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NAHUEL MORENO - A 25 AÑOS DE SU MUERTE: ¡SIGAMOS SU LUCHA!
Por Convergencia de Izquierda - Wednesday, Jan. 25, 2012 at 1:48 PM
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Se cumplen 25 años de la muerte de Nahuel Moreno, cuando la enorme crisis del mundo capitalista imperialista pone a la orden del día a la revolución mundial como una necesidad para las masas obreras y populares.

CONVERGENCIA DE IZQUIERDA

NAHUEL MORENO
A 25 AÑOS DE SU MUERTE
SIGAMOS SU LUCHA

25 de Enero de 2012

Se cumplen 25 años de la muerte de Nahuel Moreno, cuando la enorme crisis del mundo capitalista imperialista pone a la orden del día a la revolución mundial como una necesidad para las masas obreras y populares.
Tras décadas de reformismo, Europa se derrumba y sus trabajadores salen otra vez a la calle, como lo hicieron entre 1917 y 1923, y en la inmediata posguerra.
Esa es la importancia de la coyuntura en la que hemos entrado: la más grave crisis económica mundial desde 1929, detonadora de la primavera árabe, de una situación revolucionaria en Europa, de movilizaciones inéditas en Estados Unidos y de pueblos que se levantan por la defensa de los recursos naturales. Vivimos momentos históricos.
¿Cómo recordar a Moreno en estas circunstancias? Sin lugar a dudas, como el dirigente que dedicó toda su vida a la construcción de un partido y de una organización internacional obrera y revolucionaria. Contradictoriamente, la corriente que él fundó hoy está atravesada por una profunda crisis. ¿Por qué, entonces, lo recordamos hoy?
Los últimos 25 años han sido tan intensos, que nos permiten hacer una primera valoración de su aporte teórico y político. Es muy común encontrar que quienes lo reivindican, hacen una tajante separación entre su papel como constructor del partido y sus elaboraciones teóricas y políticas. Para nosotros, existe una unidad entre las dos cosas: no hay acción revolucionaria sin una teoría y un programa revolucionarios. Por eso hoy, a pesar de la crisis de su corriente, creemos que el conjunto de su programa, sus aportes teóricos y su método, están más vigentes que nunca.

Pronóstico
En 1986, un año antes de su muerte, en una larga entrevista que se plasmó en el libro "Conversaciones con Nahuel Moreno", hizo reflexiones sobre cómo veía el futuro de la revolución mundial.
En ese momento, Thatcher y Reagan dominaban la arena política, se hablaba de la tercera guerra mundial, los mineros habían sido derrotados en Gran Bretaña, empezaban más de veinte años de ofensiva neoliberal y la Unión Soviética retrocedía bajo el peso de la carrera armamentista.
Ante ese panorama, una corriente pesimista o escéptica, se preguntaba si era posible un avance de la revolución mundial. Moreno escribió: "Si me demostraran que las masas trabajadoras de Estados Unidos van a tener una mejoría de su nivel de vida, sería un pesimista. Pero las leyes del capitalismo son inexorables, llevan a la burguesía yanqui a explotar cada vez más a sus propios trabajadores, no solo a los de los países dependientes. Por eso no veo motivo para ser pesimista, o decir que las masas de los países adelantados no van a luchar. Y cuando lo hagan, cambiará toda la situación, porque las masas norteamericanas, cada vez que han entrado en lucha, han sido las más combativas del mundo".

