UN NUEVO AVANCE SOBRE LAS LIBERTADES INDIVIDUALES
Por Abel Alexis Latendorf - Friday, Jul. 25, 2003 at 4:02 PM
allatendorf@legislatura.gov.ar

Este proyecto restrictivo, inconstitucional, pero sobre todas las cosas, profundamente discriminatorio, cuenta con renovados bríos otorgados por el actual Ministro de justicia Gustavo Béliz, hoy Kishnerista, otrora Cavallista, y más atrás en el tiempo aún, Menemista

. Un funcionario prolijo, de ideas “claras”, capaz y aplicado, tan aplicado que hasta le hacía los discursos al expresidente de origen riojano.
Esto es una hipocresía, pues con la excusa de trabar el consumo de bebidas alcohólicas en las calles, se discrimina entre los sectores de medios y altos ingresos y los de bajos recursos, en este momento, la inmensa mayoría de la población. Es decir, una persona de clase media o alta que tenga ganas de tomarse un vino luego de las 10 de la noche, se va a un restaurant, pub, bar, confitería, paga el precio que sea, y listo. También puede utilizar su teléfono particular, celular o simplemente por internet, y en minutos tendrá la bebida que desee en la dirección que indique. Pero, si el que tiene ganas de tomarse un vino apenas dispone de $1,5 se va a quedar con las ganas porque no hay restaurant, ni bar, ni pub, o tugurio alguno de nuestra querida metrópoli que venda un vino a tan bajo precio, mucho menos aún, cuando los kioscos, maxikioscos y pequeños supermercados no puedan vender bebidas alcohólicas y estén entonces fuera de competencia.
Por lo tanto, podemos deducir que para los defensores del proyecto, una persona de clase media o clase alta a quien le gusta beber no forma parte de la ola de inseguridad, no es peligroso ni violento. Y jamás se le ocurriría conducir un vehículo o correr una “picada” en ese estado. En cambio, un pobre al que también le gusta beber, es un borracho, roza la delincuencia y es peligroso para la sociedad.
Esta prohibición además perjudicará a gran parte a los pequeños comercios minoristas, siendo justamente este tipo de venta la que les ofrece un mínimo sostén económico.
Entonces, la prohibición de la venta nocturna de alcohol en ciertas bocas de expendio, ni bajará el consumo de alcohol ni mucho menos bajará el índice de delincuencia, porque la causa de la delincuencia no es el alcohol sino la pobreza, la exclusión social, la falta de oportunidades. En todo caso creará un mercado “negro” y una caja de recaudación más para la Policía Federal.
Por todo esto, me opongo al proyecto de ley. Porque como marxista soy defensor de la libertad y de la intimidad. Porque quiero una sociedad de hombres libres, y que como tales puedan decidir si quieren tomarse un vino o una cerveza, a la hora que se les dé la gana. Y si el consumo de alcohol es un problema, entonces el Estado debe darle a los consumidores otras alternativas, trabajo, por ejemplo, vivienda, por ejemplo, educación, etc... Y no mediante prohibiciones ni medidas restrictivas y discriminatorias. No se puede prohibir la realidad, en todo caso trabajemos para modificarla, trabajemos para cambiar al sistema que la genera, que ese es el modo.

www.piquetesocialista.org

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