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Puerto Saavedra, capital costera del empobrecimiento mapuche
Por Fuente: Azkintuwe - Wednesday, Feb. 03, 2010 at 2:28 PM

Puerto Saavedra está a 85 kilómetros de Temuko. Según el Censo 2002, la población urbana es de 19%. La encuesta Casen 2003 señaló que un 16,4% de la población es indigente, y un 38,3% vive en situación de pobreza. Hay una directa relación entre mapuches y pobreza. Que la ciudad y la comuna lleven el nombre de Cornelio Saavedra, además, es una ofensa para los mapuches.

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ARNALDO PÉREZ GUERRA - PUERTO SAAVEDRA, WALLMAPU - 03 / 02 / 10



Konün Traytrayko Leufu (Lugar donde se juntan las aguas) es el verdadero nombre de la comuna -fundada por decreto supremo en 1885 como Bajo Imperial-, que pasó a llamarse Saavedra en 1906 en honor al “pacificador de la Araucanía”, el coronel Cornelio Saavedra. Zona mapuche por excelencia, los primeros colonos instalados por el coronel genocida llegaron desde el fuerte Toltén y Cañete. Luego llegaron las misiones capuchinas a “educar indígenas y acabar con su vida licenciosa y pagana”. La discriminación continúa. Cada día se les recuerda a los mapuches que fue Chile quién ganó una guerra nunca declarada.

A pesar del racismo, en las últimas elecciones municipales han resultado elegidos alcaldes mapuches. El 2000 asumió Domingo Ñancupil, y en los siguientes comicios, Ricardo Tripainao. “Un 70 por ciento de la población es mapuche, el resto mestizos. Pero la mayoría se reconoce como ‘chileno’. Pervive el racismo. Saavedra es una de las comunas del país con mayor población mapuche. Más de 110 comunidades se distribuyen en dos sectores: ADI (Área de Desarrollo Indígena) Budi, creada en 1996, y el sector norte, camino a Carahue, con doce comunidades, que quedaron fuera del ADI por no bordear el lago Budi pero que son lafkenches. Bordean el río Imperial. A ellas, como quedaron fuera, no les llega mucha ayuda estatal. Recién en 2007 accedieron al Programa Orígenes, mientras en el ADI Budi éste llegó el 2000”, dice Natalia Caniguán, antropóloga y directora del Centro de Documentación Étnico, Rural y Pesquero, proyecto Fondecyt de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano que se asentó en la comuna de Saavedra.

Puerto Saavedra está a 85 kilómetros de Temuko. El ADI comprende gran parte de la comuna, lo que implica una focalización de recursos para las comunidades de Saavedra, Domínguez, Oñoico y el Budi. Según el Censo 2002, la población urbana es de 19%. La encuesta Casen 2003 señaló que un 16,4% de la población es indigente, y un 38,3% vive en situación de pobreza. Hay una directa relación entre mapuches y pobreza. Que la ciudad y la comuna lleven el nombre de Cornelio Saavedra, además, es una ofensa para los mapuches. Nadie ha hecho una campaña para cambiar eso. “Ofende llevar el nombre de quien mató a miles de mapuches. Es fuerte que todos los días te lo recuerden. Que la calle principal se llame Ejército de Chile. Que Puerto Domínguez lleve su nombre por Eleuterio Domínguez, dueño de la empresa colonizadora de las tierras despojadas a los mapuches”, dice Caniguán.

“La discriminación se da más en la ciudad; es común, cuando vas a comprar, que atiendan antes a un ‘chileno’ que a un mapuche. No hay paraderos para el transporte rural. Cuando vas a oficinas públicas no falta quien se queja que ‘hay mal olor’ cuando hay mapuches presentes… Y los clásicos ‘son pobres porque son flojos, no trabajan la tierra, se les ve borrachos’, etc. Dicen: ‘Saavedra es chilena, los mapuches viven en el campo’”. Frente al municipio hay una placa en homenaje a Cornelio Saavedra y en 2003, junto al alcalde mapuche, las comunidades plantaron un rewe. Pero desconocidos lo quemaron en clara muestra de racismo y discriminación.

