Julio López
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“El mapuzungun es nuestro principal patrimonio”
Por Wallmapuwen - Wednesday, Jul. 25, 2007 at 11:48 PM
wallmapuwen@gmail.com

Durante dos semanas recorrió Bretaña, Euskal Herria y Galiza, conociendo experiencias de revitalización lingüística. Celeste Carilao es la encargada del área Lingüística de Wallmapuwen y su diagnóstico al regreso es claro. "No podemos seguir esperando a que el estado haga todo y que siga con medidas simbólicas, pero sin mayor proyección para nuestra lengua nacional", subraya.

“El mapuzungun es nu...
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Celestina Carilao Camargo pertenece a una comunidad mapuche del sector cordillerano de Lonkimay. Recién egresada de Historia en la Universidad de La Frontera de Temuko, ingresó a las filas de Wallmapuwen el año 2006, buscando "aportar en la tarea de construir una fuerza política que nos represente y nos de proyección como pueblo", según señala. En su calidad de hablante de mapuzungun, al interior del partido ha desempeñado labores en materia de comunicación y capacitación de cuadros.

Su voluntad de promoción de nuestra lengua nacional la ha llevado a ser nombrada recientemente Encargada del Área Lingüística de Wallmapuwen. En esta condición le correspondió viajar dos semanas por Bretaña, Euskal Herria y Galiza, para conocer en terreno experiencias de revitalización lingüísticas de los pueblos bretón, vasco y galego, respectivamente. Taiñ Rüpü conversó con ella respecto de los principales aspectos y aprendizajes de su periplo Europeo.

- Lamngen, tú viaje tenia por objetivo conocer experiencias de revitalización lingüística de pueblos oprimidos ¿Qué aspectos te llamaron la atención de los procesos lingüísticos que fuiste a conocer?

- Primero estuve en Bretaña, al norte de Francia. Luego estuve en Euskal Herria o País Vasco y Galiza, territorio Galego, estos dos últimos dentro del estado español. En cada uno de estos territorios me llamo mucho la atención la notable conciencia lingüística de estos pueblos. Se trata de pueblos oprimidos y cuyas lenguas propias han sido negadas al punto del peligro de extinción, pero que a pesar de ello siguen luchando por su existencia en diversos frentes.

- ¿Qué evaluación harías de los procesos de revitalización de sus lenguas que están impulsando estos pueblos?

- La principal característica en todos estos casos es que los procesos de revitalización han partido desde los propias organizaciones sociales de estos pueblos. La regla es que las instituciones publicas han respondido después, como reacción a la demanda social o ciudadana. Es decir, ni los Vascos, Galegos ni los Bretones han esperado que existan los instrumentos jurídicos pertinentes para empezar a demandar el respeto a sus lenguas, al contrario, ellos siempre han llevado la iniciativa. Todos los avances que existen, por ejemplo en Euskal Herria, es debido a las organizaciones sociales y el trabajo que ellas han hecho para concientizar lingüísticamente a los ciudadanos vascos. Incluso estas organizaciones sociales están tan avanzadas que han llegado a especializarse en temáticas diversas tales como el rescate y promoción de las toponimias vascas, llevándolas a las instituciones y velando por que sean bien escritas.

- Esa es una labor casi de fiscalización...

- Así es, se trata de una verdadera labor de fiscalización. Hay otras organizaciones dedicadas a la promoción de los nombres propios y en hacer conciencia con los padres respecto del valor de enseñar el euskera en sus futuros hijos. Existen otras organizaciones que demandan una educación cada vez más concentrada en el euskera, otras que promueven al incorporación del euskera en las instituciones privadas mediante campañas de promoción e incluso organizaciones que se dedican a enseñar y alfabetizar en euskera a población adulta que no son hablantes de nacimiento. Es decir, no hay ningún ámbito de la sociedad en la que estos pueblos no quieran desarrollar su idioma. Esto mismo se repite con intensidad similar también en Galiza donde “A mesa por la Normalización Lingüística” desarrolla una labor de concientización lingüística muy profesional que abarca desde campañas de promoción del Galego en instituciones públicas y privadas, la realización de fiscalización del cumplimiento de las normativas legales que protegen y promueven en Galego, hasta la incorporación del marketing y la publicidad al promoción del idioma, tanto en afiches, poleras y el más variado tipo de souvenir.

