Julio López
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Ciudad de Santa Fe: Agua y necesidades
Por Fuente: Rosario/12 - Monday, Apr. 02, 2007 at 5:04 AM

Por Juan Carlos Tizziani- El agua baja lenta y la necesidad crece rápido. Los evacuados ya suman 27 mil pero hay una cantidad indeterminada de autoevacuados. La ayuda del gobierno llega con dificultades a los 140 centros. Con bombas, esperan sacar 50 millones de litros por hora en zonas donde aún hay un metro de agua. A diferencia de Rosario, en Santa Fe el agua no escurre por lo que hay que bombearla con máquinas. El cordón oeste tiene aún mucha agua y hay tensión por los robos a las casas inundadas.

El gobierno provincial se vió por momentos desbordado por las inundaciones de Santa Fe. "No damos abasto para nada", admitió ayer una funcionaria de la Casa Gris ante la creciente demanda de miles de damnificados en la franja de la ciudad que está bajo agua. Pero la confesión oficial sonó a susurro ante la batería de reclamos en los barrios del cordón oeste. Hasta el intendente Martín Balbarrey falló en su pronóstico del drama: "Esperamos 20.000 evacuados", dijo el viernes. Ayer, se corrigió: "Ya tenemos más de 27.000". Pero se estima que el éxodo es mucho mayor porque miles de personas se autoevacuaron en casas de parientes y en poblaciones vecinas como Santo Tomé y San José del Rincón, mientras otras prefirieron refugiarse donde sea, pero cerca de sus viviendas para protegerse de robos y pillajes nocturnos. Algunos armaron sus benditos de chapas en terraplenes ferroviarios y otros improvisaron carpas con plásticos y mantas, como en el campamento que ya se levantó frente a la escuela Alem, a dos cuadras del hospital de Niños. A pesar la tregua del tiempo -nublado, pero sin lluvias-, el nivel del agua aumentó en los barrios inundados, donde los hombres se quedan a cuidar su casa de los saqueadores nocturnos. De noche, el oeste sin luz es tierra de nadie. "Las balaceras son impresionantes, se escuchan tiros hasta la madrugada", le dijeron a Rosario/12 vecinos de Santa Rosa de Lima, Villa del Parque y Barranquitas.

La ayuda del gobierno llega con algunas dificultades a los centros de evacuados. Ya hay más de 140. "Pero se quedan cortos en todo: faltan colchones, alimentos, frazadas", dijo un jefe de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) que custodian el Predio Ferial Municipal, atrás de la terminal de ómnibus, donde se refugian unas 2.000 personas. Son dos galpones ferroviarios reciclados en la Asamblea Constituyente de 1994 que cada año suele alojar a la Feria del Libro y hoy se convirtió en amparo para casi tantos evacuados -por ejemplo- como los que tiene Rosario. "Necesitamos de todo: pañales, ropa, calzados y ropa para los chicos que no tienen", pidió una mujer de Barranquitas que vive allí con su marido y su hijo. Otra vecina del mismo barrio, Gladys, también se lamentó por la escasez de colchones y porque los que llegan parecen tener media plaza: son cada vez más pequeños. "Hay mucha gente que tiene que dormir en el suelo. Una señora que tiene una pierna ortopédica duerme en un colchón en el que no entra ni ella y sus chicos sobre frazadas. ¿A usted le parece que es justo, con este tiempo y este frío?", se preguntó la mujer. "Yo tengo seis criaturas, somos ocho integrantes de la familia en total. Tengo un bebé de cuatro meses envuelto en una manta porque no tiene pantalón"

Lucía, del barrio San Lorenzo, coincidió con las demandas. "Yo también tengo a mi nene durmiendo en el suelo, tuvimos que ir hasta mi casa a buscar un colchón mojado porque no nos daban ninguno".

Las mujeres señalaban a otro galpón ferroviario donde se habían almacenado 80 colchones para distribuir entre los damnificados. Pero la demanda era aún superior, hasta ayer había por lo menos 300 personas que no tenían donde dormir. "Lo que pasa que es acá hay muchos funcionarios de la provincia y la municipalidad que no trabajan como deben. Yo tenía un colchón pero lo tuve que prestar, estaba medio húmedo pero servía para pasar la noche. La gente se pelea por los colchones", afirmó otra mujer. Una compañera en el desamparo coincidió: "Yo también tuve que prestar mi colchón y dormir con mis hijos porque hay una familia que tiene un nene discapacitado y no le dieron colchón para esa criatura. ¡No puede ser que esté durmiendo en el suelo!"