En Saavedra viven descendientes de los colonos. “Hay un afán de superioridad, de no reconocerse como mapuches aunque el mestizaje sea muy alto. Pervive la noción de que ellos ‘llegaron de afuera y trajeron el progreso’. Saavedra instaló a colonos, campesinos empobrecidos. Por el solo hecho de ser ‘chilenos’ creen ser ‘superiores’, pues fueron ‘escogidos’ para traer ‘progreso a una zona donde todavía había salvajes’”, dice Natalia Caniguán.

Vivir en Saavedra

Saavedra vive de la agricultura; se cultiva predios pequeños de forma intensiva, de tres a cinco hectáreas por familia. Producen cereales y leguminosas. Trigo, avena, arvejas, lentejas y papas, principalmente para autoconsumo. Hay huertos y cría de aves de corral -patos, pavos, gansos y gallinas-, pequeña ganadería -cerdos, vacas y ovejas-, y algo de pesca en el río Imperial -tollo, corvina, pejerrey, lisa y róbalo-, cultivos de choros; en la zona de Puaucho, usando redes; y en el Lago Budi -lisa, carpa y huaiquil-, para consumo familiar, intercambio y, en menor medida para la venta a través de intermediarios.

Según las autoridades Saavedra mejora. Se construyó un nuevo hospital, se dotó de equipamiento a pescadores y se mejoraron las escuelas, postas rurales, sedes sociales. Se construyen refugios peatonales y la Unidad de Desarrollo Económico Local busca impulsar el turismo, la pesca y el cultivo de la papa. “Acá el problema es económico. La pobreza es alta y se nota. Es muy común que se viva con pensiones mínimas. Hay poca tierra utilizable. La mayor parte de las cosechas son para autosubsistencia. En 2008 el temporal inundó Saavedra, se cortaron los caminos de acceso y no hubo cosechas. Se notó este año que casi no hay papas y subió el precio”, dice Caniguán.

A través de FOSIS se entregaron diez lanchas a pescadores artesanales, lo que -se dijo- permitiría pescar en el mar. Pero el costo de utilizarlas no puede ser solventado por los pescadores de San Enrique, acostumbrados, además, a pescar en el río. “No hay recursos, ni mercado dónde ofrecer la pesca, no hay cámaras dónde conservarla”, dicen. “Barcos industriales se pasean frente a Saavedra y Queule y se llevan toneladas de sardinas y anchoveta”. Agregan que Sernapesca “no cumple su rol, no fiscaliza, y retiró al único funcionario en Queule. Provocan daño a la pesca regional. La Armada y Sernapesca deberían hacer su trabajo”. Únicos perjudicados son los pescadores y sus familias. Quieren reunirse con alguien del ministerio de Economía y solicitar el 2,15% consagrado por la ley como límite máximo de captura por armador.

El agotamiento de las tierras y la sobreexplotación de recursos han hecho mirar hacia el turismo. Tras la construcción del hospital y de las poblaciones de Chile Barrio, aumentó la cesantía. Mujeres se emplean en labores domésticas y el comercio. Jóvenes salen a trabajar en las cosechas intentando conseguir un ingreso para los primeros meses del año. “Se da durante todo el año. Salen de la comuna a continuar estudios o a trabajar. La oferta laboral en Saavedra es escasa”, dice Natalia Caniguán.

