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Debate sobre la re-nacionalización de YPF
Por Atilio A. Boron -
Thursday, May. 10, 2012 at 5:02 PM
SEPLA es la sigla de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico, una red de economistas y, en general, científicos sociales, de izquierda de América Latina y el Caribe. Mantiene un muy activo intercambio de notas de investigación y artículos sobre temas de actualidad. Para comunicarse con la red SEPLA dirigirse a sepla_activos@googlegroups.com. Días atrás hubo una interesante confrontación de opiniones entre dos miembros de la red acerca del tema Repsol-YPF, razón por la cual creo conveniente compartirlo con los lectores de mi blog. ¡Que cada cual saque sus propias conclusiones!
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“Reflexión sobre la expropiación de YPF”
Antonio
Elías *
¿Qué
piensa de la expropiación de YPF en Argentina?
1.-
¿Es correcto el camino utilizado?
Es
correcto, en el marco de su soberanía fija límites a las maniobras de una empresa
transnacional que, como toda empresa capitalista, opera para maximizar beneficios,
sin considerar los intereses nacionales y populares. En este caso con dos agravantes:
maximizaba los beneficios de corto plazo a distribuir reduciendo al mínimo las
inversiones; trasladaba esos beneficios a la casa central en el exterior.
2.-
¿Hay que apostar al control estatal de los recursos naturales?
Si,
los recursos naturales son una parte fundamental del patrimonio de cualquier
nación, más aún cuando, como en el caso del petróleo, son recursos no renovables.
La explotación de estos recursos debería potenciar el desarrollo económico,
en su definición de crecimiento con redistribución progresiva del ingreso. Por
un lado, porque los ingresos que genera su venta permitirían invertir en otros
sectores productivos; a la vez, que permitiría planificar la disponibilidad
de energía en el mediano y largo plazo, a través de inversiones que garanticen
una oferta estable de combustible a la economía nacional.
3.-
¿Soberanía vs inversión extranjera?
La
inversión extranjera realizada en los marcos estipulados en los tratados binacionales
de “protección recíproca de inversiones” y amparada en el mecanismo de solución
de controversias del Banco Mundial, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones (CIADI), genera condiciones para que las transnacionales
busquen imponer conductas empresariales lesivas para los estados nacionales.
Cuando los estados aceptan y le reconocen al inversor extranjero un estatus
cuasi “de sede diplomática” estos últimos adquieren un nivel de impunidad que
degrada la soberanía nacional.
4.-
¿Qué hacer con los tratados internacionales?
No
se debería firmar ningún tratado que comprometa la posibilidad de que el Estado
actué ante políticas empresariales que afecten el interés nacional. Más aún,
no debería existir ninguna diferencia en la capacidad del Estado para regular
y aplicar las sanciones que correspondan a empresas nacionales o transnacionales.
La
lucha de pueblos y naciones evito que en el 2005, en Mar del Plata, se firmara
el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) que impulsaba Estados Unidos.
Pero, lamentablemente, ese gran acuerdo supranacional fue sustituido por la
firma de múltiples tratados bilaterales de protección de inversiones y
de libre comercio.
Con
estos tratados, además, los problemas entre un estado nacional y una empresa
transnacional se transforman, fácilmente, en conflictos entre estados.
5.-
¿Nacionalización o cortina de humo?
El
gobierno argentino ejercido por los Kirchner se ha caracterizado por mantener
una política económica heterodoxa, claramente diferenciada de los lineamientos
de los organismos internacionales - como las que llevan adelante sus socios
del Mercosur -, aunque simultáneamente se profundizo la apertura a la inversión
extranjera directa. Más aún, en este caso la “nacionalización”, consistiría
en “expropiar a una transnacional”, una parte de una Sociedad Anónima, para
hacer un contrato de explotación con otra transnacional que realice las inversiones
necesarias para garantizar la explotación de nuevos yacimientos.
6.-
¿Es este un nuevo camino del antimperialismo?
No,
no lo es, salvo que sea parte de una estrategia con objetivos mayores que desconocemos.