- ¿Qué diferencias se observan comparando estos tres casos que fuiste a conocer?

- En cuanto a las diferencias puedo decir que tienen mucho que ver con marcos jurídicos e institucionales en que se desenvuelven cada uno de estos pueblos. Por ejemplo, el proceso Bretón ha sido algo más lento debido fundamentalmente a que no disponen de leyes que favorezcan la promoción de la lengua Bretona al interior del estado francés, además las fuerzas políticas nacionalistas bretonas son todavía débiles y la sociedad bretona no ha sido lo suficientemente demandante respecto de su lengua. Por el contrario, tanto en Galiza como Euskal Herria el proceso está más avanzado no sólo porque posean instrumentos jurídicos acordes, sino también por que tiene fuerzas políticas propias, nacionalistas, con voluntad de hacer valer y aplicar las leyes que favorecen su idioma, así como una sociedad civil organizada, demandante y defensora de su lengua.

- ¿Cuáles son los Instrumentos jurídicos acordes de los cuales hablas?

- Bueno la Constitución española entrega estatutos autonómicos especiales al pueblo Catalán, Vasco y Galego. Estos estatutos permiten que, dentro del territorio de cada uno de estos pueblos, se reconozca la oficialidad de sus respectivas lenguas, junto con la española. De allí se derivan varias normativas y leyes especiales que buscan materializar este estatuto de oficialidad, por ejemplo, las leyes de normalización lingüística que impulsan la promoción de esas lenguas en los espacios e instituciones públicas de sus respectivos territorios. Pero lo que quiero recalcar es que estas leyes de nada servirían sino existiera la real voluntad de estos pueblos por hacer revivir sus lenguas, las cuales estaban en camino a la extinción hace 40 o 50 años atrás. Hoy con el esfuerzo de la sociedad en su conjunto están camino a revertir ese escenario.

- ¿Cómo se ve en el caso Galego o Vasco el debate respecto de la relación “política-cultura” o "política-lengua"?

- Ese debate esta hace tiempo superado. La lengua y la cultura no son vistas como cosas estáticas en el tiempo. Por el contrario son vistas de manera dinámica, que se transforman en el tiempo y sobre la cual los pueblos proyectan su futuro. Por lo mismo existen instituciones propias que se encargan, por ejemplo, de crear nuevas palabras en sus respectivas lenguas porque se entiende que el idioma debe ser funcional en la vida moderna. La contradicción política-cultura no existe. Mientras más poder político tenga un pueblo más posibilidades tienen de desarrollar su lengua y su cultura. Por eso existen allí fuerzas políticas que representan autónomamente a sus propios pueblos.

- ¿Esta defensa y revitalización de sus lenguas se ve favorecida por la existencia de partidos políticos nacionalistas?

- Absolutamente. Esto se ve en cosas concretas como, por ejemplo, los ayuntamientos o municipios donde los nacionalistas gobiernan no sólo disponen de presupuestos específicos para las acciones de revitalización y promoción de sus idiomas, sino que además se llenan de símbolos nacionales propios. En Karaez, una ciudad del territorio Bretón, pude ver como en su municipio flameaba la Bandera Bretona. Estos son hechos que marcan y refuerzan la identidad propia de ese territorio. Lo mismo ocurre con las instituciones autonómicas. Al contrario cuando gobiernan los partidos de ámbito estatal, particularmente cuando son de derecha, estos no hacen nada para promover estas lenguas, por el contrario muchas veces están en contra de estos procesos acusando fundamentalismo lingüístico o fanatismo nacionalista. Sin embargo, la existencia de organizaciones ciudadanas, preocupadas de los temas lingüísticos en sus respectivos territorios fuerza a las autoridades públicas, sean del partido que sean, a realizar acciones a favor de la lengua. Allí está la principal garantía de estos pueblos: una sociedad que se moviliza en defensa de su lengua.

- Con relación a nuestro caso ¿Cuáles son las principales similitudes y diferencias?

