«Felicitaciones, querido hermano»
Por Antonio - Wednesday, Feb. 16, 2005 at 12:47 PM
garracharrua@gmail.com Buenos Aires | Argentina

En un histórico 15 de febrero de 2004 asumió el nuevo Parlamento uruguayo con mayoría absoluta de legisladores de izquierda. El Palacio Legislativo fue rodeado por - literalmente - miles de alegres frenteamplistas. Lo que sorprendió a mucho fue que en el mar de banderas tricolores frenteamplistas se pudieron ver varias banderas rojas del Partido de los Trabajadores de Uruguay.

José "Pepe" Mujica, el primer senador de la lista más votada en las pasadas elecciones, abrió la Legislatura y tomó el juramento a sus pares.

Como siempre, fue vestido de manera informal y respetó casi en todo momento el protocolo de la ceremonia, aunque aprovechó cada juramento para realizar algún comentario personal. Previamente, había alertado a todo el mundo, indicando que «Comprenderán los señores senadores alguna falla de formalismo de quien es un monumento a la anti formalidad».

En el caso de Susana Dalmás, Mujica exclamó: «¡que pocas senadoras!, vendrán otras».

Todo el público presente esperaba ansioso el momento en que el ex-presidente Julio María Sanguinetti prestara el juramento, ya que durante la pasada lucha electoral éste y José Mujica intercambiaron durísimas acusaciones. Sin embargo, los dos respetaron el protocolo a rajatabla. Luego, refiriéndose a este tema, el Pepe Mujica dijo: «Pensé en un pedazo de la opinión pública que lo respalda a él y que yo tengo la obligación de respetarla aunque está en la vereda de enfrente». Agregó que «sería un pizarrero ordinario si aprovecho esta oportunidad para hacer lo que no debo hacer. Ya vendrán los tiempos de debate, el talonario de las cuentas a cobrar yo lo perdí hace años. Porque hay cuentas que no se cobran porque uno tiene que aprender que en la vida hay pérdidas que no se las va a pagar nadie, por lo tanto cicatrices, cargue con la mochila, y viva para adelante».

Aprovechó para salirse brevemente del protocolo cuando impuso como senador a Heber Da Rosa, de quien dijo «un hombre que jamás puede pasar desapercibido», aprovechando el grueso físico del legislador.

Por último, el segundo senador de la lista más votada tuvo que investir como legislador al propio Mujica. Y le tocó al tupamaro Eleuterio Fernandez Huidobro realizar ese acto. Mujica, muy emocionado, le dijo «Perdóneseme dos palabras. La vida tiene estas zancadillas, hemos pasado una vida, y ni el mejor novelista pudo haber pensado estas cosas. Compañero del alma de todas las horas, tómeme el juramento», a lo que Fernández Huidobro le dijo: «felicitaciones, querido hermano».

Personalmente, me gustaría destacar una frase que le dijo el Pepe Mujica a los medios de prensa, luego de finalizado el acto:

«Y que a nadie se le suban los humos a la cabeza, por tener un puesto de gobierno o por tener una butaca que nos dio la confianza pública. El desafío es enorme y no se olviden de la gigantesca causa de nuestro pueblo postergado, no se olviden y hagan todo lo que puedan. Yo estoy casi al borde de los 70 años, una vez quise arreglar el mundo y ahora ando peleando para que haya cuatro platos de comida seguros para todo el mundo y un laburo. Algunos van a decir pero ‘Cómo lo bajaron al programa‘ y yo voy a decir ‘Se ve que no pasaste hambre‘. Principio tienen las cosas. Apenas subimos un escalón, nunca triunfamos, pero no les entregamos a otros la bandera que otros nos legaron para seguir luchando. Muerte a la muerte y viva la vida».

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Garra Charrúa

garracharrua.blogspirit.com

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