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Ex agentes de la CIA exigen la renuncia de Cheney por usar información falsa contra Irak.
Por JIM CASON Y DAVID BROOKS - Thursday, Jul. 17, 2003 at 12:45 PM

Líderes del Congreso de EU piden investigar manipulación de Bush. Engañó al pueblo al usar material equivocado para su discurso, aseguran legisladores demócratas Un grupo neoconservador secuestró nuestra política exterior, acusa el republicano Clyde Prestowitz.

La tela del gobierno de George W. Bush sigue deshilándose a raíz de acusaciones en el sentido de que justificó la guerra contra Irak con información falsa y manipulada.

Este martes líderes del Congreso pidieron una investigación in-dependiente sobre manipulación de información de inteligencia y el empleo de documentos falsos por el mandatario y sus más altos funcionarios antes de la acción bélica contra el país árabe.

La sombra de Watergate se pa-sea por Washington. Esta semana Bush pareció estar confundido so-bre lo que dijo para justificar la guerra contra Irak, y hoy un grupo de agentes retirados de la Agencia Central de Investigaciones (CIA) exigió la renuncia del vicepresidente Dick Cheney, ya que se cree que fue la figura clave para decidir usar datos de inteligencia falsos con el propósito de engañar al Congreso y al pueblo estadunidenses.

Y se incrementa el coro en el Congreso en favor de una investigación sobre estas maniobras, e inclusive algunos demócratas se atreven a señalar la posibilidad de que el propio presidente haya mentido deliberadamente en sus discursos oficiales para obtener el apoyo para la guerra.

"Engañó al pueblo estadunidense al permitir que una declaración que sabía que estaba equivocada, o debería de haberlo sabido, fuera parte de su informe a la nación en un momento crítico, cuando necesitaba apoyo para una guerra contra Irak", declaró el senador de-mócrata Bob Graham, quien además es uno de los precandidatos presidenciales de su partido para los comicios del año próximo.

El vicepresidente, en la mira

El representante federal Dennis Kucinich, otro precandidato presidencial del Partido Demócrata, pidió este martes abrir una investigación sobre el papel de Cheney en todo este asunto, y el New York Times editorializó que el presidente debería "ofrecer disculpas al pueblo estadunidense" por haberlo engañado.

En las filas del partido político de Bush (el Republicano) cada día se expresa más inquietud por este asunto que tiende a crecer.

"Un pequeño grupo de neoconservadores ha secuestrado la política exterior estadunidense para servir a otros propósitos", acusó hoy el republicano Clyde Prestowitz, ex negociador comercial de Estados Unidos, en una entrevista con un noticiario televisivo.

Prestowitz no está solo: en esta capital existe la creciente sospecha de que un pequeño grupo de políticos neoconservadores del círculo íntimo del vicepresidente empleó pedazos selectos de información de inteligencia y manipuló el proceso constitucional para promover la guerra contra Irak.

Este mismo grupo de ideólogos de derecha, escribió hoy el New York Times, podría estar manipulando la continuación del conflicto en Irak para provocar una guerra contra Siria.

Los alegatos, acusaciones y simples mentiras que han dominado las noticias en Washington han generado dudas razonables sobre la versión oficial de la guerra, a tal nivel que el propio presidente pa-reció confundirse al explicar por qué ordenó esa invasión.

Hablando con reporteros al concluir un encuentro con el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Kofi Annan, Bush declaró que Estados Unidos tomó la decisión de invadir después de que el Consejo de Seguridad ofreció a Saddam Hussein "una oportunidad para permitir el ingreso de los inspectores, y no lo permitió (el gobernante iraquí)".

Aparentemente se le olvidó, por un momento al menos, que los inspectores habían entrado y salido de Irak durante meses antes de comenzar la guerra (que empezó con el retiro obligado de los inspectores por la invasión).

El vocero de la Casa Blanca re-husó responder hoy cualquier pregunta acerca de esta declaración, pero la contradicción fue destacada en la primera plana del Washington Post.

El presidente también fue interrogado duramente ayer por su decisión de incluir en su informe a la nación -el único discurso que debe rendir obligatoriamente y que presentó al Congreso en enero pasado- una referencia a informes de inteligencia de que Irak había intentado obtener uranio en Níger para armas nucleares.

"Subsiguiente a ese discurso, la CIA tuvo algunas dudas" sobre el asunto de uranio africano, respondió Bush a los reporteros.

Pero aun la asesora de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, reconoció que la agencia ya había expresado dudas al respecto por lo menos cuatro meses antes del discurso del presidente a la nación.

Aparentemente el presidente Bush no ha prestado suficiente atención a su asesora de Seguridad Nacional, y si en verdad creía que el régimen iraquí había negado el ingreso de los inspectores meses antes de la guerra, se tendría que suponer que sus propios funcionarios lo tenían mal informado antes de lanzar la acción bélica contra el país árabe.

Pero sea cual sea la versión, cada día se descubren nuevas evidencias de que -con o sin el conocimiento del presidente- un grupo al interior de su gobierno, que desde hace mucho tiempo había decidido lanzar una guerra contra Irak, estaba preparado para utilizar pruebas falsas y reales para justificar la agresión.

Y al parecer este grupo desea ampliar ahora esa guerra a otros países, y esa realidad está provocando temor y preocupación entre suficientes funcionarios como pa-ra que algunos se atrevan a filtrar o presentar información que cada día alimenta este escándalo político.