- Bueno, pese al carácter creciente de nuestras reivindicaciones políticas y especialmente territoriales como pueblo, aún no hemos desarrollado una conciencia respecto del real valor del mapuzungun como lengua nacional mapuche. El mapuzungun es nuestro principal patrimonio como pueblo, nadie más lo posee y es una poderosa señal de identidad, quizás nuestra principal señal de identidad nacional. Pero muchas veces no nos damos cuenta de ese valor. No hemos logrado tampoco comprender el valor que podría tener como factor de movilización no sólo de nuestro pueblo, sino de todos aquellos ciudadanos del Wallmapu a los cuales les gustaría vivir en un territorio con identidad propia y distinta de cualquier otro lugar. Eso lo podemos dar sólo nosotros los mapuche en la medida en que promovamos políticamente nuestra lengua. Así como la tierra ha sido un factor de movilización, también lo puede ser la defensa de nuestra lengua.

- ¿Qué obstáculos encuentra en nuestro pueblo esa mirada respecto del mapuzungun?

- La mirada conservadora y a ratos folclorizada que hoy prima respecto de nuestra lengua. Una mirada que asocia el mapuzungun sólo a la vida rural, a la comunidad. Una mirada que asocia el mapuzungun preferentemente a los ancianos, que asocia la cultura a algo supuestamente puro, sagrado, carente de evolución y adaptación. No podemos seguir replicando eso porque esa mirada –aún cuando parezca defender al mapuzungun- está condenando al mapuzungun a la desaparición y a la cultura mapuche a los museos. Es importante decir además que el propio estado chileno promueve esto último, a través de sus programas de EIB y avances más "estéticos" que reales, como el programa amulzugun del servicio de salud y aquello de la señalética en mapuzungun.

- Son avances que muchas personas valoran, aun sin entender lo que allí se lee...

- Sucede mucho eso. Pueden ser pasos que alguna gente valora, son simbólicos claramente, pero en términos de proyección real de nuestra lengua no significan mucho. Una real política de revitalización lingüística en nuestro caso, pensando desde el rol del estado, debiera involucrar como primer paso la oficialización de la enseñanza de nuestra lengua en los niveles primarios de educación pública y privada en Wallmapu. Hoy a nuestros niños se les impone en las escuelas aprender inglés y/o francés, como lengua optativa además del castellano. Eso es impresentable para el estado chileno y más aun para nosotros como mapuche, porque significa que algo estamos haciendo mal o simplemente no haciendo, que es demandar que nuestros hijos sean educados en nuestra lengua nacional. Son desafíos que tenemos.

- ¿Cuáles serían – a tú juicio- estos desafíos en torno al mapuzungun que tenemos en el País Mapuche?

- El principal desafío es desarrollar una mayor conciencia lingüística en nuestro pueblo y en todos los ciudadanos del Wallmapu en general para luego poder demandar en serio el respeto hacia el mapuzungun. No podemos seguir esperando a que el estado haga todo y que siga con estas medidas simbólicas, pero sin mayor proyección. Somos nosotros los que debemos preocuparnos y realizar acciones concretas. No podemos seguir discutiendo eternamente sobre qué grafemario es mejor o seguir sumando grafemarios a la lista existente hasta llegar a la veintena. Hay que superar esas pequeñas discusiones sin sentido sobre si las diferencias de pronunciación de un territorio a otro demuestra o no que son lenguas distintas, o si se llama mapuzungun o che dungun o mapuche dungun, etc. Esas diferencias han sido comunes a todas las lenguas previa a su normalización y es parte de su propia diversidad interna.

Creo que es urgente desarrollar acciones concretas y planificadas para evitar la extinción de nuestra principal seña de identidad. Y no sólo para evitar la extinción, sino que para desarrollar y ampliar los espacios de uso del mapuzungun a todos los ámbitos sociales, para que su uso se vuelva una necesidad cotidiana en nuestra gente y en quienes habitan este territorio. Tampoco podemos seguir pensando que la preocupación por el mapuzugun debe ser solo de especialistas, de academias, de centros de estudio o solo de los hablantes rurales, sino que más bien debe ser una responsabilidad de todos quienes sueñan con un País Mapuche democrático, bilingüe y multicultural. Debemos hacer que el mapuzungun ya no sea visto como un “problema”, sino como una oportunidad para la sociedad regional en su conjunto y, quizás lo principal, como un derecho humano fundamental de nuestro pueblo.

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