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Hallazgos arqueológicos sobre el pasado aborigen en islas de Victoria
Por La Capital / Rosario - Tuesday, Apr. 21, 2009 at 8:36 AM

Victoria.— Un grupo de investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), de la Universidad Nacional de La Plata y del museo de esa ciudad realizaron excavaciones en el paraje isleño denominado por ellos como Tres Cerros, ubicado en el departamento Victoria frente a Rosario, y rescataron numerosos fragmentos de piezas arqueológicas y óseas. El trabajo responde a la segunda etapa de un proyecto para reconstruir la cultura de los aborígenes que habitaron la parte alta del Delta y toda la llanura entrerriana adyacente.

La investigación comenzó a principios de 2006, a partir de una concesión otorgada por el gobierno entrerriano y se realiza en las islas y en el interior de los departamentos Diamante y Victoria, y en parte de Gualeguay.

En su última visita, en diciembre de 2007, los investigadores realizaron mapeos y planimetrías de sitios arqueológicos detectados a partir de testimonios de pescadores y lugareños. La búsqueda se centró en los llamados cerritos, elevaciones artificiales donde se asentaban los aborígenes.

En esta oportunidad, la tarea fue recolectar material que será analizado en La Plata para luego ser entregado al Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas Antonio Serrano, de Paraná, depositario legal de cualquier hallazgo arqueológico o paleontológico en la provincia y que, posteriormente, decide a quién otorga la custodia de esos bienes culturales.

Hallazgos. Por más de veinte días, los arqueólogos rescataron innumerables piezas de alfarería entre las que se cuentan restos de ollas donde los grupos prehispánicos preparaban sus alimentos.

También desenterraron restos de cerámica decorada con representaciones de la fauna autóctona, como cabezas de víboras, apéndices de aves y recreaciones de loros y aves rapaces.

Piezas para rituales. Asimismo, se hallaron fragmentos de dos piezas pertenecientes a la llamada "cultura de las campanas", elementos que, se estima eran utilizados para rituales funerarios. "No se conoce la utilidad que tenían para los grupos estos elementos, pero han aparecido siempre, por lo que se supone que tenían un carácter especial para ellos porque las depositaban junto a sus muertos como una especie de ofrenda", explicó Mariano Bonomo, miembro del Conicet y profesor de la Universidad de La Plata.

En cuanto a los restos óseos, sólo se encontraron algunos dientes de animales mezclados con el resto del material faunístico, aunque no descubrieron huesos humanos, como algunos investigadores supieron hallar en la zona a mediados del siglo XX.

Análisis. La alfarería rescatada se somete a estudios para determinar cómo fue su proceso de elaboración (técnicas de moldeado y horneado) y qué tipo de alimentos se cocinaban allí, a través del análisis de micropartículas de almidones y otras sustancias que se preservan en el tiempo.

En ese sentido, Bonomo comentó que a través de este método se ha detectado en el área el desarrollo de horticultura a pequeña escala, a partir del consumo de maíz y porotos.

"Este es un tema muy importante para la zona, porque marca el límite meridional de los cultivos en Sudamérica, porque más allá del Delta del Paraná, la agricultura no se desarrolló", aclaró.

Además agregó Bonomo que "está acreditando lo que decían las crónicas de los primeros españoles que llegaron a esta zona, que escribían que se consumían alimentos domesticados como maíz, poroto y zapallo".


Una cultura compleja

El proyecto de los investigadores que hicieron excavaciones en las islas contempla varios objetivos e hipótesis. Algunos de ellos parten de la detección de numerosos cerritos, una forma muy elemental de arquitectura que se encuentra en otros sitios de América, sobre todo en zonas bajas de Brasil y en el norte de Paraguay. En ese sentido, se intenta conocer qué elementos, además de las inundaciones, llevaron a que los aborígenes comenzaran a vivir en esas elevaciones.

Según adelantaron, algunas conclusiones preliminares indican que en algunos casos los cerritos funcionaron como lugares para entierros y en otros formarían parte de redes de circulación muy amplias, porque se han hallado materiales de piedra que no son de la región sino de muy lejos, algunos aun de Córdoba, otros de Ituzaingó (Corrientes) y de la zona más alta del Paraná, lo cual indica una complejidad cultural.

La presencia en más de una oportunidad de tres cerritos juntos, podría marcar además que estas sociedades indígenas tenían algunos asentamientos principales.

Otra incógnita a resolver es cuándo llegaron los guaraníes a esta región y en qué época comenzaron a ocuparse las islas. También se piensa que hace unos dos mil años en esta zona hubo una etnia con un patrón muy fuerte, con un estilo de cerámica muy irregular y una forma de armar el paisaje, aunque se desconoce quiénes eran o si se trataba de los chanáes, los timbúes, sus antecesores u otros aborígenes.

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