El Predio Ferial está rodeado de casas coquetas, frente a la plaza de los Derechos Humanos que Balbarrey y el secretario del área, Domingo Pochettino inauguraron el año pasado. Otra metáfora de estos tiempos. La inundación cambió el paisaje del barrio, donde hoy se estacionan los carritos, pastan los caballos, comen las gallinas y engordan media docena de chanchos en un corral.

En otro extremo de la ciudad, las penurias se comparten en la escuela Leandro Alem, cerca del hospital de Niños, que aloja a más de 500 evacuados, la mayoría de Santa Rosa de Lima. La escuela está desbordada de evacuados, así que en el baldío de enfrente aparecieron las carpas improvisadas con plásticos y mantas de los que no pudieron entrar. "Nos falta de todo, ropa, calzado, abrigos, hay criaturas desnudas", dijo Nélida Fleitas. Otra vecina compartió la misma demanda por el abandono y el hacinamiento. "En la escuela estamos uno arriba del otro. Los baños no dan para tanta gente, hay dos, uno para mujeres y otro para varones, así que necesitamos dos o tres baños químicos", explicó Marina, que tuvo que dejar su casa en Mendoza al 4.700, con su esposo y sus tres chicos, con el agua en la cintura.

"Hay criaturas con cólicos estomacales a causa de la comida, la falta de higiene y el agua. Entregan una botella de agua mineral de medio litro por familia y hay familias con siete u ocho personas, entonces con medio litro de agua mineral sólo toman un trago y después siguen tomando agua del baño. Yo tengo un una criatura de 10 años que está con cólicos estomacales desde ayer a la mañana. Y es a causa del agua, la comida, y la inclemencia de estar amontonados".

-¿Y la comida? -preguntó Rosario/12.

-A las diez u once de la mañana nos traen leche; al mediodía, sandwichs o si traen, una comida caliente; ayer, eran las cinco de la tarde y estábamos almorzando. Y la cena llega a las once o doce de la noche. Estamos todos iguales, perdidos sobre lo mismo, sobre la inclemencia del tiempo -reflexionó Marina.

Otra de las mujeres, Beatriz, se mostró más irónica y desafiante. "Queremos que venga Balbarrey. Si quiere que le demos el voto, bueno, que venga y ponga la cara. Que venga y vea cómo estamos todos tirados", dijo. "Acá estamos totalmente aislados, parece que nadie sabe que la escuela Alem es un lugar de evacuados. No viene nadie, ni los perros", completó.

Frente a la escuela ya hay un campamento de los autoevacuados que se quedaron sin lugar. "Tenemos que dormir sobre colchones mojados porque no recibimos ninguna ayuda del gobierno", relató Carlos Avalos. El comparte una carpa improvisada con sus hijos y sus mascotas. "No podemos entrar a la escuela porque no hay más lugar. Los que estamos afuera seguimos a la interperie, y como nosotros, hay muchos".

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OBEID SE PUSO AL FRENTE DEL OPERATIVO DE EMERGENCIA "No quiero que me la cuenten"
Por Fuente: Rosario/12 - Monday, Apr. 02, 2007 at 5:07 AM

OBEID SE PUSO AL FRE...
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"La gente tiene razón en quejarse y de putear" dijo el intendente de Santa Fe, en el paso previo a su desplazamiento dal frente del operativo en una ciudad que veía cómo el agua en vez de bajar, sube.

En el oeste de la capital es inevitable revivir el drama del 2003, con todas sus secuelas. Hay seis barrios bajo agua, 30.000 evacuados, más de 60.000 damnificados y dos víctimas fatales.