La comuna registra junto a los altos niveles de pobreza, alta violencia, y según Chile Crece Contigo, 196 de los 700 menores de cuatro años presentan “rezago en su desarrollo sicomotor”. Por otra parte, es frecuente el trabajo en condiciones precarias. El obrero René Carrasco Cayulao murió asfixiado mientras instalaba tubos de alcantarillado en un foso de casi cinco metros en la Villa Paraíso, de Puerto Saavedra. No contaba con implementos mínimos de seguridad. Su muerte es investigada por la Fiscalía de Carahue. Luis Emilio Rojas, profesor, señala: “El empleo es escaso, hay mucha violencia y alcoholismo. Más del 70 por ciento de la mano de obra es mapuche, y sobre el 80 por ciento vive en sectores rurales. Tenemos graves problemas de salud: diabetes, hipertensión, obesidad, etc. Habitamos la mayor ‘área de desarrollo indígena’ del país, y en ella está el mayor porcentaje de pobres a nivel nacional. El municipio es la principal fuente de trabajo. A través de programas municipales se asfaltan calles o limpian áreas verdes. La mayoría busca trabajo en Carahue, Imperial, Temuco, o más lejos”.

“Otros laboran en las cosechas de papas o de trigo. O se van a Santiago, de temporeros. Los mapuches que llegan a la educación superior no sobrepasan el 5 por ciento. Llegar a la enseñanza media ya es un logro, pues la única forma es irse de casa a un internado en Saavedra u otra ciudad, y eso significa costos y desarraigo… Tampoco les esperan con los brazos abiertos en Temuco o Saavedra. Les hacen notar que son mapuches. En Santiago es normal egresar de 4º medio. Acá no. Lo normal es concluir la enseñanza básica, si es que la escuela que está cerca tiene hasta 8º. Todavía hay escuelas hasta 6º básico y con uno o dos profesores”, agrega Caniguán.

Según el ministerio de Salud, en la Araucanía están 18 de las comunas “vulnerables”. El gobierno invertirá recursos para que Melipeuco tenga “un jeep de visitas domiciliarias y traslado de pacientes”; Curarrehue adquirirá “una antena repetidora que permita comunicar a los sectores rurales”; Saavedra “mejorará los pozos negros”; Galvarino y Chol Chol “contratarán horas de especialidades médicas”... Para el alcalde, Ricardo Tripainao, “los funcionarios de salud saldrán a terreno a atender las necesidades de la gente”. Son los mudos indicadores de la pobreza. En febrero de 2010, se reunirá en Saavedra la Asociación de Municipalidades de Pueblos Originarios, quienes no se sienten representados por la Asociación Chilena de Municipalidades. Quieren lograr que el ministerio de Educación adopte en sus mallas curriculares la enseñanza de las culturas originarias, apoyar la incorporación de representantes indígenas en la institucionalidad, etc.

Contra el municipio hay acusaciones de racismo y persecución. Profesores municipales fueron citados por la Fiscalía de Carahue tras acusaciones de “daños” realizadas luego de una marcha mapuche que culminó ocupando el patio municipal. Los profesores rurales Sandra Carrasco Tripainao, Abel Illanes y María Cayupil denuncian “persecución política”. Según el concejal Alberto Figueroa (PPD) “hubo destrozos en el municipio”. Sandra Carrasco, que labora en el Liceo Reino de Suecia, con doce años de docente, acusa rumores de que no le darán más reemplazos. “No entiendo por qué vino esta represalia. Pienso que es por política, y así se lo planteé al alcalde”, dice. Abel Illanes, con 16 años de docente, señala que viajó a Saavedra “por asuntos personales y me encontré con los hermanos mapuche que tenían sus pancartas. Algunos me saludaron. Ingresé al antejardín del municipio a saludar. Estuve cinco minutos y me retiré. Que me citaran es una persecución política”.

María Cayupil -catorce años de docente-, dice: “Habernos hecho un sumario es un abuso”. Otro afectado, Hernán Marinao, asesor cultural y asistente de educación, señala: “Hay rumores, comentan y te apuntan con el dedo, es una sanción social”. Según la concejala Gioconda Espejo (RN), jefa de enfermería del hospital, “los concejales solicitan el sumario, pero quien decide es el alcalde”. Según el edil, él no puede hacer nada porque el sumario fue solicitado por el Concejo. “Los lafkenches del Budi marchamos por la avenida principal de Saavedra para demostrar rechazo a las políticas del Estado. Se culminó con la ocupación pacífica y, más que nada, simbólica, del municipio. Allí se compartió el rokin y, luego, nos retiramos. Rechazamos el despojo de nuestra libertad, territorios, y recursos naturales, la asimilación, megaproyectos en nuestros lof y la chilenización”, señalan los lafkenches del Budi.

