Julio López
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Estancieros piden mano dura con ocupaciones
Por Diario Río Negro - Sunday, Oct. 04, 2009 at 11:09 AM

Patrocinados por tres conocidos abogados de Capital Federal reclamaron al TSJ. Exigen acción policial y de la Justicia y advierten que el Estado deberá indemnizar.

NEUQUÉN (AN).- El Tribunal Superior de Justicia de Neuquén (TSJ) analiza una durísima y atípica denuncia presentada por estancieros y empresarios neuquinos.

La presentación se produce en el marco de la presión general contra las usurpaciones y tomas de terrenos, sobre todo en el interior de Neuquén y protagonizadas por comunidades mapuches.

La denuncia -que advierte que la provincia quedará involucrada en la maniobra que se urde y deberá resarcir a "las víctimas de los despojos- carga contra la Justicia, la Policía y el Estado en general. Y denomina "delincuencia rural" a las comunidades indígenas que "en muchos casos comprobados, se fabrican artificiosamente del día a la noche".

En el escrito se define que "la situación es realmente terminal, porque las vías de hecho han reemplazado a la petición ante la justicia. La ineficacia judicial y policial lleva a la proliferación de los despojos, usurpaciones, avasallamiento de la propiedad y proliferación de otros delitos".

Los denunciantes -bajo el patrocinio de renombrados abogados de Capital Federal- reclaman "prevención y persecución de los delitos, la terminación de: la toma de terrenos y campos, de la pasividad policial, de la influencia de la justicia en los delitos y juzgamiento de los autores; del incumplimiento de las órdenes judiciales de restitución de los bienes usurpados, del abandono de los ciudadanos a su suerte en manos de la delincuencia rural y urbana creciente y audaz". La presentación llegó al TSJ hace un mes.

Durante más de dos semanas este diario intentó acceder a la misma. Luego de muchas gestiones, hace unos días se llegó al escrito pero en el mismo no se identifica a los denunciantes.

En su solicitud de "garantía de tutela judicial efectiva", los abogados Jorge Vanossi, Carlos Sánchez Herrera y Carlos Cassagne piden al TSJ "como cabeza del Poder Judicial de Neuquén para que "en ejercicio de sus poder explícitos e implícitos haga cesar la indefensión colectiva que sufrimos nuestras personas, familias y bienes de trabajo, por la renuencia de Estado a ejercer el atributo de la fuerza legal y legítima que le es privativo".

En los últimos meses, sobre todo a partir del desalojo de tierras que la comunidad mapuche había ocupado en cercanías de Aluminé, hubo una fuerte presión de estancieros, empresarios y comerciantes de la zona centro. El protagonismo mayor lo tiene desde entonces, el empresario Carlos Natalio "Nuno" Sapag, hermano del gobernador Jorge Sapag. El estanciero y empresario neuquino afirmó que hay influencia y contacto entre las comunidades mapuches y las FARC de Colombia y la ETA de España.

No está confirmado que "Nuno" Sapag esté entre los patrocinados por Vanossi, Sánchez Herrera y Cassagne.

En el documento, los letrados -que son generosos a la hora señalar jurisprudencia- cargan responsabilidades sobre el Ejecutivo neuquino.

"Si el gobierno provincial con conocimiento de los asaltos y tomas de propiedades rurales producidas y advertido de la maniobra que se urde, quedará involucrado, aun por omisión, en la pergeñada inclusión de las propiedades privadas en ese relevamiento, cuyo fin es su inmediato despojo, como admiten públicamente los sujetos que preparan estas acciones, afectará la responsabilidad civil de la provincia y originará la obligación de restituir y resarcir los daños materiales y morales de todas las víctimas de despojos", se lee en uno de los puntos del documento.

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Polémica por denuncias sobre grupos mapuches
Por La Mañana Neuquén - Sunday, Oct. 04, 2009 at 5:13 PM

Diputados discutirán un pedido para investigar los dichos de un empresario.

Se trata de Carlos “Nuno” Sapag, quien afirmó que las comunidades mapuches que toman tierras están infiltradas por grupos armados.

Neuquén > La Cámara de diputados habilitó ayer la discusión en comisiones de un proyecto de declaración, que presentó el diputado radical José Luis Sáez, para solicitarle al fiscal federal y al gobernador Jorge Sapag que inicien una “minuciosa investigación” relacionada a las denuncias efectuadas por el empresario Carlos “Nuno” Sapag sobre las comunidades mapuches locales. El hermano del mandatario afirmó que existe una campaña de infiltración desde Chile de supuestos grupos armados dispuestos a tomar tierras privadas o estatales a través de la fuerza.

La Legislatura, en la sesión de anoche, no aprobó el tratamiento sobre tablas de la iniciativa del radical pero lo giró a la comisión de Peticiones y Poderes.

