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Ante el derrumbe del plan politico continuista
Por Raymond -
Thursday, Oct. 24, 2002 at 9:01 PM
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Ante el derrumbe del plan politico continuista. Resolucion politica del Comite Nacional del Partido Obrero
EDITORIAL
Resolucion politica del Comite Nacional
(19/10/2002)
Ante el derrumbe del plan politico continuista
Impongamos nuestras condiciones politicas: Por una Asamblea Constituyente libre y soberana y un nuevo Argentinazo
1
La crisis del actual proceso político traduce, en primer lugar, la incapacidad del gobierno para reagrupar a la burguesía en torno a una salida a la bancarrota capitalista. Los anuncios reiterados sobre el hecho de que la depresión productiva habría encontrado un "piso" se han visto desmentidos una y otra vez. La capacidad ociosa de la industria es más elevada que nunca. Las cifras publicadas la semana pasada han vuelto a mostrar una caída de la producción que niega la pretensión de haber tocado fondo.
El gobierno alega, de todos modos, haber evitado la hiperinflación. Pero la medicina aplicada para esta supuesta "estabilización" es una caída tan brutal del consumo que, por sí misma, inviabiliza toda reactivación capitalista. La magnitud en el retroceso del precio de la fuerza de trabajo y la desocupación en masa, implican una quiebra vertebral de las condiciones en las cuales se desenvolvió el mercado interno en el período histórico previo. La caída ha sido tan abrupta que el salario medio es ahora inferior al mínimo de todos los tiempos, registrado en el peor momento de la hiperinflación del ’89. El producto por habitante ha retrocedido a valores de medio siglo atrás. No hay posibilidad de un relanzamiento de la economía sin revertir este cuadro y recomponer la masa salarial como proporción del producto interno.
El problema es que cualquier avance en esta línea, algo que el gobierno se vio obligado a admitir miserablemente con el aumento de emergencia de los 100 pesos, choca con el resto de los dispositivos concebidos para superar la desorganización económica y el quebranto general. Las cuestiones fundamentales siguen sin resolverse: la reestructuración de la deuda externa, la liberación de las tarifas congeladas, la reformulación y ajuste del sistema financiero y, en conexión con esto, la eventual re-dolarización de los depósitos y créditos de los bancos. Todo esto significa que, en lugar de un cuadro de estabilización, el gobierno sigue metido en un pantano en el cual no deja de hundirse. Fuera de este panorama es imposible entender el propio empantanamiento de su salida política.
2
Lo más importante es que cualquier tentativa de resolver las "asignaturas pendientes" replanteará nuevos desequilibrios y choques violentos. El superávit fiscal no es más que un espejismo, porque se trata de un truco contable que esconde un fenomenal festival de bonos: las monedas provinciales, los bonos para compensar a los bancos por la pesificación, los bonos para los ahorristas, los bonos ahora para devolver el 13%, etc. Es decir, el resultado fiscal "positivo" se ha creado a costa de un crecimiento fenomenal del endeudamiento… de un Estado fundido. La consecuencia de todo esto es que la deuda pública medida en dólares aumentó casi un 50% desde principio de año y equivale ahora a más del 200% de la producción anual. El festival puede agravarse todavía más porque la re-dolarización de la parte de la deuda que fue pesificada implicaría una nueva emisión millonaria de bonos. La política de empapelamiento refuerza las tendencias a la recesión y a la depresión porque, al convertir los activos de los bancos en bonos, limita su capacidad crediticia, mientras que su pago absorbe fondos del Estado, reduciendo el gasto público.
El superávit del comercio exterior no se debe al aumento de las exportaciones (han caído a pesar de que el dólar subió un 200%) sino a la parálisis de la importación debida a la situación recesiva. Pero el monto fenomenal de este saldo positivo, de unos 15 mil millones de dólares, que equivale a la totalidad del presupuesto nacional anual, ha sido utilizado… para descapitalizar el país, pagando intereses y capital de parte de la deuda externa y financiando la fuga de capitales de monopolios nacionales y extranjeros.
La resolución de los problemas planteados acentuará el cuadro de litigios o disputas en el interior del frente burgués. La clave de aquí en adelante es qué papel jugará esta montaña de bonos en la eventual reestructuración del sistema bancario. De hecho, una parte de la adquisición de los bancos vendidos en el último período ha sido efectuada utilizando esos mismos bonos para que así los nuevos dueños salden los préstamos que el Banco Central había otorgado a sus viejos propietarios. Para una parte del gran capital, la cuestión es que, como en la década menemista, los bonos puedan ser utilizados para una privatización en regla, esta vez de la banca oficial (Nación, Provincia y Ciudad), lo que plantearía un choque con los grandes grupos que viven de su saqueo, incluida la burguesía terrateniente.
3
En relación al acuerdo con el FMI, los papeles se han invertido. El Fondo y un sector del imperialismo norteamericano quieren que se firme rápido un acuerdo ahora porque si las negociaciones se prolongan, el no pago de la Argentina al Banco Mundial y al BID puede provocar un quebranto a estas instituciones. Al mismo tiempo, el acuerdo que reclama el Fondo significa tarifazos y redolarización de la deuda pública, lo que deja en claro que quiere acabar rápidamente con el gobierno de transición de Duhalde y encarar una nueva negociación en regla con el próximo gobierno. Por esto mismo el gobierno da largas a la firma del acuerdo.
4
Todas las contradicciones capitalistas se reflejan en la crisis del desvío electoral planteado por el gobierno de Duhalde algunos meses atrás. Su expresión más clara es la gran atomización del PJ, que es, sin embargo, el instrumento principal con que cuenta la burguesía.