Carretera a la pobreza

Según Mideplan, Chile Solidario generó gran impacto en la Araucanía. Pero sigue siendo la región más pobre del país (20,1% de pobreza e indigencia). La desigualdad es evidente si se compara a Puerto Saavedra y Pucón, en la misma región. El balneario de Pucón se sitúa en lugar 28º de desarrollo humano, mientras Saavedra ocupa el puesto 337, entre 341 comunas. Discriminación, deficiente educación, pobreza, minifundios y cesantía, son parte del mismo círculo. Hay un 71% de escuelas rurales que sólo cuentan con uno y hasta tres docentes.

Mientras Chol Chol registra un 22,4% de pobreza, Nueva Imperial llega a 26%. Temuco mantiene un 12,1%, y Puerto Saavedra alcanza el récord de 35%. La mayoría de los hogares son encabezados por mujeres. Cuando se incorporan familias mapuches a Chile Solidario, se les pide que se comprometa a mantener a sus hijos en el sistema educativo. Si dejan de cumplir ese requisito, se les retira el subsidio. Según el gobierno, ésta no es una política asistencialista. En Saavedra (INE, 2002), el 32,2% cuenta con pozos o norias para obtener agua, y un 23,5% se abastece en ríos, vertientes y esteros. Un 81,6% dispone de pozo negro. Sólo un 7,9% de la población mapuche -la mitad en relación al promedio nacional-, accede a educación superior. “La pobreza está íntimamente ligada al desempleo y a los problemas sociales. Los sueldos son muy bajos y no hay fuentes laborales”, dice Luis Emilio Rojas.

En 1997, la mortalidad infantil casi llegó al 40%. Desde 1992, la población de Saavedra ha disminuido un 2,8%. Un estudio del Instituto de Desarrollo Local y Regional (IDER) de la UFRO, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Mideplan, afirma que “Saavedra y Lumaco tienen el índice de desarrollo humano más bajo de la región. La importancia de la problemática indígena no se funda en cuestiones cuantitativas ni demográficas, sino que se vincula con procesos históricos que representan desafíos mayores de integración social y cultural”.

Otro problema en Saavedra y Teodoro Schmidt es el proyecto Carretera de la Costa, megaproyecto de las empresas forestales -que expandirán sus negocios de plantaciones de pinos y eucaliptos y arrasarán con el bosque nativo-, y que afectará el ADI Budi. Actualmente, el MOP ocupa al Cuerpo Militar del Trabajo para ampliar el ancho de los caminos. Para el gobierno y los consorcios toda la zona posee aptitud forestal y potencial turístico. “La carretera fue diseñada en dictadura y la Concertación la quiere construir a toda costa. Su objetivo es conectar los caminos interiores en beneficio de la explotación de recursos naturales en la zona costera que va de la VIII a la X regiones, y que involucra gran parte del Lafkenmapu. Una década atrás no existía el puente que hoy une a Isla Huapi con Puerto Saavedra. El aislamiento era mayor, había que cruzar en barcaza. Ese puente se construyó como parte del proyecto de la Carretera de la Costa”, dice Natalia Caniguán.

Aún hay zonas por las que el Cuerpo Militar no ha podido pasar porque las familias no venden sus tierras a pesar de presiones y amenazas. Casos emblemáticos son el lonko Leonardo Calfuleo y la familia Marileo. “El Cuerpo Militar del Trabajo optó, en vez de trabajar de norte a sur, hacerlo de sur a norte, con la idea de dejar en algún momento a esas familias encerradas para que se vean obligadas a vender. Para disfrazar el nombre de Carretera de la Costa, a la que la mayoría se oponía, hoy le llaman ‘programa de ensanchamiento de caminos”, concluye Natalia Caniguán.

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