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Cacique Félix Díaz y la defensa de la tierra: "No se compra ni vende, es la vida"
Por El Intransigente.com -
Thursday, May. 31, 2012 at 10:55 AM
Cacique Félix Díaz y la defensa de la tierra: "No se compra ni vende, es la vida. Ahora sufrimos más".
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El líder de la comunidad Qom visitó Salta y reiteró el reclamo de su pueblo por la tierra que les fue quitada. Habló sobre la represión de la policía en Formosa.
SALTA.-Félix Díaz es el cacique de la Comunidad Qom, asentada en la Provincia de Formosa y que resultara procesado por la Justicia federal por protagonizar un corte de ruta en el mes de noviembre de 2010. En aquel momento, ante la falta de respuesta a los reclamos de la comunidad y tomada la decisión de efectuar el corte, fueron violentamente reprimidos por la policía en un episodio que costó la vida de dos personas, un policía y un aborigen, Roberto López.
Desde aquel momento Díaz intensificó sus reclamos a pesar de que fue procesado junto a sus hermanos de sangre, sufrió amenazas y hasta ofertas económicas para dejar su reclamo. Su intransigencia le valió hasta ser despedido de su puesto en el Organismo provincial que se ocupa de los problemas aborígenes. El Cacique Félix Díaz, líder de la comunidad Qom, visitó Salta y conversó con él.
"Pertenezco al pueblo Qom de la provincia de Formosa, que ha existido y sigue existiendo. Nos han conocido como el pueblo Toba, pero nosotros nos animamos a desprender esa imposición que nos hicieron", indicó Díaz.
"Ahora sufrimos más"
En su relato, Díaz evaluó que desde el retorno de la democracia (1983) Nosotros consideramos que desde el 83 hasta ahora han hecho cosas positivas para la comunidad indígena como un reordenamiento territorial y también han subsidiado a la comunidad para adquirir herramientas y maquinarias; así como la inclusión de aborígenes en las escuelas y en trabajos como enfermeros.
Si bien considera que la democracia les dio la posibilidad de poder hablar y criticar, en lo social fue negativo en cuanto a poder denunciar y reclamar ante el Estado y las instituciones que están a cargo de resolver el problema social y territorial, por lo que piensa que es necesario elaborar un nexo directo entre el estado y los líderes indígenas para poder discutir una política social inclusiva de los pueblos indígenas.
“El Ejército Argentino fue mi primera escuela”
Díaz relata que gracias a una resolución a favor de los pueblos indígenas del Ejército argentino pudo tener acceso al DNI y ser inscripto en el Registro Civil; así fue incorporado a las filas del Ejército, y allí tuvo la oportunidad de aprender el castellano, de leer y de escribir. Contundente es su definición en el contraste de situaciones, cuando Díaz dice que “El trato que me dieron en el Ejército no es el trato que hoy sufrimos en la democracia”.
El Ejército para Díaz fue “un pequeño espacio de oportunidad que me dieron” y piensa que “es lo que se debería dar también en esta democracia que hoy estamos viviendo, para que podamos defender la libertad que hoy tenemos”. Porque si bien “La gente tiene todo el derecho de denunciar a los militares, no todos los militares son asesinos y son corruptos. También hay gente buena, es igual que la democracia; uno no puede generalizar los problemas. Entre los indígenas también hay agente buena y otros por los que no vale la pena trabajar”.
La comunidad está compuesta por 800 familias y ocupan un territorio de 5.187 hectáreas y están usurpadas por Parque Nacional, el Gobierno de la Provincia, lo que les deja un total de 3.300 hectáreas, a pesar de que esas tierras están tituladas a nombre de Qom.
El reclamo es por la aplicación de los derechos que fueron consagrados en la Constitución Nacional y también la ley de emergencia, que se creó en 2006 y que aún está vigente hasta el 2013.
"Yo soy autoridad del pueblo Qom, llamado Qarashe. Soy como una estaca que sostiene a la familia, es una figura ancestral", explicó Díaz, quien señaló que "procuramos rescatar lo nuestro y de los pueblos indígenas en general. Retomar lo que es la propia forma de organizarse y la forma de luchar por el derecho colectivo".
El reclamo central es por el territorio "porque es la esencia de la vida, es el medio de vida por el que se subsiste y se ha subsistido por miles de años por el uso de los recusos naturales. Sobre todo la relación espiritual con el territorio, que abarca muchas cosas, como el agua, el monte, la tierra. En esos recursos está la espiritualidad, que tiene que ver con la relación d la naturalez y el ser humano".
"Es un tema complejo que comenzó cuando el Senado y la Cámara de Diputados de la Nación sancionan una ley de emergencia territorial. Ya veníamos sufriendo la manipulación del Estado que quiere disponer de nuestras tierras", indicó.
Féliz asegura que lo que hace el Estado es designar un administrador, que luego avala el despojo del ganado, la tierra. "Es una figura legal que el Esado tiene para decir que nosotros mismos cedimos".El que hace está administración es un asesor que no es indígena
Con respecto a la violencia que sufrió el pueblo Qom el año pasado, señaló: "Nosotros ya nos damos cuenta de la violación de nuestros derechos. Ha sido muy visible la violencia desde el Estado con la distribución de los recursos que destina, los planes sociales, vivienda, en el tema salud. Todo tiene que ver con la política social que el Gobierno de Formosa condiciona el acceso a estos beneficios. Si protestás no te dan nada, te aislan, te persiguen. Cuando uno se arrodilla ante el Estado ahí se normaliza la relación".
"La Provincia tiene una figura que se llama Asociación Civil, que es una personería jurídica como un club social que cada año tiene que renovar la comisión directiva. Esta personería es la titular de nuestras tierras", manifestó.
"Empezamos a informarnos y en el 2008 convocamos a una elección para recuperar esa herramienta y ahí fui elegido", explicó Félix, que indicó que esto no pudo concretarse porque el Estado no lo reconoció. Por esta razón se hizo una denuncia al INADI, pero no fue investigada.
"La policía empezó a instalar destacamentos ilegales en nuestro territorio. Por eso decidimos salir a la ruta, pero no fuimos escuchados. Los que sí se hicieron presentes eran los comisarios que nos acusaban de cometer un delito", dijo.
"Nos pegaron, atropellaron, quemaron nuestras casas. Hubo una resistencia, fue muy triste porque la policía vino armada. Eran 200 efectivos y nosotros éramos 40 indígenas, ancianos y mujeres", recordó. "La tierra es la vida, no se compra ni se vende". (Redacción )
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