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Posfordismo peronista: casi el 50% en negro
Por COLECTIVO NUEVO PROYECTO HISTORICO - Wednesday, Sep. 28, 2005 at 5:24 AM
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La estrategia del ciclo de acumulación social inaugurado por Duhalde y Kirchner tiene como fermento del capital el trabajo en negro, la informalidad, el precariado, el trabajo atípico (incluso infantil), la flexibilidad y por supuesto la excedencia de un 20% de los argentinos, los trabajadores "Negados" (mal llamados desocupados) en especial mujeres y jóvenes. Con un aumento del trabajo en negro de un 500% desde el 2001 la hambruna del plusvalor no se detiene ante nada. Aumentaron los trabajadores precarios en Capital Federal y en Rosario, a pesar de sus gobiernos "progres"...Para la mitad de la población no hay futuro, ni jubilación, ni seguro de accidentes, ni nada...sólo la lucha contra el sistema.

Unos 4,8 millones de trabajadores bajo relación de dependencia que viven en los centros urbanos del país están en negro: no cuentan con aportes jubilatorios ni tienen la protección de una cobertura de salud o de un seguro contra el riesgo de accidentes o enfermedades laborales, entre otros beneficios de los que carecen.

En esa situación cayó María O., cuando ingresó como recepcionista en un centro de recuperación de personas con trastornos alimenticios. Le habían prometido que estaría en blanco, y se ilusionó con un buen trabajo y una cobertura social. Pero la regularización no llegaba, y la relación con los encargados del lugar iba de mal en peor: "Se decían super rectos, pero había mucho interés económico", recuerda María. "Trataban de que me fuera" y, de hecho, así dejaron pasar a varias recepcionistas del turno mañana, sin llegar a regularizar la situación laboral de ninguna, es decir: sin cumplir con la ley que da protección a los trabajadores, entre otras cosas, contra el despido.

Según difundió ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la proporción de asalariados que no están registrados es del 47,2%. La tasa corresponde a los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) realizada en el segundo trimestre de este año, y muestra un alivio respecto del mismo período de 2004, cuando se ubicaba en un 48,3 por ciento.

Leve alivio

El nuevo índice también representa una caída, aunque muy leve, con respecto al 47,5% registrado en el primer trimestre de este año. Para algunos analistas, la reducción del índice de informalidad fue menor de la esperada, si se tiene en cuenta el elevado dinamismo que, según datos también oficiales -aunque de otras fuentes-, muestra el empleo formal, en contraposición a las más modestas tasas de generación de empleo que muestra la propia EPH, y que incluye a los nuevos puestos informales, además de los que están en blanco.

Más allá del alivio, la tasa de trabajadores sin aportes jubilatorios sigue siendo muy elevada. Mientras que durante los 90 se había mantenido en alrededor de un tercio de los asalariados, pasada la mitad de esa década comenzó a elevarse, hasta alcanzar un 48,9% a fines de 2004.

Según dijo a LA NACION el subsecretario de Relaciones Laborales, Guillermo Alonso Navone, la caída de la informalidad "muestra una tendencia que es muy importante". Estimó, a la vez, que de 430.000 puestos creados en lo que va del año, "un 90% fue en blanco". Según el funcionario del Ministerio de Trabajo, se revirtió una situación que tiene su punto de partida en "una cultura de la evasión".

Alonso Navone puntualizó que un factor que influyó en la mejora fue "la reaparición del Ministerio de Trabajo" con operativos de control. "El 25% de los trabajadores que encontramos en negro es regularizado en el mes de la inspección, y ya relevamos a 440.000 trabajadores en 135.000 empresas", recordó. Además, consideró que otro elemento que habría jugado en favor es la alta creación de empleo industrial, "que siempre ha tenido una registración más alta".

Uno de los motivos que, a partir de 2002, influyeron en el alza del índice es la entrega masiva de planes de ayuda social. Ocurre que las personas que los reciben y en la encuesta del Indec responden que realizan una contraprestación laboral a cambio, aparecen en la estadística como ocupados. Y como no tienen aportes a la seguridad social, engruesan el índice de los informales. Ahora bien: en el último año la incidencia de ese factor actuó en favor de una reducción de la tasa, porque el número de subsidiados cayó.

Según Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), se podría haber esperado un índice de informalidad más bajo, dado que el crecimiento promedio de la ocupación (que incluye empleo en blanco y en negro) fue de alrededor de un 3% entre el segundo trimestre de 2004 e igual período de este año, mientras que la suba del empleo formal fue mayor. La encuesta que realiza Trabajo en las empresas privadas de las principales ciudades arroja alzas interanuales de entre un 8 y más de un 9 por ciento. Con este dato coincide el crecimiento de los puestos declarados por las empresas al sistema jubilatorio.

Bour opinó que, por algún motivo, podría estar sobrestimándose la tasa de creación de empleo formal. Podría ser, por ejemplo, por puestos que aparecen declarados en el sistema formal pero que no son duraderos, por lo que la gente sigue respondiendo que es informal cuando es consultada por la encuesta del Indec.