La revolución política y el estallido de la revolución en Europa
Apenas dos años después de su muerte, la revolución política, esa hipótesis planteada por Trotsky en los años treinta, se hizo realidad y el aparato stalinista se derrumbó a escala internacional.
Una ola de escepticismo recorrió el mundo. La mayoría del movimiento trotskista interpretó que se había producido una derrota histórica. Haciendo un análisis economicista, no reconoció que, con todos los matices, se había hecho realidad la destrucción de los regímenes burocráticos totalitarios, logrando enormes conquistas democráticas y la unificación de Alemania, pero que, como había previsto Moreno, la revolución política se dividió en dos: una etapa democrática, que dio paso, después a una etapa de lucha directa contra la restauración capitalista, etapa en la cual estamos hoy.
La realidad se encargó de desmentir a los escépticos. Apenas veinte años después, en 2009, estalló la mayor crisis capitalista desde 1929, provocando la entrada en escena de los trabajadores europeos y de Estados Unidos, como los grandes protagonistas de la lucha de clases mundial. Si los hechos de 1989 hubieran sido una derrota histórica, la crisis de 2009 sería inexplicable.
Por eso, lo que está pasando en Europa y en Estados Unidos confirma los pronósticos centrales de Moreno. La Unión Europea, el mayor proyecto económico de integración capitalista, estalló. ¿Quién hubiera imaginado, en 1987, que Wall Street fuera ocupada por los indignados? ¿Quién hubiera imaginado la huelga general del 30 de noviembre en Gran Bretaña, la mayor acción de la clase obrera en treinta años, la ocupación de la Puerta del Sol y de la Plaza Syntagma por los indignados, las huelgas generales en Portugal e Italia, las grandes movilizaciones en Francia, todo casi al mismo tiempo?
La importancia de lo que estamos viviendo nos supera. La realidad echó por tierra las mentiras de todos los que predicaron el triunfo del capitalismo en los últimos veinte años. El capitalismo imperialista se agita en una crisis tremenda cuyo destino está en las manos de las masas obreras y populares, de los jóvenes que ganan las calles para luchar. Los trabajadores tuvieron que salir a pelear “como gato panza arriba”, como le gustaba decir a Moreno, para defender sus jubilaciones, sus vacaciones, sus jornadas de ocho horas, mientras los estudiantes son la vanguardia de la lucha por el derecho a la educación. Hay una revolución en la cabeza de los trabajadores europeos y norteamericanos que despiertan después de medio siglo de paz social, y de las masas juveniles que se forman en este nuevo orden de cosas.
Moreno decía que, durante la posguerra, la lucha de clases había abandonado Europa para dirigirse a los países del Tercer Mundo, donde la clase obrera había dejado de ser la protagonista. Guerrilleros, campesinos, sectores populares, fueron los protagonistas de la movilización. Por fin, después de medio siglo, la lucha de clases ha retomado su curso.

La dirección revolucionaria
La realidad ha dado más de lo que el mismo Moreno hubiera imaginado. ¿Pero dónde están los Lenin, los Trotsky, los Liebknecht, las Rosa Luxemburgo de esta revolución? ¿Acaso no estamos condenados, porque en el momento de mayor ascenso, atravesamos la mayor crisis de dirección, la inexistencia de un partido revolucionario con influencia de masas que dirija este proceso hacia el triunfo de la revolución socialista?
Claramente ese partido no existe. En nuestro país, el partido forjado por Moreno se dividió y hoy existen múltiples organizaciones . A nivel internacional es panorama es aun más complicado.
Pero como planteaba Trotsky, las leyes de la historia son más fuertes que las de los aparatos.
Moreno decía en 1986 que "el trotskismo ha podido penetrar con fuerza en el movimiento obrero y adquirir influencia de masas en las etapas revolucionarias, cuando los trabajadores con sus movilizaciones se acercan a su programa", y señalaba que el trotskismo "es el programa que la clase obrera debe aplicar para conducir a todos los explotados del mundo", y que el trotskismo "acompaña al proletariado como la sombra al cuerpo".
Por eso hoy, en Europa, una importantísima fracción de los activistas y dirigentes de las huelgas en Francia, Gran Bretaña, Italia y Grecia, son trotskistas.

Construir el partido, la tarea más difícil
La tarea de construir un partido revolucionario se ha revelado la más difícil de todas. El trotskismo se hizo fuerte luchando contra el stalinismo y contra las dictaduras de todo tipo, pero al triunfar las revoluciones antidictatoriales en casi todo el mundo, la lucha contra los gobiernos democráticos que las sucedieron resultó ser mucho más compleja.
La democracia burguesa ha resultado ser un enemigo formidable, con sus mecanismos de cooptación, que han provocado la capitulación y la adaptación de gran parte de los partidos trotskistas.
Pero a pesar de esos inmensos obstáculos, la fuerza de la realidad está brindando la materia prima para la construcción del partido revolucionario. En las calles de Nueva York, Londres, Atenas, Roma, París y Moscú, en las huelgas del Canal de Panamá, en la lucha de Famatina, en las manifestaciones estudiantiles de Chile y Colombia, se están formando los nuevos dirigentes que continuarán la lucha de Lenin, de Trotsky y de Moreno.
Hoy, cuando la lucha de clases mundial ha vuelto a su carril, cuando los trabajadores más avanzados del mundo están en las calles enarbolando consignas revolucionarias, Nahuel Moreno debe ser reivindicado por lo esencial de sus contribuciones teóricas y políticas, porque nos colocó en la ruta correcta y nos dio las herramientas para comprender lo que está sucediendo y para construir un partido revolucionario nacional e internacional, para repetir la hazaña de 1917.
Si Nahuel Moreno viviera, hoy estaría en Syntagma, en la Puerta del Sol, en las calles de Londres, en Wall Street o en Famatina. Por eso, el mayor homenaje a su memoria es acompañar esas inmensas luchas y construir el partido por el cual él tanto luchó.

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