El presidente del bloque del MPN, José Russo, afirmó que antes de que la Cámara se pronuncie “vamos a debatirlo en comisión y solicitar informes a los involucrados”.

“Es una desprolijidad sacar una declaración sin averiguar si hubo acciones legales, denuncias respecto a esas declaraciones que hizo una persona”, dijo Russo, quien opinó que la denuncia “es inverosímil pero hay que investigar de qué se trata”. El diputado manifestó que la postura del MPN es pedirle un informe al cónsul chileno en la región, ya que la misma denuncia que hizo el empresario “fue publicada por el diario trasandino El Mercurio. Allí decían que la inteligencia chilena manejaba información acerca de que los Carabineros seguían a grupos armados hasta la frontera argentina en el sur. Hay que averiguar si esto es fehaciente”.

En tanto, el autor del proyecto manifestó que los hechos que denunció el hermano del gobernador “son graves”. El diputado señaló que la “Cámara no puede abstenerse de esta discusión que está en boca de toda la provincia, sobre todo en el interior”.

Sáez argumentó en su iniciativa que la Provincia “tiene una gran deuda con los pueblos originarios, así como con los crianceros, de regularización de tierras”, pero desligó que el asunto esté relacionado con la discusión de los derechos mapuches: “son dos discusiones distintas y no tiene nada que ver”.

Debate por el fallo del TSJ

Neuquén > En la sesión de anoche, los diputados provinciales debatieron acerca de la resolución del Tribunal Superior de Justicia que frenó la audiencia pública que habilitaba la instalación de la minera china de cobre a cielo abierto en Campana Mahuida, a 13 kilómetros de Loncopué.

“Es un fallo histórico en la provincia, es la primera vez que el máximo órgano de la Justicia reconoce los derechos de la comunidad mapuche”, dijo el diputado de UNE-MUN-PS, Rodolfo Canini. En tanto, Horacio Rachid de Opción Federal defendió la actividad minera y la calificó como una industria necesaria para el desarrollo de localidades lejanas.

En tanto, el diputado de Alternativa, Hugo Goncálves, se ganó el aplauso de la Cámara al señalar que la actividad minera no es mala ni buena, “es necesaria para la modernidad”. Su compañera de banca, Soledad Martínez, se pronunció en sentido opuesto y expresó que el fallo del TSJ “marca un sendero en donde debe transitar la Justicia” y denunció la falta de inspectores.

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Malón mapuche en el siglo XXI
Por Bariloche2000 - Sunday, Oct. 04, 2009 at 5:16 PM

por Fernando Zabaleta

De cómo una burda mentira puede causar la fragmentación territorial de la Argentina.

Ell conflicto mapuche en Chile continúa su escalada, y no se prevé una solución inmediata. Un conflicto similar, aunque todavía menos violento, se vive al otro lado de la cordillera. La combinación de ambos podría traer gravísimas consecuencias el conflicto mapuche en Chile parece haberse intensificado en las últimas semanas, culminando con la muerte de un comunero a manos de un Carabinero. No se intentará aquí un resumen histórico del conflicto, ni mucho menos determinar de qué lado está la razón y la justicia. Simplemente se tratará de analizar lo más objetivamente posible la situación actual y las posibles alternativas futuras. Según el Gobierno de Chile, la mayoría de las comunidades mapuches están a favor del diálogo y la paz, y sólo una minoría es la responsable de la violencia. Eso podrá ser verdad, pero es irrelevante: la mayor parte de las revoluciones modernas han sido obra de grupos insignificantes en número, pero fanáticos y decididos a usar cualquier medio para obtener sus fines (los bolcheviques en 1917, los nazis en 1925, y los maoístas en 1945 son algunos de los ejemplos que vienen a la memoria). Estas minorías mapuches estarían comandadas por la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM). Se las han acusado de tener contactos con, y haber recibido entrenamiento de, las FARC y el ETA, aunque las pruebas aún no han mostrado una “pistola humeante”. Lo que es aparente es que estos grupos radicalizados, coordinados o no, estarían realizando una guerra de guerrillas, por el momento de baja intensidad (en comparación con las que realizan las organizaciones terroristas ya nombradas).

¿Cuál sería su propósito? En el corto plazo, el de toda guerrilla: desgastar a un enemigo numérica y materialmente superior (en este caso el estado chileno), evitando enfrentamientos directos, con el objeto de socavar su moral y su voluntad de lucha, y llevarlo a negociar en condiciones favorables para ellos. Así, obtendrían en la mesa de negociaciones el objetivo que nunca podrían obtener por la fuerza. “Hace bastante que corre el rumor del ingreso de activistas mapuches chilenos para participar en los conflictos en campos argentinos” ¿Y cuál sería el objetivo que buscan estos “grupos minoritarios”? En general, los indígenas chilenos no se sienten parte del Estado, sino que lo consideran una contraparte que defiende a los colonos que han invadido sus tierras ancestrales. ¡¡NOSOTROS LOS MAPUCHE QUEMAMOS LOS TRAPOS CHILENOS POR QUE NOS SOMOS CHILENOS!! [Sic!]. En otros sitios Web pueden hallarse expresiones y mapas semejantes (basta una simple búsqueda en Google para encontrarlos) Es difícil saber hasta qué punto este alegato representa las verdaderas intenciones de estos grupos, o incluso si sólo se trata de una posición de máxima desde la cual negociar.

