramente la capacidad adquisitiva de las jubilaciones.

A lo largo del 2018, mientras se profundizaba la crisis en todos los niveles -económico, social, político- arreció la interna dentro de la Confederación entre confrontativos y conciliadores, con el triunvirato aferrado a sus sillones.

A su vez, el gobierno nacional avanzó con diversas estrategias para domesticar al sindicalismo más díscolo. La más notoria públicamente fue el intento de encarcelar a Pablo Moyano, para lo cual movió a sus operadores mediáticos, del poder judicial y de los servicios de inteligencia.

En ese recorrido el moyanismo fue construyendo una importante alianza a su alrededor, que hacia los últimos meses de 2018 se formalizó como tal bajo el nombre de Frente Sindical para el Modelo Nacional, y que incluye a la Corriente Federal de Trabajadores (CFT) conducida por el bancario Sergio Palazzo, a gremios industriales como Smata y aceiteros y a un sector de las 62 organizaciones, entre otros sindicatos.

Aceiteros en el último Paro General. Foto: Nicolas Solo ((i))

Cabe señalar que el Fresimona no es idéntico al espacio 21F, que también está articulado alrededor del moyanismo y la CFT, pero incluye sectores de las CTA y movimientos sociales, y donde no están en cambio ni el SMATA ni otros gremios.

Las presiones del Fresimona al interior de la CGT llevaron a la convocatoria de los dos últimos paros generales por parte de la conducción bajo la lógica de “descomprimir”. En ese tira y afloje se bajó el portuario Juan Carlos Schmid del triunvirato, quedando un binomio a cargo con el “gordo” Héctor Daer, de Sanidad, y el estacionero Carlos Acuña, que responde a Luis Barrionuevo.

Mientras todos los indicadores socioeconómicos se hunden en una espiral acelerada en este 2019, la CGT cerró con el gobierno un acuerdo de paz social a cambio de dineros para las obras sociales. Un acuerdo que, vale aclarar, libera fondos que le pertenecen a las obras y que el gobierno retiene irregularmente. Y que además, repite otros similares ya firmados y previamente incumplidos por el gobierno.

Las medidas

En este marco, el paro general del 30 se prevé de fuerte cumplimiento en los gremios presentes en el Plenario del lanzamiento: el Fresimona, las CTA en su totalidad y numerosas regionales de la CGT donde militan conducciones de gremios que aunque renieguen de la convocatoria nacional, sí la acatarán en determinados territorios.

Esto incluye a gremios con poder de fuego en sectores clave de la economía, como bancarios, camioneros y aceiteros.

Se sumarán gremios de sectores de la producción y la industria como el SMATA, Curtidores, Ladrilleros, seccionales de la UOM que desobeceden la no convocatoria de Antonio Caló, los Gráficos, la AAPM, el SUTNA, la Federación de obreros azucareros de la CTA-A, los farmacéuticos y bioquímicos de Marcelo Peretta de las 62 Organizaciones, entre otros.

En el transporte pararán el subte de Buenos Aires (CTA-T), los ferroviarios del Sarmiento (Rubén Sobrero), la totalidad de los gremios aeronáuticos (los cinco en el Fresimona) y algunas líneas de colectivos enroladas en la UCRA (CTA-A).

Además, se sumó en los últimos días la agrupación “Juan Manuel Palacios” -disidente con la conducción de la UTA, en manos de Roberto Fernández- que promete extender la medida de fuerza a más de 90 líneas en la zona metropolitana, Santiago del Estero, Corrientes y Chaco.

En el Estado el paro se hará sentir con mucha fuerza con los estatales de ATE, docentes de todo el país enrolados en los gremios de la CTERA (Suteba, Amsafe, Ademys, UTE, etc) y algunos de la CGT como UDOCBA, trabajadores de Vialidad Nacional del STVyARA, universitarios de CONADU, CONADUH, ADUN entre otros, profesionales de la salud de FESPROSA y los dos gremios de la Justicia: UEJN y el Sitraju.

El gremio de Piumato es un caso particular, porque continúa integrando la conducción de la CGT al tiempo que adhiere a la convocatoria de los opositores.

Otro que no integra el espacio opositor y sumó su adhesión los últimos días es el ex triunviro Juan Carlos Schmid. La Federación de portuarios que conduce hará paro el 30 y también al día siguiente, en el “paro-feriado” de la CATT.

La enumeración continúa con las decenas de sindicatos del Fresimona como Canillitas, SECASFPI, APOPS, SOMU, UPSRA, etcétera; los que integran las CTA y otros “no alineados”, como el Sindicato de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).

En Ciudad de Buenos Aires movilizarán en una convocatoria que se espera multitudinaria a Plaza de Mayo a las 13 horas.

El temprano horario se explica porque el 30 se cumplen también 42 años de la primer ronda de Madres de Plaza de Mayo y se espera liberar temprano la Plaza para que puedan ocuparla ellas con sus pañuelos.

Por su parte, los sectores vinculados a las corrientes sindicales de la izquierda partidaria como la CSC-PO, Izquierda Socialista y el PTS se sumarán con una columna independiente y realizarán más tarde un acto de su frente político, el FIT, a las 17:30 horas.

La protesta continuará al día siguiente, 1° de Mayo, Día Internacional del Trabajador, donde Camioneros junto a otros gremios del Fresimona y los movimientos sociales “cayetanos” CCC, CTEP y Barrios de Pie prometen montar cientos de ollas populares en todo el país.

Con respecto al “paro-feriado” de la CATT, las perspectivas de cumplimiento no están claras. Al menos así lo evalúa el periodista especializado en temas gremiales Mariano Martín.


El apriete del gobierno

Hace semanas, desde el lanzamiento del paro el 11 de abril, el gobierno de Cambiemos viene evaluando la conveniencia o no de intervenir ante el paro del 30 y elevar la temperatura del enfrentamiento con las organizaciones gremiales.

La foto de la conferencia de prensa del viernes 26, que mostró un arco cada vez más amplio y el anuncio de las últimas adhesiones, como la del transporte disidente, terminó de preocupar al macrismo. Así se abrió camino a la “línea dura”, que se expresó en las últimas horas de dos maneras.

La primera, con declaraciones en el usual tono filofascista de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, amenazando con represión en el área metropolitana en una nueva reedición oral del fracasado “protocolo antipiquetes”.

La segunda, con una batería de 40 conciliaciones obligatorias contra respectivos sindicatos dictadas este lunes por el Ministerio de Producción y Trabajo del ministro Dante Sica. Aunque pocas llegaron a destino -por alguna razón fueron enviadas a última hora- desde el Fresimona ya adelantaron su rechazo común. El argumento lo sintetizó el abogado de aceiteros y ceramistas, Carlos Zamboni, quien planteó que se trata de “un accionar inconstitucional y violatorio del derecho internacional vigente. Una conciliación obligatoria en un paro general es ilegal y tiene un sólo fin, prohibir la huelga. ¿O quizás piensen del PEN retrotraer todas sus medidas antiobreras?”.

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