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Crece en Irak el tráfico de armas y de drogas
Por diario mx - Friday, Jul. 11, 2003 at 11:47 AM

barbara la justicia infinita

6 de Julio del 2003
Actualizado: 12:46:16 AM hora de Cd. Juárez

Mark Fritz
Associated Press

Irak— Un drogadicto con una cuchillada llega tambaleándose a un hospital. Quiere atención, quiere drogas, quiere todo en este momento, entonces se vuelve loco. Se agita salvajemente, se suelta de los ayudantes del hospital, amenaza a todos a la vista.

Un grupo de policías locales se acobarda ante la danza desesperada del adicto. Un hombre de ley se mantiene firme. Steven Gallagher, un policía de los suburbios de Milwaukee y casualmente comandante en la Reserva del Ejército de Estados Unidos, va tras el invasor y lo derriba, no antes de que el visitante, de mirada furiosa, enterrara sus dientes en la mano derecha de Gallagher.

“Ese tipo tenía marcas en el brazo”, dice Gallagher al contar el incidente. Se refiere a un sendero de marcas de aguja que indican el uso de droga intravenosa.

Irak tiene un problema de crímenes. Pero no es solamente los saqueos que se desataron luego de que la invasión británico-estadunidense aplastara el estado policial de Saddam Hussein. La racha de robos ya casi ha terminado. Los productos hurtados de la era de Saddam están siendo reciclados en una economía subterránea cultivada orgánicamente. Incluso carretas de ladrillos robados de edificios de gobierno a medio construir están reapareciendo como hogares hechos a mano en una nación con una dura crisis de vivienda.

El emergente problema del crimen es más sutil y atemorizante: robo, extorsión y operaciones de contrabando de armas que se han hecho más sofisticadas, más clandestinas y más organizadas. En Bagdad, un equipo de ladrones quemó recientemente una bodega llena del botín de otro grupo. Era una mafia enviando un mensaje a otra.

No exactamente la mafia, aún no. Pero los verdaderos hombres de ley creen que debajo del crimen callejero fortuito y los tiros al azar sin patrón dirigidos a militares estadunidenses, están los materiales brutos para pandilleros en potencia.

El tráfico de heroína, hachís y drogas que requieren receta médica desde Afganistán, Irán y Siria está haciendo su retorno a través de puntos de tránsito como Samawah —la ciudad más cercana a la frontera saudita— luego de ser interrumpido por un operativo de Saddam del 2000 al 2001 y la guerra subsiguiente dirigida por Estados Unidos para derrocarlo.

Los saqueadores, ex convictos y jóvenes nihilistas y desempleados están uniéndose en pandillas que se dan cuenta de que agruparse les da un poder colectivo para asaltar, robar y de otra manera obtener una posición darwiniana en la economía local en una tierra sin líder.

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