Julio López
está desaparecido
hace 6437 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

El presidente Morales atribuye al indigenismo las primeras gestas libertadoras
Por El País / España - Thursday, Jul. 16, 2009 at 7:55 PM

Bolivia excluye el pasado criollo en el bicentenario de la independencia

MABEL AZCUI | Cochabamba 15/07/2009

Bolivia da mañana el pistoletazo de salida de las celebraciones del bicentenario de la independencia del Reino de España que recorrerán América Latina a lo largo de los próximos dos años. El festejo es para la diplomacia española una prueba crucial: es el primero de muchos actos reinvidicativos y lo es, además, en un terreno no menos que hostil a la hora de recordar a la ex potencia colonial.

El presidente Evo Morales ha preparado a la capital, La Paz, para grandes fastos. Los mandatarios del arco de la izquierda más radical de la región estarán a su lado. El venezolano Hugo Chávez, el ecuatoriano Rafael Correa, el nicaragüense Daniel Ortega y el paraguayo Fernando Lugo confirmaron su asistencia, junto al vicepresidente de Cuba, Jorge Luis Sierra Cruz. Todos ellos son miembros de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA). La mayoría de los demás países envían a sus ministros de Exteriores y España estará representada por el secretario de Estado para Iberoamérica, Juan Pablo de Laiglesia. También estará el alcalde madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, junto a otra veintena de ediles y militares de cinco países suramericanos.

Un detalle especial del desfile de invitados es la participación de 260 jinetes que el pasado lunes iniciaron una cabalgata que concluye mañana con su entrada en la ciudad. Estarán acompañados de cientos de caminantes de las distintas comunidades indígenas, invitados especialmente para la ocasión.

De la celebración ha quedado excluida la mitad oriental de Bolivia. Las ricas provincias de Santa Cruz, Tarija, Beni o Chuquisaca, todas enfrentadas al Gobierno de Morales por mil y un motivos, y sobre todo por la reforma constitucional de corte indigenista que el Oriente boliviano, predominantemente criollo, rechaza tajantemente.

El país ya festejó dividido el pasado 25 de mayo las primeras ideas independentistas gestadas en la Universidad San Francisco Xavier en Chuquisaca. Hubo un acto en Sucre al que acudieron los gobernadores opositores a Morales y uno paralelo organizado por el Gobierno a unos pocos kilómetros de allí. El presidente acudió a El Villar, un pequeño poblado cercano a la capital, para rendir homenaje a la guerrillera Juana Azurduy (Potosí, 1870), heroína de la guerra de la independencia boliviana entre 1816 y 1825. Azurduy, la primera mujer autorizada a vestir el uniforme del Ejército argentino y que recibió el grado de teniente coronel en 1816, fue ayer ascendida a general a título póstumo por la presidenta Cristina Fernández.

La ausencia de las provincias de la oposición también se debe al revisionismo histórico en el que se ha embarcado Evo Morales. El presidente sostiene que fueron los levantamientos indígenas de 1781 los primeros gritos de libertad, y no el de los criollos de 1809 encabezados por el paceño Pedro Domingo Murillo. Hay también un sector indigenista radical que considera a Murillo un traidor porque prestó servicio en el Ejército de la corona española durante la sublevación indígena de Tupac Katari 28 años antes de la rebelión criolla. El lunes, cuatro desconocidos volaron un busto de Murillo en la localidad de Chulumani, la capital del distrito de Sud Yungas, lugar donde nació el héroe nacional en 1757. Muchos historiadores que han debatido el tema recientemente coinciden en que los alzamientos indígenas fueron "estallidos esporádicos de descontento contra las autoridades pero sin planes concretos".

