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PROKLA 6: EleCCiones y AbsTención, El insTinto de Clase del PreCariado y El TraBajo Negado
Por Colectivo Nuevo Proyecto Histórico - Tuesday, Oct. 25, 2005 at 4:23 PM
correo@colectivonph.com.ar (Casilla de correo válida)

► Las elecciones, los ciclos políticos del capital nos sirven como instrumento de emancipación. Es un indicador indirecto del grado de legitimidad de masas del “Capital-Parlamentarismo”, de la adhesión al ritual electoral y de la fortaleza o debilidad del Estado de Partidos. Anclado en una vieja ideología del fetiche parlamentario (en la falsa dialéctica democracia-dictadura) se presuponía que la abstención era patrimonio del lumpen-proletariado, de los sectores desclasados o, paradójicamente, de capas altamente politizadas y concientizadas de la derecha social. Paralelo al establecimiento del postfordismo, de la propia capacidad de autorreflexión de la nueva izquierda, este punto de vista demócrata-liberal ha comenzado a cambiar. La abstención electoral configura una discrepancia radical con el régimen político.

Colectivo Nuevo Proyecto Histórico

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Elecciones  y  Abstención:

El instinto de Clase del Precariado

y   El Trabajo Negado

 

 

PROKLA 6

PROblema de la Lucha de KLAses

 

 

 

Coordenadas y rumbos:

 

 

1) ¿RIFLES Y BAYONETAS POR URNAS?: LA PARADOJA DEL SUFRAGIO DEL CAPITAL

 

2) EL AÑO QUE VIVIMOS EN PELIGRO: ELECCIONES EN SANTIAGO DEL ESTERO, CATAMARCA Y CORRIENTES: ¿CONTINUIDAD SILENCIOSA DEL QSVT?

 

3) LÓGICA DE LA ACCIÓN COLECTIVA: EL INSTINTO DE CLASE

 

4) LA INVENCIÓN DE LA DESOCUPACIÓN: EL TRABAJO NEGADO POR EL CAPITAL, TORTURA Y HUMILLORES

 

5) PEQUEÑA HISTORIA DEL DERECHO AL TRABAJO

 

6) PLUSTRABAJO Y TRABAJO NECESARIO: EL JEROGLÍFICO DEL CAPITAL

 

 

 

 

“Las Elecciones son esas cosas por la cual cierran los bares los domingos”

(Barny, Los Simpsons, 1ª temporada)

 

“A los conservadores les digo: ¿Cómo pudieron dejar de entender que el sufragio universal es el instrumento

para terminar todos los conflictos pacíficamente y para resolver todas las crisis?

¿Como pudieron dejar de entender que si el sufragio universal funciona en plenitud de su soberanía

la REVOLUCIÓN ya no es posible porque ya no puede intentarse?”

(M. Gambetta, político republicano francés, 1877)

 

“El carácter de las elecciones no depende de sus denominaciones

sino de sus fundamentos económicos,

de los vínculos económicos entre los miembros del electorado”

(K. Marx, 1865)

 

“Los esclavos asalariados modernos viven tan agobiados por la penuria y la miseria,

 que ‘no están para democracia burguesa’, ‘no están para política’”

(Lenin, 1918)

 

“La miseria engendra sufrimiento, también engendra crimen.

Si termina en el hospital, también conduce a la prisión.

Hace esclavos; hace a la mayoría de los ladrones, los asesinos, las prostitutas”

(Louis Blanc, 1850)

 

 

 

 

 

1) ¿RIFLES Y BAYONETAS POR URNAS?: LA PARADOJA DEL SUFRAGIO DEL CAPITAL:

 

Disparadores:

 