Nicholas D. Kristof, columnista del New York Times, escribió hoy que la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), la principal unidad de inteligencia del Pentágono, ha realizado grandes reuniones entre su personal para instarle a no hablar con periodistas y evitar agregar "condicionamientos" a sus informes de inteligencia.

Siria, siguiente objetivo

Pero esta estrategia no está funcionando. "La inteligencia no sólo se está atontando, sino que también está siendo manipulada, y esto continúa", indicó Kristof.

Por ejemplo, señala que altos analistas de inteligencia del gobierno creen ahora que un reciente ataque de las fuerzas armadas estadunidenses contra una caravana de vehículos, en la frontera entre Siria e Irak, no fue un intento para capturar a Saddam Hussein, como in-formó oficialmente el Pentágono.

"Patrick Lang, ex alto funcionario de la DIA, dice que muchos en el gobierno creen que esa incursión fue un esfuerzo de los ideólogos para interrumpir la cooperación entre Estados Unidos y Si-ria", escribió Kristof.

Es este tipo de manipulación de información de inteligencia provocó que un grupo de veteranos de la CIA, la DIA y otros analistas conformaran la agrupación Profesionales de Inteligencia Veteranos por la Sanidad, que hoy pidió la renuncia del vicepresidente Dick Cheney, considerado eje del grupo de ideólogos neoconservadores del gobierno de Bush.

"Ninguno de nosotros está triste al ver irse a Saddam Hussein", ex-plicó Raymond McGovern, analista retirado de la CIA que se de-dicaba a informar a altos funcionarios de la Casa Blanca sobre asuntos de inteligencia.

Pero, agregó el ex funcionario, los integrantes de su grupo se ex-presan ahora porque creen que Estados Unidos lanzó un ataque masivo sobre la base de afirmaciones falsas y empleando información de inteligencia manipulada.

En particular, señaló McGovern, fue Cheney quien solicitó a la CIA evaluar documentos que indicaran que Irak obtenía uranio en Africa.

Aunque el ex embajador Joseph Wilson comprobó que esta versión era falsa, después de una visita a Níger en febrero de 2002, Cheney lo reafirmó en varios discursos durante el resto del año y, como ahora se sabe, el presidente Bush incluyó esa referencia en su informe a la nación de enero de 2003.

La campaña en favor de la guerra, co-mentó esta mañana McGovern en una conferencia de prensa, estuvo basada en gran parte en información que se sabía había sido falseada.

"Esto no es un caso de pequeña corrupción -afirmó McGovern-. Este fue un asunto de guerra y paz. Miles han muerto. No hay un final a la vista."

El ex oficial de la CIA, quien durante el gobierno de Ronald Reagan fue el encargado de presentar análisis de inteligencia diarios al entonces vicepresidente George Bush padre, señaló que ahora el enfoque de la discusión debería ser más amplio, no dedicado sólo al discurso del mandatario, sino a un patrón de declaraciones oficiales utilizando pruebas manipuladas.

Durante todo el periodo anterior a la guerra contra Irak, el propio Bush advirtió reiteradamente del peligro de una "nube de hongo nuclear" si Bagdad no era desarmado, a pesar de indicaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica de que el país árabe no estaba ni cerca de poder construir armas nucleares.

"En verdad esto se trata de un gobierno que representó mal los hechos sobre un tema que fue una justificación fundamental para ir a la guerra -dijo el embajador Jo-seph Wilson al diario Washington Post-. Provoca la interrogante sobre qué más es-tán mintiendo".

Greg Thielmann, ex analista de inteligencia del Departamento de Estado, indicó que "el gobierno de Bush no presentó una imagen precisa sobre la amenaza militar en torno a Irak".

Este incremento del cuestionamiento al presidente y su gente en Estados Unidos no es el peor peligro para este gobierno, sino el hecho de que las cosas se están deshaciendo en Irak.

Más de tres meses después de que Bush declaró el fin de los combates mayores en Irak y dijo "misión cumplida", las tropas estadunidenses siguen sufriendo bajas y no hay nada en el futuro inmediato que prometa algo diferente.

Pesadilla política para el gobierno

Así, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, se vio obligado a cancelar una orden para que algunos soldados regresaran a casa esta semana, y estimó que es posible que pudieran necesitarse más tropas en Irak.

Esta situación es una pesadilla política para la Casa Blanca, que había esperado poder empezar ha enfocarse en asegurar la relección de Bush en los comicios de no-viembre del 2004.

En lugar de eso, hoy fueron obligados a escuchar al senador Edward Kennedy, entre otros, quejarse de que la guerra en Irak fue "construida sobre una arena movediza de suposiciones falsas, y el resultado ha sido caos para el pueblo iraquí y un continuo peligro mortal para nuestras tropas".

Y en este panorama, por primera vez la Casa Blanca está cada día más a la defensiva desde la elección de Bush, y de pronto lo que había sido un equipo de gobierno imparable y disciplinado empieza a mostrar sus vulnerabilidades.

Todo por una mentirita de 16 palabras en un discurso, pero algunos ahora sospechan que sólo fue la punta del iceberg.

El fantasma de Watergate podría resucitar en los próximos días. Ya de por sí empezó a espantar a los actuales ocupantes de la Casa Blanca.

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