Julio López
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Greenpeace influenciado por el MONO Liso
Por medio&medio - Friday, Feb. 25, 2011 at 12:00 PM

Los activistas de Greenpeace influenciados por el Twist del Mono Liso de María Elena Walsh se la agarraron con la Barrick. Solo faltó que Villalonga le prometiera casamiento a Testa en su celda sanjuanina y la novela trepaba al éxito total.

Tarde piaste parece que dijeron varios activistas y políticos que si trabajaron en torno a que exista una ley que no se vincule estrictamente al global cambio climático para tranquilidad de la casa matriz de Greenpeace. Pero hay algo que no le falta a la organización y es el montaje del show para los medios. Estos a su vez ávidos de noticias con espectacularidad, (que además cuestionen a la presidenta en intereses encontrados en el baile de la máscara), gastaron dinero en enviados especiales que de especiales no tienen nada.

Lo de fondo queda para otro momento porque no es importante. La usina de pensamiento mediático ubicó la entrada a la mina Veladero y allí fueron los activistas prolijos con vestimenta de supermercado. Luego como era de esperar, llegó la policía con vestimenta de supermercado pero chino, los detuvieron y los liberaron en menos de 24 horas. Con poco tino político el gobernador de San Juan José Luis Gioja, diríamos fundamentalista minero necesario para la novela, dijo que “se metieron presos solos”.

El lema de la protesta fue la obstaculización por parte de la empresa de minera Barrick Gold a la aplicación de la Ley de Glaciares. En San Juan un juez que se lo vincula a la empresa aceptó de buen grado un amparo conjunto por lo que la empresa pudo seguir trabajando. Sin embargo la cuestión es que los muchachos de la multinacional verde y los de la multinacional del oro obviaron lo importante. Y lo importante reside en la calle San Martín de la ciudad de Buenos Aires y se completa con la casa Rosada en el despacho de un tal Fernández.

Es la política la que tiene responsabilidad en la reglamentación de la ley y el juego de Juan José Mussi salió perfecto para que los muchachitos verdes saltaran a la cordillera sanjuanina. Casi de manual de los 70 en la militancia a puro impulso. Mussi es pillo y los mandó bien lejos. En definitiva si Greenpeace hubiera querido incidir, el container lo tendrían que haber puesto en la calle San Martín. Allí reside el meollo de lo que no se discute en un polvoriento camino de acceso a una empresa. Como en la canción de María Elena Walsh el tema es que se olvidaron el cuchillo y cazaron con tenedor.

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