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Del orden de lo sagrado: evangelizar o kulxunizar
Por Fuente: Verónica Azpiroz Cleñan - Wednesday, Sep. 28, 2011 at 12:59 AM

Del orden de lo sagr...
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Desde hace un año nuestra organización decidió entrar en vínculo con la institucionalidad del Estado Argentino, que se ocupa de las políticas públicas para pueblos originarios, el INAI.
Es de importancia destacar, que el INAI fue hasta hace dos años, el ultimo reparto de ravioles cuando se ganaba una elección nacional. Lo último para repartir eran “los indios” y quien ocupaba la presidencia del INAI llegaba generalmente sin distinguir un qom de un mapuche, un quechwa de un guaraní y peor aún, sin saber la diferencia legal entre comunidad, organización, ong u federación de organizaciones.
Le tomaba entre uno o dos años encontrar la cancha y luego, generalmente venia otro recambio de gestión.
No es ninguna novedad que las democracias republicanas en América Latina son de baja intensidad, por lo cual, lo que marca la gestión pública es la inestabilidad de los cargos públicos y las políticas que se diseñan. En esa fiesta de baja intensidad se hacían un banquete los viejos dirigentes indígenas surgidos del contrafestejo del 92.
En otro espacio, en el norte, se gestaba mientras tanto la agenda de la aboriginalidad por parte de los organismos multilaterales de crédito: Banco Mundial y BID que imponía a los estados cipayos cuáles eran los puntos estratégicos para desarticular, llamase pueblos o territorios: muestra de esto fue el proyecto DCI (desarrollo de comunidades indígenas) en el cual los pueblos mapuches, quechwa y diaguita fueron los elegidos para desacelerar los procesos de autonomía política y territorial. Lo mismo sucedió en Chile con el programa Orígenes. Mismas receta, mismo desenlace (no somos tan distintos: guluches y pwelches). Método: inyección de dinero a las comunidades más rebeldes para “distraer” el foco de conflicto. Resultados: dirigentes sospechados de corrupción, distanciamiento de la dirigencia indígena de las autoridades espirituales y religiosas tradicionales, retroceso en la recuperación territorial, ausencia de discusión política al interior de los pueblos indígenas. Discusión sobre la dirección y el ritmo de la reconstrucción del poder de nuestros pueblos, en un contexto de globalización financiera, reordenamiento de los bloques regionales: UNASUR, ALBA, Mercosur, estados nacionales que se están refundando sobre otros paradigmas. No es el Estado de Bienestar, no es el estado laissez-faire, no son los totalitarismos populistas: el Estado Plurinacional de Bolivia por ejemplo, con sus luces y sombras.
Pero en el 2010 algo mutó en las políticas públicas destinadas a pueblos originarios, en el Bicentenario Argentino. Este tenía que dar cuenta de qué modelo de sociedad y de Estado quería para los próximos cien años más. Algo de revisionismo histórico tuvimos.
Peleas más, peleas menos, varias organizaciones antiguas indígenas se partieron en dos, en tres, en todos los fragmentos posibles para posicionarse frente a la nueva realidad política: el kirchnerismo, o el peronismo del bicentenario. Terminó todo en una gran pelea de gallos que todavía tiene coletazos en el reacomodamiento de fuerzas al interior de las comunidades y los históricos lenguaraces que negociaban en la superestructura política.
Aun no sabemos si el Estado debe ser plurinacional, intercultural, multicultural o cómo porque en el movimiento indígena en Argentina no se discute política. Repito: hay pelea de gallos.
Lo cierto es que, a pesar de lo dicho, las comunidades en sus territorios y la joven dirigencia indígena avanza en la concretización de sueños y esbozos de política indígena para la salud y la comunicación.
La participación indígena en la discusión de la ley de medios de comunicación fue importante no por el capitulo destinado a nuestros medios como resultado, sino porque se entendió que el escenario político de los medios son el agora griega para disputar poder en los territorios, y de esta manera construir un aparato ideológico que sostenga: la recuperación del mismo, el paradigma del Küme Felen o Buen Vivir, la medicina tradicional indígena, la oficialización de las lenguas indígenas y su enseñanza desde el nivel inicial entre otras luchas.
Así como la primavera trae nuevos brotes, así este nuevo ciclo del movimiento indígena en Argentina, signado por el contexto externo, ensaya un modo nuevo de restitución de tierras de la mano de una revisión histórica sobre el rol que jugó la última Dictadura Militar con la Iglesia Católica para el despojo de tierras en Los Toldos.
Despojo realizado con la ley de posesión ventiañal con la cual, el Obispado de 9 de julio, obtuvo un titulo de propiedad para levantar una capilla para evangelizar a las comunidades mapuches en Los Toldos. Más de un siglo de evangelización, no pudieron con nosotros. Luego de 6 años de conflicto con las Hermanas de la Caridad y el Obispado de 9 de julio, nuestra organización con el apoyo del INAI recupera un mínimo del territorio ancestral bajo la forma de restitución. Nuevo ciclo, nuevo brote.
Después de 168 años se levantó un kulxug para bajar una cruz.
Después de 6 años de conflicto, la organización mapuche Epu Bafkeh, podrá levantar un Centro de Medicina Tradicional Mapuche y de la Memoria. Mostrando así, no solo una larga disputa religiosa entre mapuchizar o evangelizar, sino marcando un camino colectivo, comunitario para la recuperación del territorio material y sagrado.
Aun el ritmo del kulxug suena con toque de liberación.
Aun los ecos del kulxug de la última machi en Los Toldos, se escucha llamando a unirse al sueño de Kajfükura.
Verónica Azpiroz Cleñan
Org. Mapuche Epu Bafkeh

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