Ante la cesión del predio donde funcionó el boliche República Cromañón nuevamente a su dueño Rafael Levy, condenado por la masacre, sobrevivientes y familiares de víctimas impulsan proyectos de expropiación y patrimonialización de ese espacio para preservar la memoria y evitar que se sigan haciendo negocios. La respuesta de los legisladores porteños y el pedido a los candidatos para que se pronuncien sobre el tema.
La mayoría de los familiares y sobrevivientes se enteró de casualidad que en octubre pasado el Tribunal Oral Criminal (TOC) 24 había decidido restituir el inmueble de Bartolomé Mitre 3036 a Rafael Levy, a través de la sociedad offshore “Nueva Zarelux”, de quien es apoderada Ana Rothfeld y dueño el propio Levy, condenado en 2014 a cuatro años y medio de prisión por el delito de estrago seguido de muerte por el fallecimiento de 194 personas y las heridas de más de 1400. El tribunal de aquel juicio fue el mismo TOC 24.
Silvia Bignami, mamá de Julián Rozengardt fallecido en la Masacre, afirmó en diálogo con Red Eco que en el juicio hasta el propio abogado de Levy había aceptado que Nueva Zarelux era de su defendido: “De modo que dar el predio a Nueva Zarelux es dárselo a Levy, o sea a la persona condenada. De la cesión nos enteramos por un periodista de Infobae; por lo menos mi cabeza de querella no se enteró porque se equivocaron en mandar la notificación, ya que la querella es Iglesias Campos y se la mandaron a otra Campos. O sea que el responsable de que Levy esté en posesión y uso del boliche es el mismo tribunal que lo condenó. Cuando fuimos a pedirle explicación al Tribunal, nos dijeron que estaban agotados los pasos, dicen que se acabaron todas las acciones jurídicas, lo que no es tan verdad porque si bien el juicio penal ha terminado, no así los juicios civiles. Igualmente nosotros entendemos que esto es así porque hay impunidad. No es una decisión técnica, sino una decisión política, porque Levy es un tipo muy poderoso, lo hemos escrachado por Cromañón, por La Saladita, por estar vinculado a políticos, por poner dinero para campañas, por un bolichito que tenía a la vuelta de Cromañón, porque él es dueño de casi media manzana, donde había prostitución y trata, de modo que es un personaje terrible”.
El hijo de Silvia, Julián Rozengardt tenía 18 años aquel 30 de diciembre de 2004, noche en la que ardió República de Cromañón durante un recital de Callejeros. El joven fue trasladado a un hospital con un pulmón totalmente destruido y el otro prácticamente por la mitad, y falleció tras dos días de internación.
Muchas pertenencias de las 194 víctimas fatales quedaron dentro del boliche, pero hace poco fueron retiradas. Los familiares y sobrevivientes no saben por quién: “Fue de manera casi casual que pudimos entrar porque un papá muy enojado habló con la policía, que tratando de no llegar a mayores lo autorizó a ingresar, no por la puerta principal del boliche, sino por la de Jean Jaures, y no estaban las pertenencias de los chicos. Fuimos de nuevo al Tribunal a preguntarle, cómo era, qué medidas de inventario había adoptado e increíblemente nos dijo que no adoptó ninguna medida porque nosotros no se la pedimos. Es decir, un tribunal no cuida un lugar que fue sede de un siniestro, como si en un accidente dijeran que no tienen que cuidar las cosas porque la víctima no se lo pidió. Así que el lugar está como pintado por dentro, limpio, no están las zapatillas, ni las marcas de las manos de nuestros hijos”, relató Bignami, quien al ser consultada sobre dónde podría estar actualmente esas pertenencias aseguró: “La verdad que pensamos que las tiraron, lo que genera muchísimo dolor. En su momento nos acompañó a hacer el reclamo ante el TOC una sobreviviente, que además es hija de un fallecido. Durante mucho tiempo ella reclamó para que le devuelvan cosas de su papá, como una bicicleta, y el Tribunal siempre le contestó que le iban a avisar… No estamos hablando de un llavero, es muy raro, así que pensamos que las tiraron, por lo menos nadie ofreció restituirnos nada”.
