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Brasil, ¿próximo granero [ transgénico ] del mundo?
Por Carlos Turdera - Saturday, Nov. 13, 2004 at 5:24 PM
crift@terra.com.br

Contrariando sus declaraciones de cuando era candidato a la presidencia, desatendiendo a su propia ministra ambiental y agradando al agronegocio, Lula habilitó el cultivo de soja transgénica en Brasil. La paradoja se completa con la oposición de un gobernador de centro-derecha que llegó a posar con el MST a favor de productos orgánicos.

São Paulo, 7 de noviembre de 2004

La soja es el principal producto agrícola de Brasil. En la cosecha 2003/2004, el país produjo 119,5 millones de toneladas de granos, incluyendo cereales, leguminosas y oleaginosas. De ese total, el sureño estado de Paraná fue responsable por 25,9 millones de toneladas y espera superar los 30 millones en la zafra que está en marcha, siendo 12,45 millones de toneladas lo que espera sólo de soja. Estas cifras convierten a la región paranaense, que tiene apenas el 2,3% de las tierras brasileñas, en la mayor productora de granos del país y la segunda en soja.


DE LA TIERRA AL MERCADO
Tal rendimiento se basa en un modelo de producción y comercialización que, sólo en 2003, superó los 28.000 millones de reales (alrededor de 10.000 millones de dólares) de facturación. Núcleo de la dirigencia productiva de la región, Ocepar (Organización Cooperativa del Estado de Paraná) es la sigla clave en este rendimiento al ser el sistema que brinda know-how y organización a los agricultores.

Entre las cooperativas de esa red se destaca Cocamar, un conglomerado agroindustrial que atiende desde la siembra hasta la colocación en góndolas y exportación de los productos elaborados. El grupo, que es también un modelo premiado de industria con responsabilidad social, nuclea a 7.000 productores y respondió por 1.008 millones de reales (336 millones de dólares) en su último ejercicio.

A pesar de tal rendimiento, la próxima cosecha de soja --paranaense, pero también brasileña-- se inscribe en un panorama por lo menos complicado. Caída de precios internacionales, alta de costos productivos y hasta controversias políticas en torno de los transgénicos son los vientos que soplan en la superficie mientras las semillas inician su ciclo bajo tierra.


PRECIOS Y COSTOS
EEUU, que subsidia hasta un 50% de lo que gastan sus hombres de campo para producir, es el principal responsable por la caída de precios internacionales de la soja.
El USDA, departamento norteamericano de agricultura, calcula que este año serán producidas 228,94 millones de toneladas de soja en el mundo, un 20,7% más que el año pasado. Casi la mitad de ello saldrá de las tierras del norte, buena parte dedicada al cultivo transgénico.

Por su parte, los productores de Brasil, que no son subsidiados y producen mayormente soja orgánica, tienen que lidiar con con escasos créditos rurales e insumos cada vez más costosos debido al encarecimiento del petróleo.

Un estudio realizado por la Ocepar demuestra que la opción por los transgénicos puede reducir costos en hasta un 24,20% de los costos variables, lo que representa --sólo en el estado de Paraná-- un ahorro de más de 250 millones de dólares.
En Matto Grosso, otro gran productor de soja, el costo de producción es de US$ 400 por hectárea. Con transgénicos, el costo se abarata en hasta US$ 50 por hectárea.


RESISTENCIA ORGANICA
Pese a estas ventajas --y otras que los defensores de transgénicos colocan en juego, como un menor riesgo ambiental y una mayor seguridad para la salud humana-- la siembra de semillas genéticamente modificadas aún es fuertemente resistida.

Entre los opositores, es emblemático el caso del gobernador de Paraná, provincia que más produce granos en Brasil.

Roberto Requião, que gobierna en nombre del centroderechista Movimiento Democrático, es un político carismático cuyo discurso recuerda los tiempos combativos del propio Lula.

"Yo no cultivo ni vendo soja, pero tengo la obligación de advertir a los productores sobre esta tentativa de monopolizar las semillas del mundo. Si seguimos por ese camino vamos a terminar pagando royalties para plantar couve y mandioca (productos típicamente brasileños) en nuestro campo", dijo Requião el 14 de octubre, mismo día en que era publicado el decreto de Lula que autoriza la siembra de semillas transgénicas y la comercialización de lo producido con ellas.