Los distintos candidatos del PJ son directos representantes de diferentes grupos bancarios "nacionales" que están comprando bancos extranjeros con los fondos que les provee el BCRA. Pero esto, con toda seguridad, como una intermediación para su posterior reventa a grupos extranjeros (que no podrían contar para estas operaciones con los subsidios oficiales a los grupos "argentinos"). La nominación de Romero como vicepresidente de Menem convierte a este binomio en la fórmula del Banco Macro (de Ramón Puerta), que se apropió de los bancos provinciales de Salta, Jujuy y Chaco y que ahora "compró" la mitad del Scotiabank con plata del Central. Rodríguez Saá es el candidato del grupo Banex (que privatizó el banco provincial); Kirchner aparece como el candidato del grupo que privatizó el Banco de Santa Cruz y el de San Juan. Estos bancos - y sus respectivos candidatos - se enfrentan ahora por la "compra" de otro banco extranjero, el Suquía, de los franceses del Credit Agricole.
En medio de semejante atomización, el duhaldismo carece de un candidato propio que represente a la burguesía "pesificadora" de la mano de la cual llegó al gobierno. Esta crisis del peronismo tiene lugar en el cuadro de un enorme repudio popular al gobierno y al conjunto de las candidaturas peronistas. Ninguna de ellas logró "levantar" en las encuestas de intención de voto y una reciente encuesta en la provincia de Buenos Aires indica que el 63% de los votantes del PJ en las elecciones del ‘99 no votarán por ningún candidato del PJ en las próximas elecciones.
5
Frente a la anulación judicial de las internas y la impasse del proceso electoral, Duhalde reclama ahora que la Asamblea Legislativa se reúna para relanzar la convocatoria electoral anticipada. El Congreso debería modificar la ley de acefalía (para acortar el mandato de Duhalde) y dictar la modalidad de las elecciones, incluida la posibilidad de que se las convoque utilizando el archi-antidemocrático sistema de la ley de lemas.
Es decir que se pretende convocar a la Asamblea Legislativa para imponer un nuevo condicionamiento al proceso político electoral fracasado. Pero el fracaso de Duhalde y de su plan político es, también, el de la Asamblea Legislativa que lo proclamó presidente en enero. La usurpación de Duhalde - y antes la de Rodríguez Saá - del Argentinazo del 19 y 20 de diciembre se basó en la Asamblea Legislativa. El fracaso del plan político de Duhalde muestra que esta usurpación política está agotada. Esto crea una nueva situación política.
Este hecho tan claro - el fracaso del plan político de Duhalde y el de la Asamblea Legislativa que lo puso en la Rosada - escapa por completo a la "oposición". El centroizquierda y la izquierda democratizante se han resignado a concurrir (o no) a las elecciones incondicionalmente, o sea, cualesquiera sean las condiciones en que sean convocadas por el PJ. Han renunciado a establecer, por medio de la organización y la lucha, sus propias condiciones del proceso político. Desnuda así su oportunismo y su intención de negociar una recomposición del cuadro electoral.
La crisis de las condiciones políticas que pretendió establecer la burguesía le plantea al pueblo trabajador y explotado imponer sus propias condiciones para salir de la crisis. En las actuales condiciones del proceso político, la única posibilidad de elecciones realmente democráticas es que sean convocadas por una Asamblea Constituyente con poder, es decir, en el marco del régimen político y social reorganizado que produzca la Constituyente, o sea en el contexto de una salida de los explotados a la debacle económica y social capitalista. La campaña por un frente único por un nuevo Argentinazo y por una Constituyente con poder corresponde exactamente a los nuevos problemas que se le plantean a los explotados y a las organizaciones populares como consecuencia de la situación creada por el fracaso del plan político continuista.
6
El fracaso del plan político oficial plantea objetivamente el replanteo de la salida política.
La oportunidad de un llamado al frente único deriva de que el plan político del gobierno se ha quebrado (y con ello los planteos del centroizquierda y la izquierda de intervenir en él), de la impasse económica y política y del repudio popular enorme al régimen político de conjunto.
El fracaso del plan político continuista pone a la izquierda y al movimiento de lucha popular ante una situación relativamente nueva.
El planteo de la IU de un "candidato único de la izquierda" ha quedado girando en el vacío. ¿"Candidato único" a qué? Lo mismo sucede con el planteo del Pts de "boicot". ¿"Boicot" a qué? La política de unos y otros se apoyaba en el pronóstico del éxito del plan político continuista, pero es precisamente esto lo que fracasó. No se puede participar en un plan político que se ha hundido; tampoco se puede boicotearlo porque no existe. Lo que está planteado es una lucha común para establecer nuevas condiciones políticas ante el fracaso del plan continuista por medio de un nuevo Argentinazo.
El agotamiento de la usurpación política del Argentinazo del 19 y 20 de diciembre replantea la vigencia de las Asambleas Populares, que son precisamente las hijas del Argentinazo. El archivo del juicio político a la Corte Suprema, la confiscación de los ahorristas y los tarifazos que prepara el gobierno, son el combustible que, en esta nueva situación, plantea a las clases medias una nueva lucha.
El fracaso del plan político continuista vale también al movimiento piquetero: el hundimiento del plan político del gobierno acelera los tiempos de la campaña por el nuevo Argentinazo votada en las Asambleas Piqueteras.
El Partido Obrero hace un llamamiento político a la izquierda, a las organizaciones piqueteras, a las Asambleas Populares a una lucha común y unificada para imponer nuevas condiciones políticas mediante un nuevo Argentinazo que lleve al poder a una Constituyente. Con este planteo político es esencial que el PO desarrolle la más vasta agitación política y la organización de la lucha cotidiana contra el régimen hambreador.
La campaña por el frente único por la Constituyente y para echar a Duhalde es un eje para el desarrollo político y la organización del PO por medio de la agitación y el reclutamiento.
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