También casi por casualidad los familiares se enteraron que en el predio se están haciendo obras. Nadie se los notificó de manera formal, sino que lo saben porque ellos se preocuparon en averiguar qué pasaba dentro del boliche donde fallecieron sus seres queridos: “Vemos que del lugar salen carretillas, containers, vemos obras, y nos han contado que parte de esa obra se hace a la cinco de la mañana. (…) Hemos hecho entonces una cantidad de averiguaciones, lo mismo hizo la Defensoría del Pueblo (de la Ciudad) a cargo de Alejandro Amor, en el sentido de saber si la obra que están haciendo, pequeña o grande, tiene permiso. Y no lo tiene ni por el lado de Bartolomé Mitre, ni del portón por la calle Jean Jaures. Pero a simple vista se ve por ejemplo que en el boliche han tapiado con ladrillos detrás de las puertas. Uno tapia con ladrillos habitualmente para esconder algo”.
En este sentido, Bignami adelantó que harán una denuncia ante la Agencia Gubernamental de Control porteña para exigirle que actúe contra el accionar de Levy: “Sabemos, sin embargo, que cuando hay dinero de por medio lo más probable es que él pague una multa millonaria por no tener permiso de obra, pero él es millonario, por lo que pagará y después volverá a abrir, pero se la vamos a seguir, nosotros ya no podemos perder más de lo que perdimos”.
Expropiación/Patrimonialización
Fue a partir de todas estas irregularidades que el Movimiento Cromañón, integrado por sobrevivientes, familiares y amigos, resolvió elaborar y presentar de manera independiente iniciativas en la Legislatura porteña. El primero fue un proyecto de expropiación para crear un espacio de memoria integrado al santuario, en el que sobrevivientes y familiares se pusieran de acuerdo para seguir trabajando por el Nunca Más: “(El proyecto) fue levantado por legisladores del arco de la izquierda, por el socialismo y por el bloque que preside Victoria Montenegro. Sin embargo, con eso no nos basta. Para nosotros tiene muchas dificultades una Legislatura con mayoría absoluta del PRO y sus aliados, porque no es solo el Pro sino quienes integran la alianza Cambiemos, como Confianza Pública y la Coalición Cívica. Gente de la Coalición se sacó fotos con nosotros diciendo por ejemplo ‘Cromañón no se toca’, pero no levantó nuestro proyecto. En las entrevistas que hemos tenido con los legisladores del PRO o de sus aliados no se nos dice que no, se nos dice que no acostumbran a expropiar, cosa que sería mentira porque para las escuelas, para la obra pública hace falta expropiar, pero ellos dijeron que el problema era de dinero, que cuando uno expropia tiene que pagarle al dueño. Igualmente para nosotros esa respuesta es de por sí un no, ya que (el jefe de gobierno, Horacio Rodríguez) Larreta no nos recibió, nos mandó a la policía, le presentamos cientos de notas que nunca contestó, (el vice Diego) Santilli no nos quiso recibir”, señaló Bignami.
Respecto a la relación con el actual gobierno de la ciudad, la mamá de Julián agregó: “Creemos que a los gobiernos hay que interpelarlos. Para la enorme mayoría de los familiares y sobrevivientes, su única relación es a través del área de atención a la víctima, que resuelve habitualmente muy mal cuestiones como medicamentos y demás, pero después ninguna. Nosotros no queremos participar de ningún gobierno porque los gobiernos han sido responsables de la muerte de nuestros hijos, y porque además los gobiernos, los estados, son responsables del gatillo fácil, de la tortura, del asesinato en cárceles, causas que quienes podemos venimos acompañando”.
Ante la falta de los avales necesarios, familiares y sobrevivientes elaboraron y presentaron un segundo proyecto: “Ya que el problema es de dinero, preparamos un proyecto de patrimonialización – manifestó Bignami – porque, como hablamos en la primera iniciativa, creemos que el tema de la memoria y de la integración al santuario y al espacio de memoria amerita proteger lo que se pueda el lugar; y patrimonializar tiene tres niveles. En un primer nivel, no se puede cambiar la fachada; en un segundo no se puede cambiar la estructura; y en un tercero no se puede cambiar el uso. Nosotros planteamos una patrimonialización en sentido primero y segundo, no tercero porque si no se le puede cambiar el uso quiere decir que hay que hacer un boliche”.