ORGANICO VS TRANSGENICO
"Quien defiende los transgénicos o tiene una fe cínica o es de una ignorancia 'córnea' provocada por la falta de visión", dijo Requião el día siguiente, al lanzar la safra 2004/05 frente a una platea de agricultores y representantes cooperativos que ya habían recibido el decreto de Lula como una lluvia refrescante frente a la virtual sequía que los afectará a partir del abaratamiento internacional de sus cosechas.

Requião, que posó junto a militantes del Movimiento Sin Tierra cargando orgulloso una bolsa de productos orgánicos, dijo también que por el estratégico puerto de Paranaguá no saldrá soja transgénica. "Como el 99% de la soja de Paraná es convencional, sólo exportamos soja convencional. No la mezclamos con la transgénica, Ni este año, ni el próximo, ni nunca mientras yo sea gobernador", avisó.


POLVO EN EL VIENTO
El decreto, llamado aquí "medida provisoria", en realidad no inaugura nada. Es similar a otro del año pasado, en que también se autorizó, aunque parcialmente, el cultivo de semillas transgénicas.

Concretamente, apenas blanquea una situación, que es la de agricultores del sur del país, principalmente Rio Grande do Sul, que ya vienen cultivando ese tipo de semillas aún sin cobertura legal.
"Ibamos a plantar [ transgénicos ] de todos modos. Ahora, ya no estamos fuera de la ley", dijo a la prensa Oli Falco, un produtor de soja de Rio Grande do Sul, el estado que más transgénicos produce.

La medida autoriza ese tipo de cultivo hasta el año próximo y permite hasta 2006 la venta de lo cosechado.

"Desde el punto de vista comercial, es, por lo menos, una tontería pensar que la soja transgénica va a abrir algún mercado para Brasil" había dicho Lula en una entrevista con el diario Folha de S.Paulo el 30 de julio de 2001, cuando todavía era candidato a la presidencia.


EN CONTRA Y A FAVOR
"Soy totalmente contra [ la liberación de los transgénicos ] y considero un retroceso que el gobierno haga eso", dijo Lula en esa misma entrevista al comentar la decisión del entonces presidente Fernando Henrique Cardoso de identificar con etiquetas los alimentos que contuviesen transgénicos en su composición.

La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, que llegó al cargo con un curriculum en el que constan sus luchas al lado del legendario Chico Mendes y es considerada una de los suyos por los ambientalistas, era cotraria a la medida, compartiendo postura con el gobernador "rebelde" de Paraná y con el Lula-candidato.

No obstante, una vez conocido el decreto del Lula-presidente, la ministra negó que ello significara una derrota y ratificó su continuidad en el ministerio. "Yo no trabajo por instrumentos provisorios, trabajo por proyectos estructurantes", declaró la funcionaria poco después de conocido el decreto que, dígase de paso, fue firmado por el propio Lula luego de una reunión con ella.


LIDERAZGO TROPICAL
El sector de agronegocios es responsable por una parte significativa del buen momento económico que está viviendo Brasil. Líder mundial en la exportación de azúcar, jugo de naranja y café, el país tropical apuesta ahora a superar el liderazgo norteamericano en el ítem soja.

Los productores se dan un plazo de cuatro años para cumplir el objetivo y esperan hacerlo valiéndose de las ventajas transgénicas.

Por lo pronto, la producción 2004/05 de ese tipo de soja podrá llegar al 33% de la cosecha brasileña, según proyecciones de la Aprosoja, asociación de los productores de soja de Brasil.

Por otra parte, China, el gigante de la economía mundial de hoy, ya no pone restricciones a la soja genéticamente modificada. De hecho, en estos días son frecuentes las visitas de funcionarios chinos al gobierno y a empresas brasileñas para confirmar negocios varios. Entre ellos, claro, el de granos.


ESPERAR PARA VER
No es novedad que Brasil, en vías de ser el próximo "granero del mundo", busque una nueva marca mundial en su competencia con EEUU.

Era menos claro, sin embargo, que el aumentativo "más grande del mundo" pudiera aplicarse a la producción brasileña de granos transgénicos.

Por lo visto, es apenas una cuestión de tiempo.



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(*) Carlos Turdera es editor del sitio Café Crift

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