El reputado historiador cruceño Alcides Pareja, en alusión a Morales, dice que "la revolución paceña del 16 de julio, que tiene una gran importancia en el proceso histórico americano, se ha convertido en un instrumento político del Movimiento Al Socialismo [el partido gobernante]. El festejo es el reflejo de lo que Morales propone para el país: una política excluyente que, negando la historia, pretende crear una gran ayllu [territorio] a partir de la cultura aymara. Busca eliminar los resquicios coloniales y, al mismo tiempo, emprende una nueva colonización a partir de la cultura aymara. Propone un nuevo Estado, que ya no es una república, sino uno plurinacional excluyente que no abarca todo el territorio y en el que se reniega de todo lo que es la historia de los últimos 500 años", añade Pareja.

agrega un comentario


Bolivia: 200 años de libertad y esclavitud
Por ALAI - Thursday, Jul. 16, 2009 at 8:18 PM

2009-07-16

Grover Cardozo

Llama la atención una contradicción: Mientras la Comisión del Bicentenario pregona y celebra que los paceños y bolivianos vivimos 200 años libres del yugo español, el presidente del Estado Plurinacional Evo Morales sostiene en sus discursos que los pueblos indígenas vivieron 500 años sojuzgados por los españoles y que es hora de labrar la liberación.

Contradicción manifiesta o simplemente constatación de que el asunto de la libertad y la liberación es un asunto que -como todo lo político- debe ser muy bien relativizado.

Quizá ni sólo lo uno ni sólo lo otro. Un poco libres y otro poco esclavos, lo que explica el estado actual del país.

Libres del abusivo poder colonial de la corona española, que -si bien dejó algunos bienes como el idioma- también neutralizó y castró energías locales que apuntaban a construir una sociedad sobre la base de culturas propias.

Libres de un tutelaje político que frenó procesos de desarrollo social y cultural. La posibilidad de caminar sobre una ruta propia quedó truncada, lo que adormeció durante años energías que debían actuar antes en un proyecto de liberación social y nacional.

Libres de los apetitos externos que durante décadas vieron al territorio boliviano no como fin, sino como un medio para inmediatos intereses. Detectaron nuestras riquezas y sólo desembarcaron como aves de paso.

También esclavos

Esclavos de nuestras propias cadenas, porque no hay peor esclavitud que la que se impone una persona o un pueblo así mismo. Parece suicida que un pueblo se enmanille, pero suele ocurrir.

Esclavos de modelos políticos y fórmulas económicas impuestos por la fuerza y que durante años impidieron el acceso de la colectividad al bienestar y el desarrollo.

También esclavos de actitudes que todo lo pretenden explicar a partir de lo malo que hace el otro, sin tomar en cuenta el grado de compromiso y aporte de cada boliviano a la situación económica y social.

Esclavos de la dominación de elites que estando en sus manos la dirección política de todo el país, no tuvieron la capacidad de formular programas de gobierno que salven de la miseria y la desesperanza a millones de bolivianos que habitan en las periferias de las ciudades, pero sobre todo en las zonas rurales.

También esclavos, desde luego de un superficial entendimiento de doctrinas y tendencias políticas que fueron tomadas como verdaderos catecismos ideológicos, cuando solo eran referentes teóricos para determinadas formas de acción política.

Esclavos de la ilusión creada por los grandes centros de poder (políticos y mediáticos) de que el mundo es civilizado y anda bien y que siendo Bolivia parte de este mundo, también anda o anduvo bien. El mundo no hará nada por nosotros, si entre bolivianos no nos ponemos de acuerdo en un gran pacto que haga fraguar un modelo boliviano de emancipación.

Esclavos también de atavismos que creen encontrar en el pasado los males o bienes de nuestra condición actual, sin tomar en cuenta que los bolivianos de julio de 2009, somos los únicos actores de la realidad presente y por tanto los únicos que tendremos que responder ante la historia. No hay porqué olvidar los orígenes de nuestras culturas, pero estas -sean del signo que sean- solo son referenciales y no pueden determinar una visión de futuro.

Subsisten cadenas, cadenas que impiden entender que el país es la gran tripulación de un barco que se salvará y avanzará, solo en la medida en que la salvación abarque a toda la tripulación. “El único modo de salvarnos es salvarnos juntos”.

200 años de ser un poco libres y un poco esclavos. Está claro que el balance no es favorable. Si aprendemos de lo andado, el balance futuro puede inclinarse hacia el goce de mayor libertad.

Reconozcamos el atributo. Bolivia no está exenta de carencias y dificultades, pero siendo libres, podemos ser más creadores y así liquidar las diferentes formas de pobreza que aún nos atan a la esclavitud.

- Grover Cardozo Alcalá es periodista y abogado.

agrega un comentario