Bignami explicó que presentaron esta nueva iniciativa con la esperanza de frenar “la carrera de Levy contra la memoria” y para que los legisladores que no son proclives a la expropiación puedan firmar, aunque aclaró que esto no implica que renuncien a esta posibilidad.
En efecto, el proyecto de patrimonialización, que se presentó hace poco más de un mes, ya tiene más adeptos: “Lo firmó el conjunto de la izquierda, el bloque de Evolución y el peronista, pero aún no basta y para nosotros sigue pasando el tiempo. Mientras tenemos que escuchar cosas como lo del dinero para un gobierno que gasta en macetas cantidades impresionantes, escuchamos también a un legislador que nos dijo ‘tienen que conformarse con el nombre del aula de una escuela’, ese nivel de maltrato. Y por otro lado, los que no nos dicen que no pero tampoco que sí”.
Respecto a las iniciativas, Bignami destacó que no tienen contra de ningún familiar, ni sobreviviente: “Me siento muy tranquila en ese sentido. El primer proyecto tenía 200 firmas de gente que se sentía representada y que le parece algo grosero, pornográfico, que el dueño de Cromañón vuelva a tener Cromañón”.
Ante la falta de respuestas políticas y de cara a los comicios de este año, el Movimiento Cromañón resolvió convocar a una reunión con periodistas para pedirles que al momento de entrevistar a los candidatos a jefe de gobierno, legisladores, senadores y diputados de la Ciudad de Buenos Aires se les consulte su opinión sobre los proyectos de expropiación y patrimonialización presentados, como así también respecto a cuáles serían sus políticas de memoria: “Queremos que nos contesten, porque a nosotros no nos parece que sea un tema nuestro, no es un problema nuestro la muerte de 194 chicos y el sufrimiento de miles de sobrevivientes, no es problema nuestro solamente qué pasa con la memoria. Es un problema de todos. Es la mayor masacre ocurrida en un día en la Ciudad en la democracia. ¿Cómo puede ser que no tenga un espacio?”, expresó Bignami.
El encuentro con periodistas será el miércoles 24 de julio, a las 18, en la sede del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), ubicada en México 441, Segundo Piso, Departamento D.
Responsables
“Todos estos hechos para nosotros vuelven sobre la muerte, es matar a los pibes dos veces, y es una tremenda violencia sobre nosotros y nosotras. Tenemos sobrevivientes que recién ahora pueden levantar la cabeza y se encuentra con que aquí no pasó nada, se encuentran teniendo que pelear, pasar por el boliche, teniendo que hacer allí una conferencia de prensa, entonces es un nivel de violencia de la que yo hago responsable primero al TOC 24 y después a los legisladores por tomarse su tiempo de cosas que no vamos a poder manejar, hay que tener en cuenta que en estos años hubo 19 suicidios que conocemos de sobrevivientes, más los familiares que han muerto de cáncer, que es una enfermedad vinculada a la impunidad. Entonces yo los hago responsables a esta altura de nuestras vidas, los hago responsables porque es mezquino lo que están haciendo, que por no crear un antecedente de expropiación y por no tocar un interés de un tipo que tiene mucha plata no se pueda hacer una cosa que debió ser una iniciativa de los gobiernos, pero nunca un gobierno hizo nada en relación a eso, nunca ningún gobierno”, manifestó Silvia Bignami a Red Eco.
“Pero la vamos a seguir, estamos en esa posición – continuó –. La vamos a seguir como muchas veces hemos tenido dificultades, pero esto es también porque nunca nos hemos entongado con ningún gobierno y no hicimos nada a cambio de nada. Hay que recordar que cuando pasó Cromañón, a los tres días (el entonces jefe de gobierno, Aníbal) Ibarra ofreció, año 2005, 300.000 pesos para que cada uno de nosotros renunciara a la causa, era mucho dinero, en el mismo sentido nosotros vamos a seguir porque nosotros decimos que Cromañón no se toca, la memoria no se negocia”.