Por Juan Carlos Tizziani

Desde Santa Fe

Jorge Obeid se puso ayer al frente del operativo de emergencia ante las inundaciones del cordón oeste de la ciudad de Santa Fe -el mismo que padeció la catástrofe del río Salado hace cuatro años- y que ahora tiene seis barrios bajo agua, unos 30.000 evacuados, más de 60.000 damnificados y dos víctimas fatales en las últimas horas. "No quiero que nadie me la cuente", disparó el gobernador y creó un Comité de Crisis que unificará las acciones de salvataje. Hasta aquí, el intendente y candidato a la reelección, Martín Balbarrey, había piloteado la crisis: declaró el "alerta rojo" en la franja oeste, ordenó la "evacuación preventiva" de los seis barrios y tuvo que poner la cara ante el caos que generó el éxodo masivo de santafesinos, sin asistencia y sin amparo. "La gente tiene razón en quejarse y de putear. Yo lo entiendo", aceptó Balbarrey. Y poco después, Obeid lo relevó de la responsabilidad política ante el desastre. El cortocircuito tuvo su detonante: la lentitud del desagote de la zona inundada, el mal funcionamiento de los equipos de bombeo y un fenómeno que alarmó aún más: el aumento del nivel del agua en los barrios del sur a pesar de que la lluvia concedió una tregua en los últimos días. Ahora, para Obeid, la prioridad uno será sacar el agua del cordón oeste lo antes posible y hasta le puso una fecha perentoria a la tarea. "Si el tiempo nos ayuda y no se presentan inconvenientes en las máquinas, el martes a la noche toda la ciudad de Santa Fe debería estar sin agua", pronosticó el ministro de Asuntos Hídricos, Alberto Joaquín. Los inundados le tomaron la palabra.

Obeid asumió ayer el control de la situación. "No quiero que nadie me la cuente", dijo al anunciar un Comité de Emergencia que tendrá una tarea clave: desagotar el cordón oeste de la ciudad lo antes posible y atender las necesidades de 28.000 personas que hoy mal viven en 172 centros de evacuados, según la estimación del intendente.

El gobernador relevó de responsabilidad a Balbarrey después "detectar problemas en las casabombas", le dijo al diario "El Litoral". Las casasbombas son los equipos de bombeo fijos en las defensas a los que ahora se sumaron otros refuerzos que llegaron desde distintos lugares del país.

Desde ayer a media mañana, se extraían 55 millones litros por hora, así que según los cálculos del gobernador, se necesitarán no menos de 72 horas para desagotar la zona inundada en la franja oeste.

La apuesta fue ratificada después por el ministro de Asuntos Hídricos, Alberto Joaquín, quien anunció que "ya estaba seca el 50 por ciento de la superficie que había tenido agua en la ciudad".

Joaquín confirmó que ya el agua ya no ingresaba más por el norte, proveniente de la zona rural y de distritos vecinos como Recreo y Monte Vera. "Los reservorios del norte han bajado su nivel en 20 centímetros y esto significa que no está entrando más agua de la zona norte", insistió. Y allí le puso fecha al desagote. "Si el tiempo nos ayuda y no se presentan inconvenientes en los equipos de bombeo, el martes a la noche toda la ciudad de Santa Fe debería estar sin agua".

El pronóstico del gobierno de Obeid desmintió al intendente Balbarrey, quien unas horas antes se excusó de ponerle fecha al fin de la crisis, porque "dependemos mucho de las lluvias. Hay gente que ya vuelve a sus casas, pero no se puede dar una fecha para precisar cuándo se van a desagotar los barrios del oeste", comentó.

Balbarrey aceptó que "la situación social de la ciudad de Santa Fe es dificilísima" y por lo tanto "no la puede resolver una sola persona. Es muy importante tener un esquema de solidaridad, que haya colaboración en los centros de evacuados. La gente tiene razón de quejarse y de putear. Yo lo entiendo. Pero pedimos que eviten los piquetes, porque nos impide llegar con ambulancias, bombas y demás elementos de ayuda", pidió Balbarrey. Y descalificó los rumores sobre supuestas filtraciones en las defensas sobre el río Salado. "Se hizo terrorismo por periodistas irresponsables. No se puede dejar correr rumores alegremente. No puede ser que hayamos estado corriendo toda la noche atrás de fantasmas inexistentes. Y no puede ser que desde la política, desde algunos intereses políticos, se utilice esta situación. Yo estoy al frente de esta situación en Santa Fe, voy a tomar todas las decisiones políticas que tenga que tomar y si tengo que decir que se hace terrorismo, lo voy a decir con nombre y apellido", disparó el intendente.

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