Esta expropiación es una medida puntual contra una empresa transnacional
que no funciona de acuerdo a los intereses nacionales definidos por el gobierno
argentino. Es una medida soberana - ejercida dentro del marco legal de la República
Argentina - valiente y respetable, pero no se inscribe, al menos por ahora,
en un proceso de nacionalizaciones o estatizaciones contra el capital transnacional
o las potencias centrales. Pretende sí, de acuerdo a lo declarado, subordinar
o, al menos, conciliar los intereses de las transnacionales con los intereses
nacionales, lo cual no es poco.
Lo
anteriormente señalado, obviamente, no niega el uso político de esta medida
que hace el gobierno argentino para acrecentar su base social a partir de la
defensa de la nación.
El
gobierno español, desde el otro lado de la controversia, hace exactamente lo
mismo. La diferencia fundamental entre uno y otro, es que el gobierno argentino
tiene el legítimo derecho de hacer lo que hizo, en cambio el español -de rancia
derecha política - se identifica con la empresa Repsol, desconoce la legitimidad
de Argentina y muestra y la vieja hilacha colonialista, autoritaria y expoliadora
que caracterizo a la mal llamada “madre patria”.
7.-
¿Sufrirá Argentina represalias por estas medidas?
Por
supuesto que sí: el poder que es efectivamente cuestionado recurre, casi mecánicamente,
a una política de castigos ejemplarizantes para evitar que el precedente,
“expropiador” en este caso, se repita en otros ámbitos o países.
El
gobierno de Madrid está convocando a la Unión Europea a una cruzada contra los
“infieles expropiadores” argentinos, pero puede existir mucha distancia entre
las “amenazas” y las posibilidades reales de cumplirlas. Incluso cumpliendo
las amenazas estas pueden no tener el efecto destructivo esperado. No
se puede olvidar que Argentina declaró el “default” en 2001 y a pesar de los
anuncios de represalias financieras y catástrofes económicas ha sido uno de
los países que más creció en la última década en América Latina. Sin duda creció
mucho más que Uruguay y Brasil, fieles defensores de lo ortodoxia y la “buena
letra”.
8.-
¿Cómo deben actuar los otros países latinoamericanos?
En
principio, y por principios, apoyando plenamente al gobierno argentino en su
derecho soberano a tomar las medidas que entienda conveniente en el marco de
su Constitución y sus leyes. Esto sin desmedro de compartir o no los fundamentos
expuestos para tomar la medida.
Lo
que es inaceptable y vergonzoso es que haya quienes quieran aprovechar este
contencioso para captar inversiones extranjeras que hoy tienen como destino
la Argentina con el lamentable argumento de que acá pueden hacer lo que quieran
asegurando que “ni los vamos a expropiar ni le vamos a doblar el lomo con impuestos.”**
(*)
Miembro de la Red de Economistas de Izquierda de Uruguay (REDIU) y Presidente
de la Sociedad Latinoamericana de Economía Política y Pensamiento Crítico (SEPLA).
(**)
José Mujica, declaración ante los empresarios extranjeros, 11 de febrero de
2010, reafirmado ahora por voceros del gobierno.
Publicado
en el semanario “Voces”, Montevideo, el 26 de abril de 2012
_______________
Estimadas
y estimados, el artículo que enviaran con las reflexiones sobre la expropiación
de YPF me deja un sabor un poco amargo, y con la necesidad de elaborar
una respuesta (que escribo a continuación).
“Discrepancia
sobre YPF”
Luis
Lafferriere
Las
afirmaciones de Antonio Elías sobre la decisión de expropiar el 51% de las acciones
de Repsol por parte del gobierno argentino son (en mi modesta opinión) bastante
relativas y criticables, y no van al fondo de la cuestión.
No
se puede afirmar que la decisión se toma en el marco de una supuesta soberanía,
ya que en el conjunto de las leyes y las políticas oficiales vigentes, las principales
beneficiarias de los recursos hidrocarburíferas argentinos son y siguen siendo
las grandes transnacionales extranjeras (y donde nuestra soberanía brilla por
su ausencia).
