Julio López
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"Nuestra batalla por la madre Tierra": la declaración del NOA
Por Contexto - Tuesday, Jun. 12, 2012 at 9:56 AM

La declaración "Nuestra batalla por la madre Tierra" fue el resultado de la conferencia Río+20+NOA=VOS, realizada en Tucumán sobre desarrollo sostenible para nuestra región.

El legislador Ariel García (UCR), presidente del comité organizador del encuentro, señaló a CONTEXTO que la declaración "es el resultado de la participación de los jóvenes, estudiantes, docente, profesores, expositores, disertantes, organizaciones ambientalistas y autoridades gubernamentales. Todos hicieron su aporte, y por eso el Norte Argentino podrá decir presente en la Cumbre Río+20.

El siguiente es el texto completo de la declaración:

“Nuestra batalla por la Madre Tierra”

Declaración de la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible
Río+20+ NOA=VOS

Ciudad de San Miguel de Tucumán 18, 19 y 20 de mayo de 2012

En la sede de la Honorable Legislatura de Tucumán

Hace doscientos años la prioridad fue la libertad de los pueblos de esta región del mundo. Para alcanzar ese objetivo fue precisa la unión y el convencimiento de todo un pueblo, que ya tenía una identidad definida. La Batalla de Tucumán de 1812 fue el hito que unió a los habitantes del norte argentino, y a todo el sur del continente americano.

Hoy, a dos siglos de esos tiempos gloriosos, la batalla es otra. Se trata de alcanzar el equilibrio entre el desarrollo y el cuidado del medio ambiente. De participar en la batalla de la vida, para preservar a la Madre Tierra, y con ello garantizar que siga derramando generosa sus dones sobre quienes habitamos esta parte del mundo.

Nosotros, ciudadanos de las provincias de Tucumán, Santiago del Estero, Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja, integrantes de la región del NOA, venimos a pronunciar ante la sociedad en general, y ante los gobernantes en particular, que hay que seguir el camino del desarrollo sostenible, a fin de garantizar el derecho humano a un ambiente saludable.

Para ello es indispensable que:

• Esta declaración, en consonancia con otras similares del resto del mundo, además de la representación de diversas organizaciones, ayude a fijar una agenda internacional en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible RIO+20, en torno a establecer un marco institucional que haga efectiva la protección de los bienes naturales y un sistema de calificación ambientalmente responsable que regule una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza; que la economía verde tenga como centro al ser humano; que la erradicación de la pobreza sea indispensable para reducir la desigualdad socioeconómica de los pueblos, garantizar el acceso a la información sobre cuestiones ambientales y fortalecer el cuidado del ambiente, a fin de asegurar la preservación del planeta y sus recursos para las generaciones presentes y futuras de todo el mundo.

• La prioridad es la participación, pero por sobre todas las cosas el compromiso de aquellas organizaciones y personas que tienen la responsabilidad, por el rol que desempeñan en la sociedad, a fin de alcanzar el tratamiento y el cumplimiento de leyes relacionadas con el desarrollo sostenible.

• Los proyectos socio-ambientales tienen que involucrar a la mayor cantidad de personas posibles, pero también deben funcionar como un modo de multiplicar la conciencia sobre la importancia de la preservación y el uso responsable de los recursos con los que cuenta la región; la defensa de las nieves eternas y glaciares del NOA; la protección del Acuífero Guaraní, uno de los reservorios subterráneos de agua dulce más importantes del mundo (ubicado en la cuenca del río Paraná y que se extiende bajo los territorios de Uruguay, Paraguay y sur de Brasil), y el consumo sustentable del agua como recurso vital para los seres vivos.

• Uno de los pilares fundamentales para cimentar este modo de pensar el desarrollo sostenible es la juventud. Son ellos los que tienen el potencial para transformarse en la polea de transmisión de un trabajo a conciencia relacionado con el cuidado del ambiente. El planeta responde de acuerdo al modo en que se lo trata, por lo que el paradigma del desarrollo hallará en los jóvenes la fuerza para imponerse como una necesidad vital de nuestro planeta.

• Potenciar los puntos de encuentros (históricos, geográficos y culturales), que unen a las provincias de la región del NOA para canalizarlos también en los problemas ambientales comunes y desarrollar en conjunto las soluciones que garanticen el bienestar de nuestras poblaciones, pero también la salud ambiental.

• Enfocar toda la capacidad profesional y los criterios razonables para hallar la solución a los problemas que aquejan a la región tales como: el crecimiento urbano desenfrenado; la desvalorización del patrimonio histórico; la contaminación visual; el desmonte de selvas y bosques, que degradan cada vez más los biomas y ponen en peligro a distintas especies de plantas y animales; la actividad minera sin el debido control; la utilización de agroquímicos en el sistema agrícola de monocultivo, que provoca el agotamiento y la degradación de los suelos y afecta la salud de la población; la mala gestión en el tratamiento de los efluentes industriales que principalmente contamina ríos y espejos de agua; la ineficiente disposición final de los residuos urbanos; la quema indiscriminada de cañaverales, pastizales y montes; la falta de tratamiento adecuado a los efluentes cloacales y los desechos industriales, que han creado focos de contaminación e infección que atentan contra la salud de los seres vivos y de la naturaleza.

Es por ello que promovemos la creación de un ente en el ámbito correspondiente, para la aplicación del desarrollo sustentable, que promueva políticas productivas en formas progresivas y amigables con el ambiente.
Éstos son los desafíos que tenemos en el presente y en el futuro.

