Julio López
está desaparecido
hace 6442 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

El Aromo n° 60: "La Revolución en marcha" [Myo/Jun. 2011]
Por Razón y Revolución - Friday, May. 13, 2011 at 4:27 PM
info@razonyrevolucion.org


142fc496eac1104b24ae30fdcb1cffa1.13554536243

El Aromo
Periódico Cultural Piquetero
Año IX - Número 60 - Mayo/Junio de 2011


"La Revolución en marcha"




PDF - VERSION IMPRESA



Razón y Revolución
Organización Cultural


Editorial: Nuestro Horizonte



De cara a una victoria casi segura del kirchnerismo en las próximas elecciones del 23 de octubre, se plantea un escenario favorable al bonapartismo K. El gobierno se sobrepuso a la crisis del 2008-2009, cuando se encontraba en medio de la crisis mundial y sin una base social de masas que respondiese directamente al gobierno. La economía, lógico, fue la que lo ayudó a salir. De aquel entonces hasta ahora, puso manos a la obra en el principal propósito pendiente: la conformación de un movimiento político propio con base real, el tercer partido burgués de masas en Argentina.

“Hay que profundizar el modelo”

Frase que no se cansa de repetir Cristina en cualquier presentación. No obstante, es cierta si por “modelo” entendemos el bonapartismo. Durante toda la década pasada, dijimos, una de las características de los K fue la falta de un cuerpo militante propio acorde a las tareas. Ello es una desventaja a la hora del combate político, sea con fracciones de la burguesía opositaras, sea con fracciones revolucionarias de la clase obrera. Como vimos, las bases económicas para este propósito, por el momento, le permiten pensar seriamente en ello. Veamos sobre qué otros pilares se erige este bonapartismo.

Uno de los cambios en que se viene trabajando, y lo señalamos, es la utilización de la represión. Por lo tanto, Cristina precisa de la violencia (burguesa) para aplastar cualquier tipo de conciencia revolucionaria que surja: ahí está el caso de las patotas (vea el artículo en el LAP). Por otra parte, el Gobierno mantiene un aparato estatal asistencial gigantesco que con el tiempo va in crescendo (vea el artículo de Tamara Seiffer): una cantidad formidable de planes, asignaciones, etc., cuyo monto es una vergüenza, pero que se otorgan a una población considerable como para evitar una rebelión. Un tercer pilar, como requisito, es la lucha ideológica. El gobierno montó un aparato cultural como ninguno de sus antecesores en democracia había intentado. El objetivo es entrar en la conciencia de la población, convenciéndola de que el kirchnerismo es la mejor opción o, a lo sumo, la única que existe. Se miente, se oculta y se embellece la miseria. Se trata de grupos que se van dando una tarea en el campo moral e intelectual. El kirchnerismo entendió muy rápido que la cultura es lucha.

Todo esto nos muestra algo que subyace al fenómeno, que no es perceptible a primera vista, pero que es central: si tiene que pegar, pagar y aturdir en tamañas proporciones, es porque las cosas no parecen situarse naturalmente allí donde el gobierno quiere que estén. La conciencia de clase está aún viva y latente. Por lo tanto, el kirchnerismo tiene que combatirla pegando, pagando y aturdiendo.

Como explicamos más de una vez, este armado es frágil: no se han solucionado los principales problemas de la población y este precario esquema económico está atado a la soja y (ahora) a la deuda externa. Con respecto a la asistencia, es un arma de doble filo. Cuando el gobierno se quede sin plata y ponga en cuestión los planes, veremos movilizarse a toda esa fracción y volveremos a un escenario previo al 2001. Hay una rebelión “congelada”, que no ha sido disuelta y que está allí, al acecho.