Sea como fuere, es altamente improbable que un gobierno chileno, cualquiera fuese su ideología o voluntad, acepte otorgar la independencia, autonomía o “gobernanza” a una porción territorial que prácticamente dividiría a Chile en dos partes, cuya comunicación terrestre estaría sujeta a la buena voluntad de “los pueblos originarios”. Si la posición arriba descripta es representativa de la de estos grupos de “acción directa”, la posibilidad de una salida negociada con el estado parece remota. Ello sería una explicación a la creciente ola de violencia en la Araucanía. Otra causa podría ser la cercanía de las elecciones presidenciales en Chile. Los dirigentes de estos grupos seguramente son concientes que existe una probabilidad realista de que Sebastián Piñera sea el próximo presidente, que esté menos inclinado a negociar, que por el contrario intente un uso a mayor escala de fuerzas de seguridad, y que tenga menos reparos en aplicar la Ley Antiterrorista. De allí que sea factible que estén tratando de presionar al actual gobierno para obtener el máximo de concesiones posibles, y así presentar al próximo gobierno, sea cual fuere, con una política de hechos consumados.

También es posible que exista un plan B. Es sabido que en Argentina grupos mapuches están aplicando una política similar a sus “hermanos” chilenos, aunque menos agresiva y visible (o no tan mediática). Allí reclaman un total de 15 millones de hectáreas. Según el diario argentino La Nación (16/08/2009) , “El resurgimiento del indigenismo puede observarse a simple vista en hogares y establecimientos rurales de Jujuy, Neuquén y Río Negro, donde cada vez más se ve flamear la bandera del Tawantinsuyu (Imperio Inca), en el Norte, y la de los mapuches, en el Sur. Esos símbolos hablan de un anhelo más amplio que un simple lugar donde vivir: se refieren, prácticamente, a una "región independiente".

Además, agrega que “Hace bastante que corre el rumor del ingreso de activistas mapuches chilenos para participar en los conflictos en campos argentinos”. En Neuquén miembros de la Confederación Mapuche Neuquina tomaron un hotel de lujo, cuyo propietario era italiano, para convertirlo en una “universidad intercultural” con el apoyo de las Madres de Plaza de Mayo. Antes habían logrado recuperar unas 2000 hectáreas en Chubut, usadas para maniobras militares. Hace pocos días, una comunidad mapuche impidió la inauguración de una capilla católica recién construida, en las cercanías de San Martín de los Andes, porque “La comunidad plantea que con la capilla en ese lugar se profundiza la invasión cultural”.

En Neuquén la Sociedad Rural contabilizó en 50 los campos tomados por grupos mapuches. A diferencia de lo que sucede en Chile, la actitud de los gobiernos de Néstor y Cristina ha sido de lejos más permisiva que la de su contraparte chilena, sea por simpatía ideológica y/o por aborrecer el uso de las fuerzas de seguridad. El hecho es que los grupos mapuches gozan de muchísima más libertad de acción en la Argentina que del otro lado de la cordillera. Es improbable que la situación cambie mientras los “K” permanezcan en el gobierno (hasta 2011 como mínimo).

Por lo dicho anteriormente, una hipótesis a considerar sería que si la situación en Chile se pone más insalubre para los grupos de choque mapuches, éstos decidan trasladar su base de operación al otro lado de la cordillera, y desde allí montar ataques “hit and run” contra las fuerzas de seguridad chilenas. Esto pondría al futuro residente de La Moneda ante dos alternativas desagradables: soportar la existencia de un “santuario” fuera de sus fronteras, desde donde los violentistas puedan operar con total impunidad y obligándolo a un interminable conflicto sin “luz al final del túnel”, o lanzar una acción punitiva contra dicho santuario y arriesgar un conflicto armado de consecuencias imprevisibles. De las anteriores consideraciones, se desprende que, a menos que el estado chileno sea capaz de aislar a las minorías violentas de las mayorías mapuches (que posiblemente estén esperando a ver quién es el ganador antes de otorgar su apoyo), en el mediano plazo sólo cabría esperar la continuación e incluso la profundización del conflicto, con un aumento en las bajas (incluso fatales) en ambos bandos. Posiblemente, a los lectores del nuevo mundo pueda parecerles intrascendente este tema, pero indirectamente, esta clase de conflictos fijan antecedentes que pueden, aun en forma internacional, generar este tipo de reclamos inaceptables para cualquier nación moderna, en el esquema del mundo actual.

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