El sufragio del capital nació para combatir, domar y cooptar a la república social de las masas. El voto universal era un nuevo derecho, pero además significaba una restricción a la participación en política y a las formas de acción política, con sagacidad reconocieron los republicanos burgueses. Reprimía la participación a una forma pasiva, retardataria, decantada y relativamente inocua. La tensión entre lo social y lo político encarnaba la paradoja del sufragio del capital. EL sufragio del capital es la transustanción de la explotación económica en violencia de estado. Una sociedad desgarrada entre clases necesita instituciones simbólicas que no dispongan de poder efectivo (material) pero que realicen, en el sistema de poder, determinadas funciones sin las cuales el poder dominante podría hundirse. Para un método eficaz de poder es imprescindible que una parte de las oligarquías políticas y sociales sea activamente visible en el Parlamento (o sea: públicamente “controlable”); Que esté visiblemente elegida más o menos por el Pueblo (legitimada democráticamente para los actos del mandato) y sea visiblemente titular de poder (y en condiciones potencialmente posibles de hacer prevalecer deseos, intereses, moralmente obligatorios de los electores). SI esto no fuera así, la población no entraría en absoluto en el juego del “Capital-Parlamentarismo” y no consideraría el fetichismo del sufragio del capital como una expresión esencial de su libertad política.

Si el Parlamento no es el locus de la decisión (como lo demuestra hasta el cansancio Kirchner), ni el lugar del debate de ideas (como lo demuestra los diarios de sesiones); sí forma el lugar de paso y configuración de la paz social (y política). En una democracia posfordista correctamente entendida como normativa, la representación popular debe ser un centro secundario de poder, o no ser.

 

 

2) EL AÑO QUE VIVIMOS EN PELIGRO: ELECCIONES EN SANTIAGO DEL ESTERO, CATAMARCA Y CORRIENTES: ¿CONTINUIDAD SILENCIOSA DEL QSVT?:

 

Disparadores:

 

Las elecciones, los ciclos políticos del capital nos sirven como instrumento de emancipación. Es un indicador indirecto del grado de legitimidad de masas del “Capital-Parlamentarismo”, de la adhesión al ritual electoral y de la fortaleza o debilidad del Estado de Partidos. Anclado en una vieja ideología del fetiche parlamentario (en la falsa dialéctica democracia-dictadura) se presuponía que la abstención era patrimonio del lumpen-proletariado, de los sectores desclasados o, paradójicamente, de capas altamente politizadas y concientizadas de la derecha social. Paralelo al establecimiento del postfordismo, de la propia capacidad de autorreflexión de la nueva izquierda, este punto de vista demócrata-liberal ha comenzado a cambiar. La abstención electoral configura una discrepancia radical con el régimen político. Nada puede cambiar realmente gane quien gane las elecciones. Sabotaje activo. Es una suspensión en la creencia burguesa en el mito de la representación y el fetiche del mandato. En la teoría de la acción colectiva es una salida, un éxodo por sobre la voz, sobre la lealtad al sistema; subrayada por el sesgo obligatorio que tiene el sufragio en Argentina. Es una abstención no participante, que consiste precisamente en un no hacer, en un no votar, en violar la legalidad de manera consciente. El no votar ya implica la no expresión de preferencia alguna, incluso la plena conciencia de estar bloqueando al maquinaria institucional. Ya se han celebrado tres elecciones provinciales. En dos ha perdido el candidato del comisario, lección aprendida que se aplicó en Corrientes, donde “K”, se subió al caballo del que ganara en las encuestas. Santiago del Estero: La abstención fue récord: ignoraron el circo entre el PJ y la UCR casi un 40% de santiagueños. Podemos medir este sabotaje en la tendencia histórica: en el 2003 la abstención fue de un 34%. Catamarca: Si en el 2003 la abstención fue del 44% y el voto en blanco el 2,7%; ahora es del 56% y el blanco de 3,7%. Es decir: El nuevo gobierno sólo cuenta con la legitimidad del ¡Quince por ciento del padrón! Un boicot silencioso, espontáneo y sin organización. Corrientes: sólo un 10% es desocupado y un 10% resulta subocupado, lo que indica la aparición del trabajador pobre superexplotado. Kirchner apoyó al Frente de Todos, integrado por el PJ y la UCR, que impulsa el actual gobernador (Colombi), que lleva a Arturo -el primo- como candidato. La abstención fue enorme: sólo votaron un 69%. En todos estos casos puede verse una tendencia en el comportamiento electoral de las masas: 1) el “voto bronca” se trasvasa hacia la abstención lisa y llana. El 27 de febrero, en las elecciones a gobernador y legisladores provinciales de Santiago del Estero, votó solo el 65,8% del padrón; en Catamarca, el 6 de marzo, solo lo hizo el 65,8%; en julio, para la elección de constituyentes de Santiago del Estero, se presentó ¡Nada más que el 35,4%!, y en la elección a gobernador de Corrientes, el porcentaje de votantes se ubica en 69%. La multitud, la alianza silenciosa de trabajadores activos, precarios, trabajadores negados y nuevos pobres de la vieja clase media, está adoptando formas de acción de “salida” sobre la “voz”, boicoteando su lealtad al sistema.