El economista también recordó que, como el ritmo de crecimiento del empleo se ha reducido, no cambia mucho el mix entre formal e informal. Esa observación tiene que ver con el hecho de que, en el último año, el alza de la ocupación que muestra la EPH no acompañó el crecimiento de la actividad económica con la misma intensidad con la que lo había hecho a principios de la recuperación.

Por ese mismo motivo, Ernesto Kritz, director de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL), señaló: "Como la mejora de la calidad de los nuevos empleos se da en el marco de una desaceleración de la mejora del empleo total", los cambios ocurren en el margen del mercado laboral y, por lo tanto, con un stock tan elevado de trabajo en negro no llega a modificarse sustancialmente la tasa.

Según el Indec, del total de ocupados -unos 13,5 millones en la población urbana-, un 74,6% es asalariado.


En el segundo trimestre, el empleo en negro bajó menos de lo esperado: se redujo del 47,5 al 47,2%. El porcentaje de gente que no recibe beneficios sociales por las labores que desempeña descendió sobre todo en el interior del país. En cambio, creció en la Ciudad de Buenos Aires y en Rosario. En el conurbano bonaerense se mantuvo sin cambios respecto de la primera parte del 2005.

Estos datos fueron difundidos ayer por el INDEC. De ellos también surge que hay 4,8 millones de asalariados no registrados. Así, aunque la economía sigue creciendo a un buen ritmo y hay una campaña oficial en favor del "trabajo registrado", el descenso del empleo en negro es muy leve. Y tiene la particularidad de que sigue en ascenso o no baja en las grandes ciudades.

En la Ciudad de Buenos Aires, el empleo en negro subió del 36,1% al 38,9%. Y en el conurbano bonaerense se mantiene sin cambios en el 51,1%. En Rosario aumentó del 42,5% al 43,5%.

Estos altos porcentajes de empleo en negro explican en buena medida por qué en el Gran Buenos Aires, donde viven casi 10 millones de personas, el último dato oficial registró un aumento del 44,4 al 45,1% de la pobreza. Y en la Ciudad de Buenos Aires, la segunda región con casi 3 millones de habitantes, el número de pobres se redujo apenas el 0,9%.

Quienes están "en negro" no tiene los beneficios de la Seguridad Social (jubilación y obra social), no gozan de vacaciones, aguinaldo o indemnización en caso de despido. En promedio, esos trabajadores ganan la mitad de los que están "en blanco".

Para Artemio López, de la consultora Equis, el empleo en negro no está bajando como debiera porque se arrastra un stock muy alto trabajo no registrado y muchos nuevos trabajos son changas o actividades de servicios, de carácter estacional.

López sostiene que hay una "permisividad" con el trabajo no registrado, que tiene tres efectos. "Perjudica directamente al que no está registrado, que gana menos y no tiene Seguridad Social. Desfinancia al Estado porque no recibe los aportes, mientras debe atender a los no registrados en el hospital público. Presiona a la baja de los salarios de los trabajadores que están en blanco".

Ernesto Kritz, de la Sociedad de Estudios Laborales, sostiene que "ahora el empleo global está creciendo a tasas menores. Entonces, aunque hay más empleo en blanco, ese crecimiento no alcanza para revertir la enorme proporción de trabajadores en negro. Hace falta una política explícita para revertir el gran stock de empleo no registrado"

El 47,2 por ciento de los trabajadores asalariados -cerca de 6 millones de personas- está en negro, según informó hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) .

Ligera caída. Los resultados, que corresponden al segundo trimestre de 2005, muestran una ligera caída frente al 47,5 por ciento registrado durante el primer trimestre de este año.

Otro tanto sucede con el acumulado semestral, que arroja un resultado de 47,3% de trabajadores que se desempeñaron en el sector informal durante los primeros seis meses de este año, mientras que en la segunda mitad de 2004 habían promediado 48,3%

NEA y Patagonia. Así, el Nordeste del país fue la región con mayor incidencia de trabajo en negro -con 53,8% de los asalariados- mientras que la región patagónica promedió 29,2%, ambas durante el primer semestre de 2005.

"Si bien en la creación de nuevos empleos hay una mayoría de trabajos formales, la cantidad de trabajadores informales es tan elevada que lo que se crea en blanco no llega a alcanzar al [número del] trabajo en negro", dijo Ernesto Kritz, titular de Sel Consultores.

Sin cambios. Para los próximos meses el analista no prevé mayores cambios en esta tendencia. “Al menos por la vía de la creación de nuevos empleos no se va a lograr [una modificación de éstas proporciones]”, dijo Kritz

La medición corresponde a las personas de 14 años y más que integran la población asalariada y se obtiene a partir del relevamiento continuo que hace el Instituto con la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en los 28 principales aglomerados urbanos del país.


El trabajo en negro pegó un salto durante la década del 90 —era del 25%— y se agravó con la recesión de 1998 y la crisis de 2001-2002. Sin embargo, a pesar del crecimiento económico de estos tres años, no logra descender de los altos porcentajes. Así hoy la actividad económica superó los niveles de 1998, pero tanto los índices de pobreza como de trabajo en negro se ubican 10 puntos por arriba de los que existían en el período de pre-crisis.

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