• Una de las claves para generar conciencia es que la educación ambiental se tome de modo formal y de manera obligatoria, como espacio de estudio en las escuelas, colegios, universidades, ámbitos empresariales y organizaciones no gubernamentales. La incorporación a los planes de estudio, en todo el trayecto de formación del niño y del joven, incluso hasta el plano universitario, fortalecerá el cambio de paradigma y permitirá que aquellos que lleguen a desempeñar roles claves en la decisión de las políticas públicas, deban incluir el cuidado del ambiente como una de las prioridades.

• El fomento de los emprendimientos, organizaciones y empresas ambientalmente responsables se tiene que traducir en beneficios tributarios y en la adjudicación de subsidios y asistencia. Por el contrario, se deben cerrar los pasos a aquellos que no realizan ningún esfuerzo por cuidar el planeta, y por consiguiente aplicar las sanciones vigentes.

• Solicitamos que desde los gobiernos se garantice la participación democrática, especialmente en lo que hace a las decisiones que tienen impacto sobre el ambiente, instrumentando la participación de organizaciones y sistemas de consulta que se apliquen de modo permanente.

• Las leyes ambientales que se encuentran en vigencia adolecen de falta de aplicación. Es por ello que solicitamos a las autoridades nacionales, provinciales y municipales, contemplar sus alcances y utilizar las normativas como herramientas que ayuden al desarrollo sostenible. Sólo de esa manera se incorporará efectivamente a la agenda de las políticas públicas este paradigma que busca el mejor modo de utilizar la riqueza natural de nuestra región.

Uno de los mayores desafíos teóricos y políticos de nuestra actualidad es dotar a la economía de conciencia ecológica. Esta acción consiste en encontrar una medida de valor con lo cual expresar los costos de la conservación y la restauración ambiental, y sobre todo sus beneficios.

Es fundamental bregar por el establecimiento de las “Cuentas Patrimoniales Ambientales” en el Sistema de Cuentas Nacionales, con la finalidad de dar valor monetario a los bienes naturales del país, de la región y de las provincias en el registro anual de las actividades económicas productivas.

También es clave lograr la instrumentación y la utilización de la “Huella Ecológica” como unidad de medida para calcular el consumo de recursos biológicos y la generación de residuos durante el ciclo de vida de un producto.

• La información, la difusión de experiencias y reflexiones relacionadas a los temas ambientales no sólo serán positivas para sensibilizar a la comunidad y lograr que se actúe en consecuencia, sino que permitirán establecer parámetros de consumo responsable para alcanzar una fraternidad con la naturaleza.

• Respetamos y nos comprometemos a defender los derechos de los pueblos originarios, reconociendo sus concepciones del mundo, sus prácticas, conocimientos, tradiciones y costumbres culturales.

• Comprometemos a los parlamentarios de nuestra región y del país a defender y a cuidar el ambiente, como así también a legislar sobre los residuos de la construcción y demolición, con el fin de contribuir al desarrollo sostenible.

• El desarrollo sostenible debe ser un eje que atraviese los campos de la responsabilidad pública, empresarial y social, en la que el gobierno otorgue participación y tome los aportes para la definición de las políticas públicas que promuevan iniciativas que sean sostenidas por el consenso social.

• Proponemos pensar en la séptima generación cuando hablamos de desarrollo sostenible, porque la mirada en el objetivo de preservación del planeta y sus recursos deben apuntar a garantizar la plenitud de la Tierra como ámbito que ha sido prestado para su administración a las generaciones presentes, pero que se debe devolver en excelentes condiciones a quienes continuarán desarrollándose en las futuras generaciones.

• Debemos tomar una visión humanista y solidaria en la lucha contra la pobreza que siempre tenga presente el respeto por el medio ambiente.

• Evitar la afectación de los bienes naturales, especialmente el agua, para garantizar el equilibrio entre desarrollo y crecimiento demográfico con el cuidado ambiental.

• Aplicar políticas concretas para evitar el avance del cambio climático, que modifica el ámbito productivo y altera los recursos naturales.

• Invertir en el desarrollo no es invertir en el industrialismo. Se debe promover el bienestar de todos, basado en el equilibrio del medio ambiente y las iniciativas que permitan usar responsablemente los bienes naturales.

• El cuidado del medio ambiente no debe tomarse como un gasto, sino como una verdadera inversión que busca garantizar uno de los derechos más sagrados de la humanidad y su preservación en el tiempo y espacio.
Finalmente tenemos que decir que este planeta, que hemos recibido en calidad de administradores por parte de las generaciones anteriores, debemos devolverlo a las próximas en mejores condiciones todavía.

Es por ello que ésta, nuestra Batalla por la Madre Tierra tiene que unirnos, como hace doscientos años, con la misma pasión y convencimiento de hermandad.

Es hora de darnos cuenta que la maravillosa generosidad de la Pachamama consiste en que, siempre y en todos los casos, cuanto hagamos por ella será en realidad algo que haremos por nosotros mismos. Porque formamos parte de un planeta que está vivo, y que tiene una delicada red en la cual todos nos integramos. Su final será el de nosotros mismos.
Es hora, entonces, de que nuestros sistemas legales y constitucionales integren al hombre en la naturaleza.

La Batalla por la Madre Tierra es y será la Batalla por Nosotros.

Por eso repitamos, con voz ancestral, la frase esperanzadora de los pueblos originarios: Pachamama, cusiya, cusiya; Madre Tierra, ayúdanos, ayúdanos...

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