Es
falso también el argumento de que la decisión obedece a que la empresa no reinvertía,
ya que fue el propio gobierno el que generó esa situación, cuando armó el ingreso
del grupo Esquenazi (empresario amigo K) que se quedó con el cuarto del paquete
accionario sin poner un peso, puesto que su parte se pagaría con los aumentos
de combustibles (que pagamos todos los argentinos) y con la distribución de
las mayores utilidades logradas a través de esos aumentos.
Y
por otro lado, no es sólo Repsol quien distribuye sus utilidades sin reinvertir,
sino que todas las empresas del sector trasladan sus ganancias al exterior,
y sólo se tomó el capital de una empresa de un país en decadencia (al resto
ni se los tocó).
La
'nacionalizada' YPF seguirá siendo una Sociedad Anónima sin control del Estado,
en manos de De Vido y su gente (sospechados y acusados de numerosos actos de
corrupción). Para “reafirmar la soberanía argentina” ahora sale a buscar inversores
de los Estados Unidos. Ya se sabía de conversaciones con la Exxon y la
Chevrón, grandes transnacionales piratas del centro del imperio. No es casualidad
que la decisión de expropiar el 51% de las acciones de REPSOL se haya tomado
al día siguiente de la reunión que tuvo nuestra Presidenta con Obama.
Ahora
cambiamos el socio mayor, con las mismas normas entreguistas de Menem y Kirchner.
Los decretos de desregulación de los años '90 siguen vigentes, lo mismo que
las leyes que en este siglo le dieron más beneficios a las transnacionales.
Eso garantiza que la renta de las riquezas hidrocarburíferas seguirá acaparada
por las empresas extranjeras, y que los precios de los combustibles y las tarifas
seguirán subiendo. Y nosotros contentos con el cuento (el popular relato K)
de que somos soberanos.
Respecto
de la supuesta política heterodoxa del actual gobierno y diferenciada de los
lineamientos de los organismos internacionales, es muy discutible. La deuda
pública de origen fraudulento, que ya se pagó varias veces, sigue siendo pagada
puntualmente (sólo una parte de los intereses, ya que ni siquiera alcanza para
cubrir ese concepto, y por lo tanto crece cada año más de 10 mil millones de
dólares). Continuar pagando el tributo a los usureros sin siquiera auditar la
deuda (a pesar de denuncias y fallos judiciales que desnudan la ilicitud) no
es una muestra de heterodoxia.
Los
recursos naturales del país siguen estando al servicio de la acumulación y el
saqueo de las grandes corporaciones extranjeras. Los planes asistencialistas
y clientelares son impulsados y financiados por el Banco Mundial. Se sancionan
leyes represivas por presión de los países centrales. Se mantienen los tratados
bilaterales de protección de las inversiones y la jurisdicción de los tribunales
del imperio (CIADI). La normativa para la minería permite el saqueo gigantesco
y la destrucción en escala sin precedentes de nuestros bienes comunes, con beneficios
y privilegios que no tienen nuestras propias empresas. Todo eso tiene muy poco
de heterodoxo y está avalado por los organismos internacionales.
Finalmente,
creo que tampoco es acertada la afirmación de que la Argentina sufrirá
represalias por esta medida sobre Repsol, ya que al tratarse de un país capitalista
en profunda crisis y en retirada, no tiene poder como para encabezar una acción
que afecte al país, máxime considerando que el resto de los países centrales
tienen fuertes inversiones en nuestro territorio, y que con esta medida tendrán
aún mayores oportunidades de negocios.
En
síntesis, creo que la decisión del gobierno argentino obedece a una necesidad
imperiosa de caja y de aminorar el gigantesco déficit externo que provocó su
propia política hidrocarburíferas. Pero no modifica sustancialmente la situación
de crisis energética, de dependencia neocolonial y de saqueo de las riquezas
por parte de las grandes transnacionales que controlan la economía del país.
Cordiales
saludos.
Luis
Lafferriere
www.atilioboron.com.ar/2012/05/debate-sobre-la-re-nacionalizacion-de.html