Pasar el invierno

El kirchnerismo es endeble, pero está a la ofensiva. Aunque dure poco tiempo, unos pocos años pueden ser vitales en la lucha de clases. En ese contexto, no basta con augurar la crisis: hay que saber cómo y con qué armas enfrentar al enemigo mientras tanto. No estamos en una situación contrarrevolucionaria, como durante el menemismo, pero asistimos a una etapa en la cual el programa nacionalista se revela como una fuerza poderosa, en términos de conciencia y de fuerza moral. Digámoslo crudamente: se viene un tiempo difícil para la izquierda, al menos hasta que el yuyo y la deuda dejen de dar su maná.

En ese contexto, hay que prepararse seriamente para la próxima tormenta. Anunciar la caída inminente del gobierno sirve para conseguir una inyección de energía inmediata, pero, en el mediano plazo, es la forma más segura de desmoralizar militantes que son el elemento que hay que preservar y construir. Es el momento de priorizar el trabajo de largo aliento en función de conseguir resultados permanentes. Se trata de una de las tareas más difíciles, pero por ello una de las más importantes. Son aquellas que no pueden improvisarse cuando todo realmente estalla: un deportista no puede adquirir la mejor técnica en una final olímpica. En un artículo de 1997, escrito en plena contrarrevolución, planteamos algunas de ellas. (1) El sentido profundo de lo que propusimos es la necesidad de la construcción del partido. En concreto: el programa y los cuadros.

Un programa es la comprensión científica del mundo. En nuestro caso, qué es lo que se debe transformar y cómo hay que hacerlo. Para ello, hay que conocer la Argentina en el contexto mundial, su historia y la de la clase destinada a tomar el poder. Se deben desechar problemas falsos, enfrentar los reales, darles una explicación científica y una solución razonable. Eso implica, sentarse, estudiar y abandonar la comodidad de las fórmulas. Hay que evitar la tentación de ceder ante el nacionalismo y el populismo. No obstante, con eso no basta: hay que llevar todo esto a la cabeza de los compañeros, lo que requiere la construcción de una cultura socialista. Es momento de dar un espacio a las tareas teóricas y de propaganda, allí donde las agitativas parecen consumirlo todo.

Esta “pausa”, además, debe ser aprovechada para capacitar a los combatientes y crear una fuente menos esporádica y más duradera de energía militante. La formación intelectual y moral es una tarea urgente. Es necesario dar una educación a los futuros cuadros y evitar que caigan en el peor de los lugares: la desilusión. Es decir, el sentimiento que se experimenta cuando algo no responde a las expectativas que se habían creado. Hay que inmunizar a los compañeros contra ese mal, explicándoles las cosas crudamente. No se ayuda cuando se habla de algún episodio puntual como la toma del Palacio de Invierno.

Hay un comienzo promisorio: se ha evitado la dispersión. Es saludable observar que la unidad que han mantenido las principales organizaciones de izquierda (PO-PTS-IS) en los episodios más importantes de la lucha de clases, aparezca cristalizada para pelear en las elecciones (es una lástima que el MAS se haya negado a incorporarse). Hablamos del Frente de Izquierda y de los Trabajadores. El FIT constituye un freno al avance kirchnerista sobre la izquierda. Es, por lo tanto, un elemento valioso para el conjunto de la clase obrera argentina.

Sólo pensando en el largo plazo (que es el menos atractivo para pensar) y sopesando en forma madura cada convulsión, estaremos construyendo los dos pilares fundamentales de la revolución argentina: el programa y su dirección. Debemos hacerlo por una razón sencilla: no falta mucho para que la historia nos vuelva a tomar examen. Ellos no tienen más que ofrecer que esto que vemos todos los días. Es todo, es poco y es fugaz. Nosotros, en cambio, tenemos la fórmula del futuro.



Nota
(1) Sartelli, Eduardo: “La larga marcha de la izquierda argentina”, en Razón y Revolución, nº 3, Invierno de 1997, Buenos Aires.