 

 

3) LÓGICA DE LA ACCIÓN COLECTIVA: EL INSTINTO DE CLASE:

 

Disparadores:

 

La burguesía sabe que hay niveles de salida (desintegración y sabotaje) y de voz (destrucción y organización) más allá de los cuales resulta imposible mantener la reproducción ampliada, que exista el “Capital-Parlamentarismo” como tal. La voz es un  instrumento útil con un grado de organización avanzado, y con cierto nivel de activismo de clase. La salida es la “mayoría silenciosa”, una respuesta instintiva de la multitud desprovista (todavía) de capacidad expresiva en sus propias instituciones revolucionarias, el único medio de defensa de quienes carecen de voz organizada contra la maquinaria del sufragio capitalista. La lealtad al sistema es siempre “voz”, la “voz” como protesta institucionalizada transmite más información al capital que la salida, que el sabotaje de la abstención electoral. El voto en blanco o el voto nulo planificado, es un mecanismo mucho más complejo pero recomponible. La voz es rica en información y puede dar instrucciones precisas a la Nueva Clase de los políticos. La salida anula la pretensión de legitimidad absoluta de la voz en el “Capital-Parlamentarismo”. Lo que provocará un nuevo deterioro de las organizaciones constituidas (partidos-parlamento) que responden al proceso de legitimación. La abstención es hoy, como salida de masas, el único medio de autodefensa de quienes carecen del nivel de activismo y organización en los parámetros del sufragio del capital. Únicamente un Parlamento, con su maquinaria de sufragar detrás, respetado, proporciona autoridad moral a los actos constitucionales del Poder Ejecutivo. Un organismo como el estado posfordista debe suprimir, por su propia naturaleza, la “salida” como forma de secesión y sabotaje, se juega en ello, su cobertura de legitimidad.

 

 

4) LA INVENCIÓN DE LA DESOCUPACIÓN: EL TRABAJO NEGADO POR EL CAPITAL, TORTURA Y HUMILLORES:

 

Disparadores:

 

El trabajo tiene un origen funesto: la tortura. El trabajo viene del latín vulgar del siglo VI, “tripaliare”, que significa torturar, de “tripalium”, que era un instrumento de tortura en la antigua Roma, compuesto de tres “palus” (palos) donde se ataba al reo para azotarlo. El trabajo es la traba o sujeción del hombre. “Dolor”, “esfuerzo” o “sufrimiento”. Con razón en algunos países al trabajo le dicen “pegue” (en Chile, “pega”), por aquello de que en el tripalium se “pegaba” al que no trabajaba con ritmo. En la Antigüedad sólo los esclavos podían ser torturados cuando sospechaban que trabajaban a desgano o cometían alguna falta contra la propiedad. Existían dos tipos de ciudadanos libres: los “honestiores”, clase gobernante de propietarios y los “humillares”, la multitud del pueblo trabajador. A partir del Digesto de Justiniano (siglo VI) los “humillares” fueron los primeros romanos libres susceptibles de ser torturados legalmente en procedimiento judicial. Para ser “trabajado” con el “tripalium” había que ser “trabajador”. La tortura nace unida al trabajo, se desplazó con el capitalismo, transformándose el objeto de la actividad en sujeto, en trabajador libre, en el asalariado del capital. La economía política oculta la alienación en la esencia del trabajo, la dimensión de tortura y sujeción forzosa a un amo. El trabajo, en su forma más abstracta y universal, es un metabolismo entre el hombre y la naturaleza. En su forma capitalista el trabajo debe producir “valor de cambio”, o sea: dinero. Para ello debe adoptar la forma de trabajo asalariado. Aquí el trabajo en su faz humana, creativa, lúdica o artística, incluso como mero servicio para la satisfacción de necesidades inmediatas, no tiene nada que ver con el capital, aspectos que no necesita en absoluto. El capital es un  impulso hacia la ganancia, primero hacia el plusvalor absoluto, luego hacia el relativo. La unidad pasajera, una síntesis transitoria, se producía en la maquinaria, que sólo disminuye el trabajo necesario para aumentar el plustrabajo y que se revela como el medio más poderoso para la producción del plusvalor (tanto relativo como absoluto). ¿Qué significa esto? Que la tendencia objetiva del capitalismo hacia la extracción de plusvalor relativo lo obliga a poner como “no-necesario” a muchos obreros. Aumentar el número de horas de plustrabajo mediante la reducción del trabajo necesario. Reducir al mínimo la fuerza de trabajo  necesaria. Por supuesto, como vemos en Argentina desde 1998, el capital tiende a ligar el plusvalor relativo con el absoluto. Marx llamó a esta población “excedente”, opuesta a la “necesaria”, también “reserva” o “reserva para uso posterior”. La “desocupación” es un producto de la producción de plusvalor relativo, es una decisión subjetiva del poder de mando del capital en la esfera económica. La desocupación es trabajo negado por el capital, no se trata de un fenómeno natural, es un acto soberano y planificado de quienes manejan el poder.

5) PEQUEÑA HISTORIA DEL DERECHO AL TRABAJO:

Disparadores:

 

El pasaje del fordismo al postfordismo, como respuesta del comando del capital a una presencia salarial de la clase obrera intolerable, llevó a la desocupación masiva, al trabajo precario y la flexibilidad. A mediados del siglo XIX mezclaban al lumpenproletariado con el trabajador negado. Ya a comienzos del siglo XX: se produce la noción administrativa capitalista moderna de “desocupado” (una inactividad forzosa debido a una falta de trabajo). Roosevelt y el WPA, Hitler con el DAF y el RAD.: en lo sucesivo el capitalismo esperaba que la creación de empleos para los desocupados proviniera del gasto público y el sostenimiento desde el estado de la demanda. Poner a trabajar a los inútiles de la asistencia social era una tarea moralizante que asumía el estado, y que podía incluir hasta la planificación familiar. Los políticos argentinos repiten con más o menos fidelidad los viejos argumentos, tantos keynesianos como posfordistas. Ya no era un derecho al trabajo sino una contraprestación. Al mismo tiempo, el populismo descubrió que el manejo estatal de los lazos de dependencia y clientelismo sobre la asistencia era una palanca de poder fáctico de enorme alcance.

 

6) PLUSTRABAJO Y TRABAJO NECESARIO: EL JEROGLÍFICO DEL CAPITAL:

Disparadores:

 

Es ley del capital la tendencia a crear la mayor cantidad posible de plustrabajo, y reducir el trabajo necesario al mínimo. Recordemos que el trabajo necesario es esa parte de la jornada en la que el obrero trabaja para cubrir los bienes necesarios para su subsistencia. Asimismo, es una tendencia del capital la de aumentar la población trabajadora, así, como la de colocar permanentemente a una parte de la misma como “sobrepoblación”: población que es inútil hasta que el capital pueda valorizarla, o no. Si consideramos que el valor no es más que trabajo objetivado y el “plusvalor” (valorización del capital) es el excedente por encima del trabajo necesario, el proceso es simple; decía Marx: 1) prolongar la jornada laboral hasta los límites de la posibilidad natural (plusvalía absoluta); 2) disminuir cada vez más la parte necesaria de la jornada (y, por lo tanto, acrecentar desmesuradamente el desarrollo de las fuerzas productivas), Es decir: en la condición de apropiación de plustrabajo ajeno está implícito que a la población necesaria indispensable para la producción capitalista, le corresponde, una población excedente que no trabaja. Una población que “Excede” las proporciones entre trabajo vivo y muerto, que el comando del capital decide en la producción, en la economía, y que el estado sanciona. La población sólo es necesaria en la medida en que resulta condición para que se valorice el capital. El capitalista se saca de encima los costos de reproducción de la clase obrera excedente y “pauperiza” en su beneficio a la población restante. La fórmula es sim

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