ÍNDICE

Nuestro horizonte
Editorial
Sebastián Cominiello

Reformismo armado.
Sobre la esencia política de Montoneros
Julieta Pacheco

Desde arriba y con ropa prestada.
Las bases políticas del kirchnerismo en Entre Ríos
Rodolfo Leyes

La envidia del duhaldismo.
Prontuario de los candidatos kirchneristas en La Pampa
Gonzalo Folco

Movilizados y organizados.
El retorno de los crímenes policiales y la conciencia de la clase obrera en Río Negro
Gerardo Wilgenhoff y Mariana Ávila

Patriotismo de baja estofa.
Reseña de Belgrano, la película, de Sebastián Pivotto, con Pablo Rago y Valeria Bertuccelli.
Santiago Rossi Delaney

Las lecciones de la derrota.
Presentación del libro Una espada sin cabeza. Las FAL y la construcción del partido revolucionario en los ’70,
Stella Grenat (Autora)

Tubos para hoy, hambre para mañana.
Las claves del desarrollo histórico de Siderca, la empresa insignia del grupo Techint
Juan Kornblihtt

¿Siderca es un monopolio?

Juan Kornblihtt

El macartismo, la guerra fría y la lucha cultural.
Extractos del prólogo a "Tiempo de canallas", de Lillian Hellman
Eduardo Sartelli

Combate a la distancia. '
La narrativa de Andrés Rivera, entre dos 'Precios
Rosana López Rodriguez

La máquina de subsidios.
La clase obrera argentina y la política asistencial
Tamara Seiffer

Gracioso, pero insulso.
Reseña de la obra Yo amo a mi maestra normal, de Juan Pablo Geretto
Romina De Luca

Una razón para vivir: vencer
Clásico piquetero
Víctor Serge


SUPLEMENTOS

Taller de Estudios Sociales - TES

El guardián del campo.
Historia sindical de Gerónimo “Momo” Venegas
Sebastián Cominiello

Haciendo de la miseria…progresismo.
Acerca del proyecto de ley kirchnerista para el trabajo doméstico
Ianina Harari

Finde en el country.
Las condiciones de trabajo en el servicio doméstico
Tamara Seiffer

Azúcar negro.
Tercerización, flexibilización y accidentes de trabajo los ingenios El Tabacal y La Esperanza
Julia Egan


Laboratorio de Análisis Político - LAP

Preso Patti, libre Garré.
Sobre el proyecto de reforma policial del Ministerio de Seguridad
Valeria Sleiman

Guardianes del propio rancho.
El uso de patotas contra la lucha de los tercerizados estatales
Cristian Morúa, Georgina Andrada y Santiago Ponce

Los “muchachos”...
Disposición y reacomodamiento de las huestes cegetistas en San Luis
Cristian Funes

Otra (misma) crítica a Rojas.
Jorge Altamira contra el libro de Diego Rojas.


Un enemigo original.
El verdadero rostro del indigenismo en Bolivia
Nicolás Grimaldi


Observatorio Marxista de Economía - OME

El falso debate sobre la distribución del ingreso.
Mientras gobierno y oposición discuten sobre las cifras del INDEC, acuerdan en aumentar la explotación
Betania Farfaro Ruiz

Echale la culpa al yuyo.
La Enfermedad Holandesa y los límites de la industria argentina
Fernando Dachevsky

Evidencias de Venezuela e Irán

Fernando Dachevsky

Japón 2011:
Cuando el capitalismo se realimenta con la fuerza destructora de la naturaleza
Osvaldo Regina


Gabinete de Educación Socialista - GES

La marcha de la bronca.
A propósito de la marcha blanca docente de mayo de 1988
Romina De Luca y Carlos Di Paolo

Malos, locos y armados.
La violencia en las escuelas de Argentina y Brasil
Natalia Álvarez Prieto

La superreacción.
Reseña de la película 'Waiting for Superman', de Davis Guggenheim (2010)
Natalia Álvarez Prieto





Razón y Revolución
Organización Cultural

agrega un comentario